La Semana Santa se aproxima en España y eso significa que el verano está a la vuelta de la esquina. Tan solo quedan cuatro meses para el buen tiempo y lo que es sinónimo de playa, pantalones cortos y camisetas de tirantes. Pero, aunque es la temporada favorita de muchos, también es la más odiada de otros.
La subida de temperaturas y los planes al aire libre traen consigo algún que otro problema a la hora de elegir qué ropa ponerse. Hay quienes prefieren llevar prendas largas o de colores oscuros, arriesgándose a pasar un calor insoportable, antes que mostrar ciertas partes de su cuerpo por incomodidad.
Sin embargo, esto no tiene por qué ser siempre así. Mantener una buena rutina de alimentación y realizar ejercicio a diario es todo lo que necesitas hacer para conseguir un cuerpo sano y en forma. Así que toma papel y boli porque vas a tener que apuntar algunas cosas: la operación bikini se pone en marcha.
Cuál es el origen de la dieta 30-30-30
Para explicar esta rutina primero debemos remontarnos un poco en la historia. Hace 12 años, es decir en 2012, el empresario y escritor estadounidense, Tim Ferris, publicó una obra que se haría viral: El cuerpo perfecto en cuatro horas (Ediciones B, 2012).
En él aseguraba que, tras invertir más de 250.000 dólares en investigación, las cosas que realmente funcionaban eran aquellas en las que se requería menor gasto de tiempo y esfuerzo.
Cuatro años después, impulsado por la fuerza del minimalismo y la eficiencia, publicó su segundo libro: La semana laboral en cuatro horas (RBA Libros, 2016). En esta ocasión, el empresario ofrecía una guía para adaptar un estilo de vida lleno de lujos. Ferris explica cómo pasó de ganar 40.000 dólares al año trabajando 80 horas a la semana, a ganar la misma cantidad, pero al mes y trabajando tan solo 4 horas por semana.
Además, el estadounidense es un habitual de Instagram, cuenta con más de un millón y medio de seguidores en su perfil: @timferris. A través de sus redes sociales, aprovecha para explicar sus investigaciones sobre cómo los pequeños hábitos son un aspecto clave a la hora de cambiar la trayectoria de nuestras vidas.
A partir de esas premisas, surge la dieta 30-30-30, que se basa en un principio muy sencillo: consumir 30 gramos de proteína, en los 30 minutos posteriores a levantarse de la cama y, seguido, caminar durante 30 minutos.
Qué es la dieta 30-30-30 y cómo funciona
Pero ¿cuál es la clave de la efectividad de este método? El secreto lo encontramos en una combinación estratégica de alimentación y ejercicio. Está demostrado que el comienzo del día es el mejor momento para maximizar la quema de calorías y la construcción muscular.
En ese sentido, al consumir una cantidad significativa de proteínas al inicio de la mañana, se consigue estimular el metabolismo y se promueve la sensación de saciedad. Lo que se traduce en un mayor control del apetito a lo largo del día y, por ende, una reducción de la ingesta calórica total.
Realizar una caminata de 30 minutos después de consumir proteínas no solo tiene efectos en la quema de calorías, sino que también proporciona un aumento de energía, una mejora en la circulación y nos ayuda a fortalecer el sistema cardiovascular.
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Pero la dieta 30-30-30 va un paso más allá. Siguiendo una simple técnica consigues poner el marcador en 210 minutos de ejercicio a la semana, lo que significa un total de 60 minutos más de lo que sugieren los expertos y sin apenas darte cuenta.
En definitiva, la combinación de buenos nutrientes y un tiempo correcto de ejercicio físico diario, se resumen en una pérdida de peso rápida y sin esfuerzos y una mejora general del bienestar individual.
Otras claves para adelgazar rápido y de forma saludable
Pero además de la dieta 30-30-30, Tim Harris también nos ofrece una serie de consejos clave a tener en cuenta en nuestra rutina diaria. El estadounidense señala que no hay cabida para el azúcar en el desayuno, ya que está relacionado con picos altos de glucosa seguidos de caídas bruscas.
Esto se traduce en un aumento de antojos poco saludables para equilibrar esa descompensación, aumentando el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes de tipo 2.
Al sustituir alimentos azucarados y optar por fuentes de proteína sin grasas y ricas en fibra, como la pechuga de pollo o las claras de huevos, se estabilizan los niveles de azúcar, aumentando la energía a lo largo del día. Pero no solo eso, reducir el consumo de estos antojos también puede mejorar el estado de ánimo y la concentración.