Mantener la forma física conforme vamos envejeciendo es más fácil de lo que muchos piensan. A partir de los 50 años, aproximadamente, el cuerpo humano experimenta una serie de cambios que afecta al estilo de vida, la genética y salud en general.
Saber cuáles son los ejercicios que más benefician a nuestra forma física, pero también a nuestra salud, resulta esencial en ese proceso de cambios que experimentamos según vamos cumpliendo años.
Es importante fortalecer el músculo para evitar ganar peso, independientemente de si eres hombre o mujer. Para alcanzar este objetivo, los ejercicios de fuerza son los más recomendados, entre los que destaca la efectividad de las planchas.
Los músculos del abdomen son algunos de los que más grasas acumulan según vamos cumpliendo años. De ahí que las planchas sean uno de los ejercicios más completos que debes incluir en tu rutina de ejercicios a partir de los 50.
Además, estarás también fortaleciendo los músculos de la espalda, del pecho, de los hombros, los cuádriceps y los glúteos. Un ejercicio completo y efectivo con el que notarás resultados a partir de los pocos días.
El mejor ejercicio a partir de los 50
Los músculos, incluso en reposo, continúan quemando calorías mediante un proceso llamado metabolismo basal. Por ello, es fundamental fortificar el músculo para quemar más calorías.
Incluir las planchas en tu rutina de ejercicios es una excelente manera de fortalecer el core y mejorar la musculatura, sin importar la edad que se tenga. Sin embargo, si has cumplido los 50, este es uno de los ejercicios que los expertos más recomiendan para adelgazar.
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Queman calorías. Las planchas no son un ejercicio cardiovascular intenso, pero involucran múltiples grupos musculares y requieren esfuerzo. Esto hace que se quemen calorías durante la actividad y también después, debido al efecto del metabolismo basal.
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Fortalecen el core. Son excelentes para fortalecer los músculos del core, que incluyen los abdominales, los oblicuos y los músculos de la espalda baja. Un core fuerte no solo mejora la estabilidad y el equilibrio, sino que también mejora la postura y reduce el riesgo de lesiones al realizar otros ejercicios.
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Aumentan el metabolismo basal. Al fortalecer los músculos del core, las planchas ayudan a aumentar el metabolismo basal.
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Mejoran la composición corporal. Aunque las planchas no provocan una gran quema de calorías durante la actividad, contribuyen a la pérdida de grasa y al aumento de la masa muscular magra.
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Facilitan otros ejercicios. Un core fuerte es fundamental para realizar una variedad de ejercicios de fuerza y cardio de manera efectiva. Al mejorar la fuerza del core con las planchas, es probable que te desempeñes mejor en otros ejercicios, lo que puede aumentar tu capacidad para quemar calorías.
Cómo hacer las planchas
Las planchas son uno de los ejercicios que más musculatura aportará a tu cuerpo y, lo mejor de todo, es que bastará un entrenamiento de poco tiempo para conseguirlo.
Aunque a priori puedan resultar sencillas de ejecutar, tiene una serie de requisitos para que resulten efectivas en nuestro objetivo de perder peso a partir de los 50.
Existen diferentes tipos de planchas, cada una enfocada a ejercitar un conjunto de músculos específicos. Pero debes saber que, sin importar la modalidad que practiques, siempre estarás contribuyendo al fortalecimiento muscular.
Para realizar las planchas básicas, perfectas para personas a partir de los 50 años, debes prestar atención a tu postura. Tumbado hacia abajo sobre una esterilla de deporte, coloca las manos a la altura de los hombros.
Estira los brazos para que puedas apoyarte en los antebrazos, con los hombros a la altura de los hombros, formando un ángulo recto.
Arquea ligeramente la espalda, orientando la pelvis hacia el ombligo. Sube las piernas, apoyándote sobre la punta de los pies y los antebrazos mientras aprieta los glúteos. Si te resulta muy complicado, puedes comenzar con las rodillas apoyadas en la esterilla.
Mantén la postura durante unos minutos, el máximo tiempo que resistas y descansa. Es importante mantener la cabeza, la espalda y las piernas rectas, sin levantar la mirada hacia arriba, para conseguir más afectividad en el ejercicio.