Laura, la profesora 'tiktokera' que desafía prejuicios con sus clases de matemáticas a golpe de reguetón
- Esta murciana, que se aleja mucho del perfil típico de 'profe de mates' se enfrenta con gran humor y mucho baile a los comentarios machistas.
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Cuenta que se enamoró de las matemáticas gracias a un profesor que tuvo en el instituto y, también, a un tío suyo que es docente de esta disciplina. Su espíritu de 'artistona', y el ejemplo de su pareja, también tiktoker, la llevaron a abrir su perfil en Instagram y TikTok con el ánimo de enseñar matemáticas y, además, demostrar que los profesores también tienen una vida. Por mucho que a veces pueda molestar.
Y lo cierto es que sus fotos en bikini, sus vídeos bailando ritmos latinos – también es profesora de este tipo de danzas– y su físico alejado de los estereotipos relativos a una profesora de matemáticas provocan comentarios recurrentes en los que subyace machismo y envidia por parte de hombres, pero también de mujeres. Los resuelve con ese gran sentido del humor y naturalidad en los que radica la razón de su éxito. La prueba es el 1,5 millones de seguidores que tiene en TikTok y los 297 mil en Instagram.
Un sueño logrado
Laura Gómez (Alcantarilla, Murcia, 1992) es profesora de matemáticas en un instituto de la localidad murciana de Mula, aunque su plaza fija –aprobó la oposición hace cuatro años, cuando ya trabajaba en dicho instituto– la obtuvo en Cartagena. "Pero aquí me siento muy bien de momento, tanto con mis compañeros como con los alumnos", asegura sobre el centro educativo en que trabaja actualmente.
De joven admirada a sus profesores del instituto –"los veía como dioses, quería ser como ellos", reconoce–, por lo que ha conseguido, sin duda, uno de sus grandes sueños: ser ella también docente.
Sus apariciones en prensa se deben, en parte, a su original método de enseñanza, donde mima a sus alumnos y les trata con cariño y mucho humor, y mano duda cuando corresponde. Y también a la experiencias que comparte más 'banales' u ociosas –a la par que normales– como bailar, ir de compras o posar en bikini. Algo que le enfrenta a menudo a comentarios no tan halagüeños.
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"Los padres de mis alumnos están encantados con mi trabajo en redes, me agradecen el apoyo extra que tienen sus hijos con los videos explicativos y valoran mi forma de motivarles y ver las matemáticas como algo guay y no aburrido", reconoce Laura.
"Aunque es cierto que cuando abrí mis perfiles de Instagram y TikTok la gente en general no lo veía algo positivo, pensaban que era poco profesional por parte de una profesora hacer algo así. Hoy recibo muchos mensajes de agradecimiento. Vamos entendiendo que un profesor también tiene su vida, la que sea. Aunque es imposible agradar a todo el mundo", puntualiza.
Normalizar su vida
Su salto a las redes sociales surgió cuando, en plena pandemia, su pareja se abrió un perfil en TikTok. "Yo decía, 'si yo soy muy artistona, a mi me encantaría también', pero me echaba para atrás que soy profesora, el qué dirán, los padres, los alumnos… y me abrí el perfil pero solo para temas relacionados con la docencia, subía situaciones graciosas de clase, explicaciones de mates… y poco a poco me iba sintiendo tan cómoda que pensé: 'Si soy profe de baile o si me gusta la moda, ¿por qué no compartirlo?'", cuenta sobre sus orígenes como tiktoker.
Y a pesar de las críticas iniciales y sus propios miedos, decidió seguir adelante con un objetivo: "Concienciar sobre el hecho de que los profesores también tenemos vida. Y me propuse mostrar cosas como que una maestra también puede ir a un concierto, o puede gustarle la moda. Y eso no hace que sea mejor o peor docente. Hemos avanzado mucho, muchos compañeros me han agradecido dar visibilidad a esa normalidad, porque al final somos personas. A los profesores no nos encierran los viernes y nos vuelven a sacar los lunes por la mañana", añade con humor.
Mates y reguetón
Aunque Laura no habla en términos de machismo o envidia, reconoce que el 95% de las críticas que recibe proceden de mujeres. "Que seas joven, te cuides y disfrutes de tu vida, se ve mal. No importa si eres hombre o mujer, aunque si mi apariencia física fuera distinta, creo que me atacarían menos". ¿El por qué de esas críticas? "Las redes sociales se prestan a criticar sin filtro, es fácil cuando te escondes detrás de una pantalla y te crees con el derecho de decir lo que quieras", explica.
A este respecto, hemos consultado a Silvia Martínez-Martínez, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya y directora de Máster Universitario en Social Media: Gestión y Estrategia. Nos explica que los conocidos como haters "son usuarios que aprovechan la sensación de impunidad que les brinda el anonimato para lanzar sus ataques a personas concretas o colectivos. El distanciamiento que produce el entorno digital puede incidir en una menor empatía, lo que también explica ese tipo de mensajes ofensivos o discriminatorios", argumenta la experta.
Laura Gómez, por su parte, intenta encontrar la razón a este 'ciberodio' o hate en el estado colectivo de una parte de la sociedad. "Mucha gente está fatal, tiene mucho veneno dentro. No están bien, no son felices y pagan su frustración escupiendo contra el resto", cuenta. "No me gusta decir que es envidia, pero en el fondo creo que sí. Molesta que una mujer haya conseguido el trabajo que siempre ha querido, que tenga una casa y una pareja… que triunfe y sea feliz y disfrute. A la gente le molesta no solo que fisicamente estés bien y te cuides, sino que seas feliz", insiste la murciana, que tampoco tiene en problema en mostrar los tratamientos estéticos a los que se somete. "No me lo tomo como algo personal sino como 'pobres de personas, por qué situación estarán pasando'".
La experta Silvia Martínez-Martínez insiste en que este tipo de ataques radican en que "cualquier rasgo o característica diferencial se convierte en el objeto de ataque: puede ser por el origen, la ideología, la religión o también el género. El machismo por tanto encuentra también espacio aquí para expresarse", explica.
Y añade que el mensaje que proyecta Laura Gómez desde sus perfiles de Instagram y TikTok "rompe claramente con los estereotipos. Combina mensajes donde muestra su conocimiento sobre matemáticas y su labor docente con otros en los que luce su aspecto y sus looks e incluso momentos de su vida privada. Al salir de la visión del rol convencional, en especial en relación con su profesión, algunos usuarios proyectan hacia a ella sus críticas".
Lo cierto es que sus vídeos lanzando retos de matemáticas a ritmo de reguetón, bailando bachatas con su pareja, enseñando sus compras de material escolar y 'cucadas' varias para sus alumnos o disfrutando de la playa en bikini generan polémica. Y mucha.
Pero ahí está ella para afrontar con un gran sentido del humor y cercanía las críticas que puedan surgir. Como cuando la 'machacaron' por hacer topless o colgar fotos en bikini y, a continuación, subió a su Instagram un vídeo en el que se metía en una piscina completamente vestida y acompañado del siguiente mensaje: "Así nos bañamos los profesores en verano". Y es que Laura se ríe hasta de ella misma.
Una reacción que coincide con las recomendaciones de la experta: "Entrar en confrontación directa no es lo más recomendable pues el hater encuentra así la oportunidad de seguir ahondando en su discurso con la réplica".
Y añade que "las interacciones traen más visibilidad y pueden hacer que otros usuarios que compartan el discurso del hater se sumen a la conversación y con ello se sientan apoyados para continuar con su crítica. Se trata de no alimentar este tipo de conversación, aunque no se debe ignorar. Se pueden adoptar medidas para evitar que nos lleguen estos mensajes y también denunciando ante las plataformas y las autoridades si se diera el caso. Y se puede trabajar en un discurso que fomente la tolerancia y el respeto, que explique las consecuencias de este discurso del odio y así ayudar a que la sociedad sepa actuar de manera adecuada cuando este se produce".
Una generación complicada
A pesar de su vida ideal y feliz, la docente y tiktoker reconoce que el oficio de profesor de instituto no es fácil. "Lo que más noto es la gran falta de respecto y educación de los alumnos, entre ellos y también hacia el profesorado. Nos hablan como si fueran colegas y a veces se te encaran. ¡Estamos como para denunciarles a todos!", dice entre risas pero, en el fondo, con bastante seriedad.
Y recuerda con nostalgia lo diferente que era cuando ella tenía la edad de sus alumnos. "Mis profesores me imponían, los veía como una figura de autoridad. Ahora no, y uno de los motivos es que los padres tampoco nos respetan ni valoran como docentes. Nos cuestionan todo lo que hacemos. Si en casa tus padres critican a un profesor, ¿por qué no lo vas a hacer tú en clase?", se pregunta. "Los profesores nos sentimos un poco vulnerables, es un sentimiento generalizado".
Aun así, ama su profesión y disfruta del trabajo con adolescentes. "Cuando hay buen fondo es genial, tengo clases con las que me lo paso 'pipa', y es muy gratificante ver cómo avanzan y evolucionan a nivel personal y, también, en tu materia".
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¿El secreto de su éxito? Cree que reside en su naturalidad. "Me muestro tal cual soy. No intento ser un personaje, soy transparente. La gente me siente cercana". Y damos fe de ello.
Resulta adictivo ver sus vídeos, su forma de hablar y moverse, su optimismo y buena energía y humor y, también, la pasión que desprende en todo lo que hace: ya sea bailar salsa, preparar el look de la boda de su mejor amiga, dar consejos a los alumnos que pasan por primera vez al instituto –y a su preocupados padres– o explicar con gran sentido del humor que no, que no tiene extensiones en el pelo a pesar de los numerosos comentarios diciendo lo contrario. Pero, ¿y si las tuviera? ¿Cambiaría algo su valía como docente? ¿O como persona?
Un referente para chicas
A pesar de la brecha de género existente en lo relativo a los estudios de ciencias, en los que sigue habiendo menos chicas que chicos, Laura Gómez no lo ve así. "A mí nadie me ha dicho nunca 'no estudies mates'. Hoy todos somos libres de estudiar lo que queramos, va en los gustos. En clase cada vez hay más mujeres a las que le gustan las ciencias, aunque es verdad que se suelen inclinar por medicina, enfermería… Por temas de salud y cuidados. Creo que hay una parte innata en estas diferencias", afirma.
E insiste en que no cree que haya que obligar a las chicas a decantarse por las ciencias, "tienen que estudiar lo que quieran. Muchas de mis alumnas dicen que quieren ser como la teacher –así la denominan–, y que quieren estudiar matemáticas. No hay que presionar en un sentido u otro. Hoy, por suerte, cada uno puede elegir la vida que quiera".
Ella ya ha logrado un sueño: ser profesora de matemáticas. Y sigue alcanzando metas y disfrutando gracias a las oportunidades que le ofrecen las redes sociales. "Mi intención es seguir adelante, este trabajo me ha hecho cumplir deseos como ir a un concierto de David Bisbal o que me propongan para unos premios. El hate lo supero con mucho trabajo personal, y es cierto que tu privacidad se ve resentida y ya no puedes hacer top less en la playa porque los profes no hacemos esas cosas", afirma en tono irónico. "Pero yo soy como soy y no tengo nada qué esconder".