Sara Caso, la galerista que dejó las finanzas por el arte y triunfa en todo el mundo: "Puedes coleccionar a precio asequible"
Regenta un espacio innovador de artistas emergentes (con barra de bar y todo), que atrapa dentro y fuera de España.
12 septiembre, 2024 08:09Doce de la mañana, llegamos a un local ubicado en la calle Alcántara de Madrid, donde se encuentra la Galería Sara Caso. Desde la puerta de cristal vemos cuadros y una barra de bar, ¿es esto una exposición de arte? Lo es, pero con un concepto innovador que atrapa a primera vista.
Nos recibe la dueña, con una gran sonrisa, y a simple vista se nota que todo en ella es modernidad y pasión artística: su look, sus originales gafas y su manera de presentar su casa. Ella es Sara Caso y su historia, todo un ejemplo de atreverse en la vida y triunfar.
Hace unos años dejó el mundo financiero en el que trabajaba para expresar su vena artística, no solo a través de la pintura y la fotografía, sino convirtiéndose en una auténtica mecenas de talento joven. Y muy especialmente de talento femenino.
La galería que lleva su nombre está dirigida por mujeres y en sus paredes encontramos muchas artistas emergentes, de las que se puede disfrutar tranquilamente tomando un café y escuchando su opinión experta. Olvídense de los espacios tradicionales, este nuevo concepto neoyorquino ha llegado para quedarse. Además, entrar en esta galería sirve de terapia para sanar el alma, como la propia Sara nos indica.
Vienes del mundo financiero, lo que me lleva a preguntarte… ¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?
Estudié Derecho y durante muchos años me dediqué al mundo de la banca corporativa y luego estuve trabajando en la consultoría PwC. Llegó un momento, cuando cumplí los 39, que dije 'quiero cambiar radicalmente y empezar a disfrutar y a dedicarme a algo con lo que realmente me sintiera identificada y que sea una pasión'. En ese intervalo me fui a vivir un año a Nueva York, donde estuve haciendo fotografía. Allí me di cuenta de que las galerías de arte eran mucho más inclusivas, más amenas, más divertidas. Así que cuando volví a Madrid decidí lanzar ese nuevo concepto aquí.
¿Cómo fue aquella etapa en Nueva York?
Estuve viviendo un año y durante todo ese tiempo me dediqué a hacer fotografía de calle. Salía de buena mañana con la cámara y me dedicaba a fotografiar a toda la gente que me encontraba. De hecho, me crucé durante esa etapa con Sarah Jessica Parker y con la jefa de vestuario de Sexo en Nueva York, que la fotografié de casualidad.
Realmente es un nuevo concepto de galería de arte. Pocos esperarán entrar y ver una barra donde tomarte un café…
Bueno, yo quería que saliera esa Sara creativa, divertida, que siempre había estado ahí. Quería crear un espacio fresco, divertido, donde se disfrutase del arte y de otras actividades. Me gustaba que fuera como los antiguos cafés de artistas, con sus tertulias. Además, siempre he pensado que en España hay muchísimo talento, hay muchísimos artistas que necesitan espacios donde se les dé visibilidad. Necesitan tener un mentor, un curador, un mecenas que les ayude.
Ahí entras tú, porque eres una mecenas del arte. En tu galería los artistas no han de pagar para poder exponer.
En efecto, esto no es un espacio que tú puedes alquilar y exponer. Aquí hay un equipo de curadores seleccionando a los artistas y apostando por ellos. Nos encanta pensar que somos libres para decidir y apoyar el talento con independencia de otras muchas cuestiones que nada tienen que ver con el arte.
De hecho, cuando vemos los porfolios nunca sabemos quién está detrás de la obra, lo miras una vez que te ha gustado su obra. Seleccionamos a los artistas por su calidad, no porque sea amigo, ni conocido, ni otras cosas parecidas, sino porque creemos en la carrera que va a tener dentro del mundo del arte en un futuro. Me encanta pensar 'esto es lo que saldrá en los libros de historia dentro de unos años'. Son artistas jóvenes que tendrán una gran proyección.
¿Esperabais la acogida que ha tenido la galería?
Desde el minuto uno fue una cosa impresionante, teniendo en cuenta que cuando empiezas un negocio, una startup, el 90% no salen adelante. A mí me decían: "¿Cómo dejas el mundo financiero y te metes en esto? Están cerrando todas las galerías". Y, mira, en seis años el espacio se ha convertido en la galería de referencia de arte emergente.
Fue una apuesta arriesgada y, además, la tuya es una galería liderada íntegramente por mujeres.
Sí, yo tenía clarísimo lo de meterme en esta aventura y también el componente de ser un equipo de chicas. El mundo financiero está muchas veces claramente dominado por hombres y me parecía muy interesante crear un espacio con esa perspectiva femenina.
Aun así, no somos una galería que hayamos dicho nunca 'no' a los hombres. Pero sí pienso que es maravilloso trabajar con mujeres, porque que eso aporta muchísimo valor a un negocio, a un enfoque empresarial.
En realidad, todo fue un poco fruto de la casualidad, porque no es que dijésemos 'esto va a ser una galería solo de mujeres', sino que fuimos descubriendo mucho talento femenino. De hecho, tenemos más de un 70% de representación de mujeres, lo cual es prácticamente lo contrario que el resto de galerías, que suele ser un 30/70.
Todavía tenemos la sensación de que el mundo del arte también está muy masculinizado y hay muchas artistas olvidadas a lo largo de la historia. ¿Cómo ha cambiado el papel de la mujer?
Creo que ha habido un completo cambio a nivel cultural y las instituciones también han puesto el foco en dar visibilidad a muchas mujeres que siempre han estado ahí y que no han actuado simplemente como musas en el mundo del arte, sino que han sido pintoras, y con una calidad excepcional.
En general, se está intentando buscar un enfoque mucho más femenino en todos los aspectos; se empieza a ver museos grandes dirigidos por mujeres, por ejemplo. Yo, desde luego, no tengo ninguna duda de que las artistas que tengo en la galería saben que son artistas y que esta es su profesión, que se van a dedicar a ello; no es un hobby. Antes el arte para la mujer era decorativo, un pasatiempo.
Pero hay algo que continúa pasando y que a mí me parece horroroso: la diferencia de precio que existe entre la obra de un hombre y de una mujer. Eso hay que erradicarlo por completo.
El concepto de la Galería Sara Caso, que incluye diferentes talleres, clases, servicio de enmarcación, charlas, presentaciones de libros… ¿Es una buena manera para acercar el arte a los jóvenes?, ¿para quitarle ese corsé al arte?
Las galerías de arte, por lo menos en España, tienen un formato muy frío. Es un cubo blanco muy aséptico, donde es muy difícil entrar. Lo que pretendemos precisamente es crear un espacio donde la gente se sienta a gusto, donde sea divertido.
Queremos de verdad convencer a la gente de que pueden convertirse en coleccionistas de arte, comprando obra a un precio razonable, que se pueden permitir, y que pueden tener cuadros en su casa de los que van a estar orgullosos y de artistas que probablemente en un futuro lleguen a ser muy conocidos.
Lo que pretendemos es que se enamoren de los artistas, incluso que puedan conocerlos personalmente. Nos encanta la idea de llegar a todo el mundo y a la gente joven y de que haya cultura de comprar arte. Todos necesitamos el arte para vivir.
¿Viene entonces mucha gente joven a la galería?
Sí, es gente joven que se acaba de casar o de independizar y quiere tener cuadros interesantes, pero no sabe cómo. No quieren comprarse el típico cuadro decorativo de Ikea o Leroy Merlin. No se trata de llegar y adquirir 20 piezas de una tanda, lo que queremos es que realmente disfruten del proceso, que vayan descubriendo artistas y haciendo poco a poco su pequeño fondo de armario artístico.
Igual que decides comprar una butaca para tu casa, interioriza que el arte también forma parte de tu hogar, de tu espacio, que es una manera de entender la vida. Ten en cuenta que para los artistas cada pieza es como un bebé. Entonces se están llevando un pedacito del alma del creador. Esto no es una mera transacción comercial, es pasión.
Es un modelo de negocio que funciona…
Somos una de las galerías de arte que más vende en España, vendemos a nivel nacional e internacional. Tenemos una página web donde podemos vender a todo el mundo y es verdad que hemos crecido exponencialmente. Hemos triplicado el volumen de ventas en seis años. El mercado nos está reconociendo que el valor añadido que nosotros ofrecemos aquí es muy alto, o sea, obra de mucha calidad, a un precio razonable. Eso es imbatible.
Al final estáis democratizando el arte.
Exacto, esa es la idea. Obviamente, tenemos coleccionistas de toda la vida y coleccionistas tradicionales, pero nuestro objetivo es precisamente llegar a todo aquel que jamás se ha planteado que pueda comprar arte, acercarlo a todo el mundo.
La gente tiene mucho miedo de entrar en las galerías, por la barrera económica y porque creen que tienen que ser expertos en la materia.
Además, tenéis proyectos ambiciosos en el futuro próximo...
Sí, este año tenemos en marcha varios proyectos internacionales. En noviembre y febrero la galería estará en Dubai y Abudabi de la mano de MIA ART COLLECTION, una de las mayores colecciones privadas de arte a nivel internacional. En esta línea, artistas que estamos impulsando como Unpatrus, Jazzy Dope, Beatriz Lorenzo o Mayesa Mira son apuestas muy consolidadas para invertir en arte actualmente.
¿Hay un algún lugar prohibido para poner una obra de arte en tu casa?
Para mí no hay ningún lugar prohibido, cualquier sitio es maravilloso para colgar arte. Obviamente, hay que conservar las piezas, hay que buscar las medidas de protección necesarias para que se conserven bien.
Tú te lanzaste en el mundo del arte, pero todavía sigue habiendo esa creencia de para qué vas a estudiar arte si no vas a poder vivir de ello. ¿Qué mensaje te gustaría lanzar a esos artistas que empiezan?
Les diría que no tengan miedo. Cuando algo te apasiona no hay quien te pare. Soy una fuerte creyente de este poder, de querer pelear por algo. Van a tener que trabajar muy duro, pero hay millones de opciones.