Margarita Robles: "Tengo una enorme obsesión por que se incorporen más mujeres a las Fuerzas Armadas"
La ministra de Defensa conversa con Magas a propósito de la apertura de las candidaturas Top 100. Inmersa en uno de los momentos más convulsos en el plano nacional e internacional, apela al "sentido de Estado".
La ministra nos recibe el lunes a primera hora en su despacho de La Castellana (Madrid). La Top 100 Honoraria nos atiende para departir sobre su desempeño al frente de uno de los ministerios de mayor peso, con la excusa de la apertura de las candidaturas para la próxima edición de este ránking.
Es la titular que más tiempo acumula en el ejecutivo de Pedro Sánchez y la mejor valorada, especialmente por la derecha. Le toca lidiar con estridentes desafíos internacionales, de Ucrania a Palestina o las próximas elecciones en Estados Unidos, con una Kamala Harris que bate récord de recaudación.
El incremento de la incorporación de mujeres en las Fuerzas Armadas es uno de los retos y "obsesiones" de su ministerio (en la última convocatoria de plazas ascendió al 20,6%). Queda por ver si la progresiva formación militar de la princesa Leonor termina siendo un aliciente para el interés de las nuevas generaciones.
Se levanta a las 7 de la mañana, come poco y bien y anota a lápiz en su agenda las tareas diarias. Estos utensilios clásicos son una pequeña extensión del despacho de roble en el que trabaja, y en el que destacan la imagen del Rey, una prominente bola del mundo o el galardón 'León 2020 a la Solidaridad' que concedió EL ESPAÑOL en 2020 a las Fuerzas Armadas. No le gusta posar para las fotos, pero como forma parte del trabajo, se presta de buen humor.
Es usted la ministra más veterana y la mejor valorada. ¿Cómo logran cruzarse ambos factores?
No tengo ningún mérito. Tengo la suerte y el privilegio de ser ministra de Defensa y de contar con los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, que son absolutamente excepcionales, entregados y preparados. Por tanto, no es mérito mío, es el de todos ellos, que lo mismo están trayendo a los supervivientes de las Malvinas, que desplegados en Letonia, en Líbano o en cualquier lugar del mundo, siempre con muchísima generosidad. Tenemos unas Fuerzas Armadas que son un lujo.
"Mis principios son claramente progresistas. Pero para hacer mi trabajo lo importante es tener sentido de Estado y no excluir a nadie"
Algo habrá hecho bien...
Creo en los trabajos en equipo. Una sola persona no es capaz de hacer nada, especialmente en un ministerio como este que se mueve en momentos muy difíciles para el mundo.
Desglosando los datos, usted cuenta con generosas valoraciones entre PP y Vox, mejores incluso que entre los propios socialistas. ¿La defensa es de derechas?
Trato de hacer mi trabajo cada día con sentido de Estado, pensando en España como país y, sobre todo, en cómo podemos ayudar a los ciudadanos desde este ministerio. Yo no le pregunto a nadie ni su ideología ni sus creencias a la hora de trabajar aquí. Otra cuestión es lo que yo siento, mis principios y convicciones, que son claramente progresistas. Pero para hacer mi trabajo, desde ese ámbito progresista en el que me muevo, lo importante es tener sentido de Estado y no excluir a nadie.
¿Cuán fácil es gobernar con quien tiene ese sentido de Estado distinto, como Junts per Catalunya?
Me fui a vivir a Barcelona con 12 años y he desarrollado toda mi vida personal y profesional en Cataluña. Quiero tremendamente a Barcelona y a la comunidad. Y, desde luego, en el amor a Cataluña creo que me gana poca gente. Dicho esto, respeto las posiciones de todo el mundo.
Es uno de los ministerios con más sobrecarga de opiniones. ¿Cómo se gestionan?
Una de las cosas que aprendí hace tiempo es que es imposible que lo que uno hace le guste a todo el mundo. Por eso, hay que actuar siempre con arreglo a las convicciones, a los principios y a los valores que cada uno tenga. Si no, nos equivocaremos; y es humano. Yo me equivoco muchísimas veces al día y oigo críticas. Cuando estas son razonadas y fundadas, las tengo en cuenta para aprender y mejorar. Pero cuando vienen solamente de la descalificación o de la maledicencia, francamente prefiero no enterarme.
¿Quién se le está viniendo a la cabeza ahora mismo?
Estoy pensando en el ambiente en general. Veo, por ejemplo que, en este país y en relación al Gobierno, hay críticas que pueden ser fundadas, pero hay otras que son por la descalificación, el desconocimiento, muchas veces desde el odio y el rencor. Ni lo entiendo, ni lo comparto, y creo que no es justo. Pero en la vida pública hay que elevarse. Tenía un profesor que decía que debíamos hacer el esfuerzo de hablar bien de los demás al menos cinco minutos al día. Me gusta o hablar bien de otros o callarme.
Este ministerio ha acogido recientemente a tres ministras. ¿Existía algún nexo entre ustedes?
Bueno, y no solamente el Ministerio de Defensa en España. Hay mujeres como Michelle Bachelet o Ursula von der Leyen que también lo fueron en sus países. En cuanto a las anteriores, tenía muy buena relación personal con Carme Chacón, una persona a la que le tenía mucho cariño y respeto. A Dolores de Cospedal la verdad que no la conocí.
Ahora que menciona a Von der Leyen, la actual presidenta de la Comisión Europea... Pasó de mano derecha de la conservadora Angela Merkel a marcar una agenda verde y con fuerte carácter progresista. ¿Cómo se asumió el giro?
Efectivamente, yo conocí a Ursula von der Leyen cuando ella era ministra de Defensa. Coincidíamos en las reuniones y siempre mostré admiración porque era una mujer muy, muy firme en sus convicciones y con mucho criterio. Es verdad que al principio, cuando tomó la presidencia de la Comisión, se pensó que sería una extensión más de Angela Merkel, pero ha demostrado que tiene mucha personalidad.
Usted ha sido primera muchas veces: en su promoción en la carrera judicial, en presidir una sala de lo contencioso-administrativo, una Audiencia... ¿Le queda algún techo que romper?
A estas alturas de mi vida ya no planteo qué techos hay que romper o no. Cuando tomé la decisión de ser juez, no había mujeres jueces en España y durante muchos años me dio vergüenza decir que fui la número uno de mi promoción. Ahora lo digo sin ningún tipo de rubor, porque creo que hay que poner en valor el esfuerzo. Hoy en día lo que quiero es hacer mi trabajo lo mejor posible y ganar cada día el respeto de los ciudadanos.
¿Lo más complicado de su cargo lo ha encontrado dentro o fuera de él?
Estamos viviendo unos momentos muy difíciles. Pienso en las mujeres del mundo que están pasando por una situación tan complicada, entre ellas las ucranianas o las palestinas, para las que siempre tengo un recuerdo y muestro mi solidaridad total. Y menciono especialmente a las afganas. Nunca olvidaré aquellos días de finales de agosto de 2021 cuando evacuamos el país y trajimos a muchos y muchas de las que huían.
Durante 20 años militares de distintos países, incluidos españoles, estuvieron allí. 100 murieron en Afganistán, ahí estaban también los del Yak-42, con los que no se ha sido del todo justo... Y cuando uno ve la cantidad de muertos que ha habido para que en este momento las mujeres y niñas estén abandonadas, nos tiene que hacer reflexionar mucho. Siempre lo digo en todas las reuniones internacionales: hemos dejado a las mujeres abandonadas, las niñas no pueden ir al colegio y con 12 años se les obliga a casarse.
"Pese a los muertos que hubo en Afganistán, hemos abandonado a las afganas. Tendría que hacernos reflexionar"
Quien la conoce dice que es usted una gran escuchante. ¿Es así?
Frente a los que se creen que lo saben todo -hace muchos años de mi vida también yo lo creía-, me doy cuenta de que, en realidad, sabemos muy poco. Y uno de los privilegios que me da ser ministra de Defensa es que cada día puedo aprender algo nuevo. Para eso es importante escuchar, oír y leer.
¿A usted la escuchan?
Bueno, no lo sé. Eso lo tendrían que decir otros. Cuando alguien me pide opinión, se la doy. Siempre trato de ser lo más objetiva posible, y luego ya se tiene o no en cuenta es otro asunto.
A usted la reconocen también por su proximidad con aquellos a los que trata. Consta que tiene contacto directo con militares y víctimas. ¿Cuántas personas pueden tener su teléfono personal?
Mi teléfono personal lo tienen muchos hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas. Intento dárselo cada vez que hay un accidente o un fallecimiento y aunque nunca será el mismo, trato de compartir el dolor y llorar con las familias. Siempre los he tenido muy presentes. A todos les he dicho que no solamente este ministerio, sino personalmente, estoy a disposición para lo que pueda ayudar.
También es una satisfacción cuando las familias de los fallecidos me dan buenas noticias. La semana pasada, la pareja de una víctima me enviaba fotos del niño que tuvo. En este ministerio he aprendido que lo que cuenta es ser humilde y tener humanidad.
¿En algún momento se quita el traje de ministra?
Es difícil. Porque uno puede haber tomado una decisión en un momento dado, pero el sufrimiento humano, saber que esa misma semana alguien ha resultado herido o que lo están operando, es difícil olvidar... Muchas veces llamo a alguien que ha sido intervenido y yo misma pienso: "¡Qué pesada soy!". Pero me quedo más tranquila sabiendo que todo ha ido bien. Y no lo hago por obligación, sino porque me siento próxima a la gente que sufre, especialmente cuando lo hace por su trabajo de servir a España.
El número de mujeres en las Fuerzas Armadas va incrementándose poco a poco (en la última convocatoria alcanzaron el 20,6% de las plazas, frente al 11% de 2018). ¿De qué manera podrían evolucionar las cifras? ¿La formación de la princesa Leonor podría animar a otras de su generación?
Creo que los jóvenes se interesan muchísimo por las Fuerzas Armadas. Las notas de corte para entrar en la academia son más altas para tropa, y para marinería tenemos también gran demanda. Desde que he llegado tengo una enorme obsesión por que más mujeres se incorporen a las Fuerzas Armadas y aunque se ha incrementado mucho, el porcentaje todavía es bajo. Eso sí, si nos comparamos con otros países de la Unión Europea, es alto.
Y el hecho de que la princesa Leonor esté recibiendo formación militar es importante desde muchos puntos de vista. Primero porque va a ser la Jefa del Estado y por tanto de las Fuerzas Armadas. También, porque va a recibir esos valores de determinación, compromiso, generosidad y liderazgo que están presentes en el cuerpo. Si todos los tuviéramos, creo que las cosas irían mucho mejor.
¿Cree que puede suponer un efecto arrastre?
En la parte que puedo decir, el año que ha pasado en la Academia de Zaragoza ha estado muy bien, muy a gusto, y sus compañeros y los mandos de la Academia también han estado encantados. Cuando he tenido oportunidad de hablar con ella la he visto muy contenta y satisfecha.
Ahora se irá a Marín y luego a Elcano. Allí trabajan en equipo, son una familia y aprenderá lo que decíamos antes: que cuando alguien sufre, todos están y todos arropan. Un valor que aporta más en un mundo en el que tratamos de ser individualistas, cuando justamente tendría que ser al revés. Porque el individualismo no suma; muchas veces separa y resta.
"Es muy importante que la princesa Leonor esté recibiendo formación militar porque va a acoger los principios de compromiso, generosidad y liderazgo presentes en el cuerpo"
En el ámbito internacional, Maduro se declara vencedor de las elecciones frente a las acusaciones de fraude de la oposición -y más allá-. ¿Cómo deberían actuar la comunidad internacional y España?
La posición del Gobierno de España ha sido una posición muy clara en este sentido, de respetar la voluntad de los venezolanos y, sobre todo, exigir la máxima transparencia en el recuento.
¿La tranquilidad de la nación española -y de Europa- dependería de una victoria de Kamala Harris frente a Trump?
Bueno, cuando Trump fue presidente, una de las cuestiones que repetía durante las reuniones de la OTAN era precisamente "el final de la OTAN". Y nosotros entendemos que es una alianza que trabaja por y para la paz. También es el compromiso fundamental que tiene este Ministerio de Defensa. Cuando a Trump se le oía prescindir de algo tan importante como es esa valoración de la paz, a mí me preocupaba.
¿Sería posible una OTAN sin Estados Unidos?
No me gusta especular, pero espero que esa situación no se llegue a producir porque hay algo de lo que no nos podemos olvidar: en este momento hay muchos conflictos abiertos. No me quiero olvidar de Palestina, pero lo que está ocurriendo en Ucrania, debido a una invasión absolutamente ilegítima por parte de Putin, es algo a lo que Europa no puede mirar para otro lado. La Unión Europea está permaneciendo unida en el apoyo a Ucrania, y España está firmemente comprometida en seguir apoyándola. Porque hacerlo es respaldar la paz con mayúscula, la paz justa. No puede ser ni rendición, ni dejar que los tiranos tomen el poder de un país.
¿Kamala Harris es una esperanza ante estos desafíos?
Bueno, creo que frente a Trump, obviamente es una esperanza.
[Al acabar la entrevista, se explayará en elogios hacia Hillary Clinton y contará que "uno de los grandes disgustos fue que no ganase las elecciones"].
La tensión en Líbano se ha disparado. ¿Se ha planteado la evacuación de las tropas españolas desplegadas en la frontera? ¿Corren peligro?
Es una situación muy complicada. Una vez por semana hablamos con el contingente. Vamos a ver cómo evoluciona todo. Desde aquí siempre hacemos una llamada al alto al fuego inmediato en Palestina, que cese la violencia y las masacres allí, porque todo está íntimamente unido. Esperemos que se pueda reconducir la situación.
Hace poco renovó la cúpula de las Fuerzas Armadas. ¿Es indicador de algo?
Solamente ha habido un cambio en el Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, que después de siete años me pidió marchar para disfrutar de su familia. Y se fue porque él quiso. Cuando llegué al ministerio mantuve a toda la cúpula militar porque creo que esto es política de Estado y todos son magníficos profesionales. Cuando se han producido cambios, se han debido a que la gente ha pasado a la reserva o al retiro. Y no, no entra en mi mente ningún cambio.
"En mi familia, sobre todo mi padre, eran profundamente feministas. Esto me hizo todo mucho más fácil"
Usted era la hermana mayor y, dicen, la responsable. ¿Qué aprendió de casa?
Si se entera mi hermano, me mata. Él es un hombre listo, inteligente ¡y preparado! En ese sentido, no ha habido ningún tipo de competencia en casa. Pero lo que sí puedo decir es que en mi familia, y sobre todo mi padre, eran profundamente feministas y se sentían muy orgullosos de sus hijos. Siempre me decían que no tenía que tener límites de nada. Y creo que me lo hizo todo mucho más fácil.
Ha reconocido que es hipocondríaca. ¿A qué le tiene más terror?
Siempre lo he sido ¡y soy muy solidaria con todos los que lo son! Sobre el terror... Una de las cosas que aprendí por la profesión de juez es que hay que resolver los problemas en el momento concreto y no pensar en lo que pueda pasar. Y otra cosa que aprendí es que nunca hay que hacer planes, porque nunca salen. Al menos a mí no me salían. Hay que vivir al día.
¿Hay algo que le robe el sueño?
Tengo mucha suerte porque duermo muy bien. Y cuando no me pongo el despertador [esto ocurre muy pocas veces, contará fuera de grabadora] puedo llegar a dormir hasta nueve horas.
¿Su amistad con la escritora Julia Navarro la ha llevado a plantearse escribir un libro? No le faltarán candidatos.
Julia Navarro es de las mejores escritoras en lengua española -no voy a decir la mejor para que nadie se enfade- y en el mundo entero. Me lo han propuesto muchas veces, pero nunca me he planteado escribir un libro. Primero porque creo que ya he escrito suficiente por todas las sentencias que he tenido que abordar a lo largo de mi carrera profesional. Y porque creo que las cosas que podrían ser atractivas e interesantes para la gente no se pueden contar por sentido de responsabilidad y de Estado.
Usted es Top 100 Honoraria en el ránking de Magas (EL ESPAÑOL) sobre liderazgo femenino. Y vuelven a abrirse candidaturas para el próximo año. ¿Cómo animaría a otras mujeres a presentarse?
Por las mujeres se ha hecho mucho, pero queda muchísimo por hacer. Y creo que cuando estamos juntas y unidas, somos mucho más fuertes.