Entrada de Desguaces La Torre con las motos de la Guardia Civil de Tráfico.

Entrada de Desguaces La Torre con las motos de la Guardia Civil de Tráfico. José Luis Cano

Motor

Un día en Desguaces La Torre: de cementerio de chatarra a paraíso de piezas de coche

20 mayo, 2023 02:50

Tras saber que Desguaces La Torre ha salido de concurso de acreedores y también tras conocer un poco más a fondo el entramado empresarial (y familiar) de la compañía… hemos querido pasar un día en este paraíso de las piezas de coche de segunda mano.

Así que hasta allí nos hemos dirigido para conocer de primera mano qué se puede encontrar, cómo están los coches y las piezas, qué servicios adicionales ofrece… En definitiva, simular por un día ser uno de los miles de clientes de este supermercado de la segunda mano.

Por tanto, dicho y hecho… cogemos el coche, tomamos la carretera de Toledo A42 hasta el kilómetro 24 y entramos en sus instalaciones. Y lo primero que llama la atención, una vez allí, es el tránsito que tiene el lugar

[Así nació Desguaces La Torre: de una herencia a la polémica expropiación del Gobierno de Adolfo Suárez]

Es viernes a primera hora de la mañana, de un día laborable y es continuo el ir y venir de coches, personas y grúas… También nos llama la atención el ajetreo del restaurante está al lado de la entrada principal de Desguaces La Torre a su lado. Un bar de carretera en la planta baja en el que paran las parejas de la Guardia Civil de Tráfico a tomar un tentempié y donde los bocatas de tortilla y calamares están a cinco euros y el menú del día a 10 euros. 

Un bar de carretera que esconde un restaurante más selecto, en la planta superior que cuenta con menús gastronómicos de cinco platos desde 26 euros sin bebidas y con unas curiosas vistas al desguace y a la carretera de Toledo.

Un cuadro de instrumentos depositado en un coche incenciado.

Un cuadro de instrumentos depositado en un coche incenciado. José Luis Cano

Registro en el control

Tras una breve pausa y un café rápido en el bar, llega el momento de conocer un poco más a fondo el desguace. Así que nos dirigimos a la puerta y lo primero que nos sorprende es que hay una persona controlando qué llevamos. Nosotros solo contamos con un pequeño bolso de mano para la cartera, el móvil y poco más. Sin embargo, allí lo común es que los clientes entren con sus herramientas para desmontar aquellas piezas que necesitan.

Interior de un coche en el desguace.

Interior de un coche en el desguace. José Luis Cano

Una vez pasado el control, vemos las primeras naves. La primera nave está reservada para los componentes de mecánica, la segunda nave es para los teleoperadores y el reparto y la tercera para los componentes de la carrocería. Hay una cuarta nave en la que se realiza la descontaminación y el reciclaje. De todas ellas, la que mejor sensación nos ha causado ha sido la nave de componentes de carrocería. Entre otras otras razones porque está muy bien clasificada y las piezas están en buen estado.

Interior de la nave de desguace.

Interior de la nave de desguace. José Luis Cano

Queda claro, por tanto, cómo es el proceso. Una vez que un propietario quiere dar de baja el coche, bien sea por su antigüedad o por un accidente, y que el desguace recoge el vehículo, lo siguiente es llevarlo a las instalaciones. Allí retiran todos aquellos elementos del vehículo que pueden ser descontaminados y clasificados, para después transportar los vehículos en grúas, tractores o incluso pequeños trailers a la enorme campa. A partir de ahí serán los clientes los que busquen las piezas que necesiten, las desmonten y se las lleven.

Un taxi en el desguace.,

Un taxi en el desguace.,

Una enorme extensión de terreno

Entrar en Desguaces La Torre es sinónimo de tener una mañana o una tarde de dedicación plena. Entre otras razones porque allí las distancias son enormes. Por ejemplo, desde la puerta de entrada y hasta la última hilera de coches hay casi 1.000 metros y la anchura en su parte más amplia puede llegar hasta los 600 metros. Hablamos por tanto de miles de metros cuadrados de coches desguazados

Desguaces La Torre está dividido en unos diez cuadrantes, unos más grandes que otros, donde calculamos que puede haber 20.000 coches aproximadamente. Son tan grandes las distancias que desde la empresa ofrecen un autobús gratuito para moverse por las instalaciones. Basta subirse en él para después bajarse minutos después en el área en el que buscamos las piezas.

Un curioso Volkswagen Beetle dentro de la campa del desguace.

Un curioso Volkswagen Beetle dentro de la campa del desguace. José Luis Cano

En este sentido, en el área 1 encontramos Dacia y Renault; en el 2, las furgonetas y los todoterrenos; en el 3, están los coches de Ford; en el 4 están Citroën, Peugeot, Opel; en el 5 otras más minoritarias como Dodge, Smart, Suzuki, Tata o Lexus; en el 6 está Lancia y Mercedes, BMW, Alfa Romeo; en el 7 Hyundai y Daewoo, en el 8 está Audi y Volkswagen, Seat, Skoda; el 9 está dedicado a los monovolúmenes y Rover y el 10 está vallado al público.

El desguace está dividido por fabricantes.

El desguace está dividido por fabricantes.

Coches de todo tipo

Recorremos a pie el kilómetro de distancia que separa la entrada principal del último cuadrante. Una distancia que nos permite observar con detenimiento todos los coches que allí están almacenados. 

Y lo cierto es que nuestra sensación en este paseo deja sentimientos encontrados. Para algunos es más que probable que piensen que aquello es solo un cementerio de coches y de chatarra. Para otros en cambio, es como un enorme cajón de los tesoros.

Trailer con coches que van al desguace.

Trailer con coches que van al desguace. José Luis Cano

Lo cierto es que la gran mayoría de los coches que allí se muestran están desguazados. Pero quién sabe si alguien busca un asiento, un faro, un volante o cualquier otro elemento y justo encuentra la pieza que busca en buen estado. Una pieza que, además, su precio será muchísimo más bajo que una pieza similar conseguida por recambios, talleres o incluso en el catálogo original.

Seguimos recorriendo el desguace y vemos al fondo unas estructuras metálicas que sugieren varias naves sin terminar. Algunas de ellas es probable que sus obras fueron detenidas cuando culparon al dueño de Desguaces La Torre, Luis Miguel Rodríguez, el Chatarrero, por realizar obras sin autorización en una zona de Torrejón de la Calzada para ampliar los terrenos de Desguaces La Torre.

Estructura que iba a albergar el museo del automóvil.

Estructura que iba a albergar el museo del automóvil.

Registro a la salida

Una vez en este punto, toca rehacer el camino para salir de este complejo. Al final, hemos estado cerca de dos horas recorriendo unas instalaciones que no dejan indiferente a nadie. Atravesamos la puerta de salida y una vez más la persona que controla los accesos nos pide que enseñemos el pequeño bolso para asegurarse de que no llevamos ninguna pieza escondida. 

De camino de nuevo a Madrid, nos subimos al coche, no sin antes parar de nuevo y ver una estructura enorme e inacabada a mano izquierda. Es el museo del automóvil con el que soñaba LuisMi, el chatarrero. Un museo que ha quedado detenido en el tiempo y que mantiene las grúas todavía, probablemente como señal de que su dueño quiere seguir soñando… y todavía no ha tirado la toalla.

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