
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol.
Imaz (Repsol), sobre la cancelación en Venezuela: "Buscaremos mecanismos para seguir con nuestra actividad"
El CEO de Repsol remarca que los "altibajos" son parte de la actividad en el país y asegura que hay "diálogo" con la Administración de Trump.
Más información: Trump revoca el permiso a Repsol para exportar petróleo venezolano y operar con este crudo en sus refinerías
Repsol está ya en "diálogo abierto" con la administración de Donald Trump para mantener su actividad en Venezuela después de la decision de Estados Unidos de cancelar los permisos que ellos, junto con otras petroleras, tenían para exportar crudo y derivados del país sudamericano.
Así lo ha avanzado el CEO de la petrolera, Josu Jon Imaz, durante su participación en el V Foro Económico Español Wake Up, Spain!, organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y Disruptores.
"Vamos a ver si encontramos mecanismos que puedan permitir que sigamos con la actividad en el país", ha comentado, donde están desde hace 32 años. "Nunca ha sido fácil", ha enfatizado Imaz, que ha recordado en todo caso que actualmente el 85% de la produccion de Repsol en el país es gas natural.
7. Conversación con Josu Jon Imaz, CEO de Repsol
Su confianza en ese diálogo abierto con EEUU es manifiesta por motivos, ha dicho, "realistas". Porque, ha señalado, Europa y EEUU mantienen una buena relacion transatlantica basda en unos valores compartidos, democracia, derechos humanos, seguridad jurídica, o equilibrio de poderes.
"Creo que en la relación transatlántica y creo que tenemos que seguir apostando por ella", ha subrayado.
Imaz ha abordado tambien algunos retos de la compañía en este 2025 tras concluir un año marcado por el debate sobre el finalmente abortado impuesto a las energéticas, una suerte de "batalla" que, ha dicho, no han ganado las empresas del sector sino "la sociedad y la industria española".
"No era una batalla de Repsol. La industria española en sector de refino y química posiblemente no hubiese sobrevivido a esa regulación", ha sostenido.
Superado ese debate, ahora la compañía afronta un año en el que volverá a ser clave la estabilidad mundial, que suele marcar las fluctuaciones del negocio de este sector, como se vio el año pasado con el incremento de tensiones en Oriente Medio o la ralentización de la demanda china.
Todo venía tras una fuerte crisis energética en Europa, donde la situación es preocupante. Como ha recordado, en los últimos años el Viejo Continente ha perdido el 12% de su capacidad industrial, "un daño del que no nos vamos a recuperar tan fácilmente".
¿Y ahora? El mundo sigue aumentando la demanda de petróleo y gas, ha apuntado, pero "tenemos que hacer posible que la oferta exista" porque de lo contrario se elevará la factura para consumidores e industria. El resumen de Imaz: "más tecnología y menos ideología".
Y creerse el objetivo de reindustrializar Europa, sobre todo para no convertir el informe Draghi en una "Biblia de mesilla de noche" que nadie lee. ¿Cómo hacerlo? "La industria lo que no necesita son leyes, necesita primero un reconocimiento social del papel del empresario y el inversor", ha remarcado el CEO de Repsol.
Después de la confianza en el empresario, "estabilidad regulatoria". "Muchas empresas invertimos para 10 años, no queremos que nos cambien las reglas a mitad de partido", ha ejemplificado. Finalmente, creernos en Europa que queremos industria.
Porque hay dos objetivos clave en este apartado. Primero seguridad en el suministro, segundo la competitividad, e Imaz cree que teniendo esto en cuenta descarbonizar "no puede ser el único objetivo", porque se ven comprometidos los puntos anteriores.
Así las cosas, y pese a sus reticencias iniciales, el CEO de Repsol se ha pronunciado sobre el elefante en la habitación: la energía nuclear. "La energía renovable es fantástica, estamos invirtiéndole mucho. Pero es intermitente y esto exige que necesitemos las energías base y hoy solo tienes dos mecanismos: nuclear y gas", ha expuesto.
"Si cerramos nuclear vamos a necesitar más gas y vamos a generar más emisiones", ha zanjado. Todo ello sin tener en cuenta el impacto en el empleo en las zonas donde se cierren proyectos de este tipo.
Al CEO de Repsol, por ejemplo, le daría "pena" que se perdieran proyectos como Almaraz, aunque deja un mensaje de optimismo. "Creo que necesitamos energía nuclear y creo, porque confío en la responsabilidad de este Gobierno, que se tomarán las decisiones correctas y la nuclear continuará funcionando en España".