Sánchez y Montero soslayan ante los socialistas manchegos y andaluces sus concesiones y compromisos con Puigdemont
El presidente arropa este fin de semana a tres barones del PSOE que cuestionan los pactos con los independentistas (Page, Gallardo y Barbón) en sus congresos regionales.
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El presidente Pedro Sánchez pisa el acelerador para zanjar los congresos regionales del PSOE y poner en marcha la maquinaria electoral contra los gobiernos autonómicos del PP, pese a que (según asegura) los ciudadanos no acudirán a las urnas antes de dos años.
Tan sólo unas horas después de que Carles Puigdemont lanzara su última amenaza de tumbar el Gobierno, Sánchez recorre este fin de semana los congresos regionales en los que renuevan su liderazgo barones socialistas críticos como Adrián Barbón (Asturias), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y, este domingo, Miguel Ángel Gallardo (Extremadura).
Por su parte, la vicepresidenta María Jesús Montero se proclamó este sábado secretaria general del PSOE de Andalucía, tras la retirada de su único rival, el catedrático de Economía Luis Ángel Hierro, quien no logró reunir los avales necesarios.
Tanto Pedro Sánchez como Montero han protagonizado estas citas sin realizar ni una sola mención a las concesiones realizadas por el Gobierno a los partidos independentistas (desde el cupo catalán a la ley de amnistía), convertidas en un agravio que puede pasar factura al PSOE en estas regiones.
Pedro Sánchez participó este sábado en el Congreso del PSOE de Castilla-La Mancha, cuyo lema, La fuerza de la igualdad, subraya la postura crítica de Emiliano García-Page con decisiones del Gobierno como el sistema de financiación privilegiado prometido a Cataluña, que rompe la solidaridad con el resto de CCAA.
Me conmueve profundamente y me llena de orgullo estas palabras del presidente del Gobierno @sanchezcastejon, con las cuales me identifico.
— Ana Hernández Ruiz (@anahantropologa) January 18, 2025
La fuerza de la igualdad es la fuerza del PSOE. Gracias a la educación pública en junio finalizo mis estudios y me graduó como Antropóloga. pic.twitter.com/L9eAGIepnX
Sánchez incorporó esta idea a su discurso para explicar que "en el 50 aniversario de la muerte del dictador, si algo explica por qué España en tan poco tiempo se ha convertido en una democracia plena, con un desarrollo económico tan contundente, es la fuerza de la igualdad".
Incluso recurrió a una nota autobiográfica para explicar que sus padres pudieron estudiar una carrera universitaria "gracias a la educación pública que pusieron en marcha los gobiernos socialistas en esos primeros años de la democracia". "Esa es la fuerza de la igualdad", recalcó ante Page.
Aunque la educación pública en España se remonta a la llamada Ley Moyano, aprobada en 1857 por el Gobierno de Leopoldo O´Donnell. Hace casi 170 años.
Ante los socialistas castellanomanchegos, Sánchez no hizo ninguna mención a la cita que dirigentes del PSOE mantendrán en los próximos días en Suiza, ante el verificador internacional, para intentar apaciguar a Puigdemont.
Y sólo aludió de forma velada a las informaciones sobre los casos de corrupción que asedian al Gobierno, al quejarse del "ruido" de las tertulias de televisión y los "decibelios" que impiden que se conozcan las buenas noticias sobre la economía española.
Para ello, volvió a recordar que el diario The Economist (que el pasado mes de octubre le señaló como una amenaza para la democracia) ha elegido a España como "la mejor economía del mundo".
Como ya hiciera el viernes en Avilés (Asturias) ante Adrián Barbón, Sánchez prometió que en las elecciones de 2027 el PSOE derrotará a la "internacional ultra", personificada en Donald Trump y el magnate Elon Musk, propietario de Tesla y de la red social X.
"Podrán tener el dinero y los algoritmos amañados para propagar bulos, desinformación y odio", repitió el presidente del Gobierno, "pero no tienen lo más importante en democracia, el poder del voto y de la gente".
Sánchez lanzó este sábado en Toledo un guiño de complicidad a su anfitrión, al felicitar a Page por la gestión de la Dana (que dejó siete muertos en Castilla-La Mancha y 219 en la Comunidad Valenciana), frente a la "incompetencia y miseria moral" del PP.
En la clausura del Congreso del PSOE de Castilla-La Mancha, el propio Emiliano García-Page dará este domingo la réplica al presidente del Gobierno, en un discurso en el que no ocultará sus discrepancias ante las cesiones que ha realizado a los independentistas.
Pero Sánchez se encontrará en ese momento en Plasencia (Cáceres), para arropar a Miguel Ángel Gallardo, que será proclamado de nuevo secretario general del PSOE de Extremadura tras derrotar en las primarias a Esther Gutiérrez, la candidata que despertaba más simpatías en Ferraz.
Al igual que Page, Gallardo tampoco oculta sus discrepancias con determinadas políticas de Sánchez: este sábado participó en la manifestación que congregó a 7.000 personas en Cáceres, para exigir al Gobierno que no cierre la central nuclear de Almaraz. Pero la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, no tiene intención de dar marcha atrás a esa decisión.
Aunque es el más próximo a Pedro Sánchez, en Asturias Adrián Barbón se ha mostrado crítico con el cupo catalán, que mermará los recursos del resto de CCAA para financiar los servicios públicos e infraestructuras.
En su breve campaña para liderar el PSOE andaluz, María Jesús Montero también ha eludido cualquier referencia a los pactos del Gobierno con los independentistas. En un acto celebrado en Jaén el pasado fin de semana, llegó a prometer incluso que el Gobierno "nunca permitirá" que Cataluña tenga "más privilegios" que otras comunidades autónomas.
Como ministra de Hacienda, Montero es precisamente la encargada de negociar un sistema de financiación privilegiado que permitirá a la Generalitat recaudar el 100% de los impuestos que se pagan en Cataluña, tal como prometió el PSOE para que ERC apoyara la investidura de Salvador Illa.
Descontados los tres barones críticos (Page, Gallardo y Barbón) frente a los pactos con los independentistas, Sánchez ha encontrado menos resistencias para hacerse con el control de otras federaciones socialistas.
Con la actividad legislativa reducida a la mínima expresión por falta de mayorías, el presidente ha encargado a varios de sus ministros la tarea de demolición de los gobiernos autonómicos del PP.
Desde la tragedia de la DANA, la ministra Diana Morant y la delegada del Gobierno Pilar Bernabé se han convertido en el ariete para exigir la dimisión del presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.
El PSOE aprovechó el escándalo de la filtración de los correos del novio de Ayuso para forzar la marcha de Juan Lobato como secretario general de los socialistas madrileños. Le sucedió sin rival el ministro de Transformación Digital, Óscar López, quien ya ejerce a diario como líder la oposición regional contra Isabel Díaz Ayuso.
Mientras tanto, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, presiona al presidente de Canarias, Fernando Clavijo, para que rompa su pacto de gobierno con el PP por negarse a consensuar la reforma de la Ley de Extranjería.
La ministra de Educación, Pilar Alegría, ya ha anunciado que optará a dirigir el PSOE de Aragón, donde deberá competir con el delfín de Javier Lambán, quien ha prometido ser neutral en la contienda.