El sí pero no de Puigdemont: suspende las "negociaciones sectoriales" con Sánchez pero mantiene las de inmigración
Junts exige una "reunión urgente" en Suiza con el Gobierno ante el verificador salvadoreño para analizar el grado de cumplimiento de los acuerdos.
Más información: Junts convierte en prioridad para Cataluña el control de la inmigración y da otra tregua al PSOE para "seguir negociando"
Suspender negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez pero al mismo tiempo mantener conversaciones abiertas con él. Aunque suene contradictorio, se trata del anuncio que ha realizado este viernes el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una rueda de prensa en Bruselas tras la reunión de la cúpula de Junts.
El líder independentista ha anunciado, por un lado, que deja "en suspenso" las negociaciones políticas con el PSOE sobre "cuestiones sectoriales". Pero se trata de un suspenso con matices. Porque pese a esa ruptura a nivel sectorial, a renglón seguido Puigdemont ha querido aclarar que no pararán los contactos sobre todo lo relacionado con la amnistía, el uso del catalán en las instituciones europeas y, sobre todo, el traspaso integral de las competencias en materia de inmigración a Cataluña.
Puigdemont ha lanzado este ultimátum después de que la Mesa del Congreso de los Diputados aplazara este jueves —gracias a los votos de PSOE y Sumar— su decisión sobre iniciativa parlamentaria presentada por los separatistas y que exige que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza.
Pero era un ultimátum extraño. ¿Se rompe pero se sigue negociando? Los periodistas presentes en la comparecencia no acababan de entender el sí pero no de Puigdemont. "¿Qué significan esas cuestiones sectoriales?", ha sido una de las preguntas de la prensa.
Puigdemont ha explicado que la congelación del diálogo afectará, por ejemplo, a las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado para este año 2025 y también a la convalidación de cualquier decreto aprobado por el Gobierno, como el impuesto a las empresas energéticas.
"Para evitar que se juegue con el calendario, a partir de ahora suspendemos las negociaciones políticas con el PSOE en cuestiones sectoriales (...). No nos sentaremos a negociar los Presupuestos. Si hay decretos que hay que convalidar, que no nos busquen", ha agregado.
Pero hay una excepción: si el contenido beneficia a los intereses de Cataluña, el voto será favorable. "Haremos lo que hacíamos antes de dar apoyo a Pedro Sánchez", ha puntualizado Puigdemont, por lo que ha dejado claro a los socialistas que no les inviten a negociar nada y que sólo votarán a favor de las iniciativas que encajen en su programa electoral, algo que no significa que se instalen en el no a todo, ha dicho.
Inmigración, prioridad
Como ha explicado Puigdemont, entre las negociaciones suspendidas no se encuentra el traspaso de las competencias migratorias. De hecho, y tal y como ha publicado este viernes EL ESPAÑOL, Junts quiere dejar claro que el control de la inmigración será ahora su gran prioridad.
Y por eso acelera las conversaciones en esta materia. Aunque hay todavía algunos escollos con el PSOE, como que Junts pretende que se cedan los permisos de larga y corta duración, las órdenes de expulsión y el control de fronteras.
Junts busca dar preeminencia al problema de la inmigración para capitalizar un relato que en Cataluña abandera sobre todo Aliança Catalana, que irrumpió en las pasadas elecciones autonómicas. También Vox, que tiene un discurso muy beligerante. El objetivo de Junts es frenar la sangría de votos hacia estas dos formaciones.
Está también en el aire la llamada amnistía política, eufemismo con el que Junts designa el gesto de la reunión entre Sánchez y Puigdemont, que el Gobierno da por hecha, pero una vez asegurado que hay disposición firme a sacar adelante los Presupuestos.
Puigdemont ha repetido en que una reunión cara a cara con Sánchez en Bruselas o Suiza tendría un "valor simbólico" y podría ayudar a desatascar la situación. No obstante, tambíen ha indicado que no se trata de una cuestión "personal". "Si nos reunimos con el presidente Sánchez pero seguimos con los incumplimientos, no serviría de nada la reunión", ha insistido.
En todo caso, el líder de Junts considera que el Gobierno de Sánchez no puede seguir adelante si pierde definitivamente el apoyo de su formación. "Si un Gobierno ha sido investido con unos votos y ya no los tiene, ¿tiene sentido que continúe gobernando? Yo creo que no", ha zanjado.
Queda pendiente también el uso del catalán en las instituciones europeas. Se trata de un asunto con unos plazos de cumplimiento muy lentos, como explica siempre el Gobierno a Junts cuando trata de justificar que no cumple con ese compromiso.
"Reunión urgente" en Suiza
¿Y hasta cuándo se dejan en suspenso las negociaciones sectoriales? Hasta que el Gobierno de Pedro Sánchez, ha señalado Puigdemont, cumpla todos los compromisos asumidos en el acuerdo de Bruselas firmado el año pasado a cambio de la investidura.
En paralelo a ese suspenso, el líder de Junts —fugado en Bélgica desde la fallida declaración de independencia de Cataluña en octubre de 2017— ha exigido la convocatoria de una reunión "urgente y extraordinaria" en Suiza con el verificador internacional, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez, para que éste se pronuncie sobre el grado de cumplimiento del acuerdo de Bruselas. Es la primera vez que se activa este mecanismo "de crisis".
Es decir, Puigdemont, por el momento, ha evitado una ruptura total con Sánchez y ha destacado que el PSOE todavía está a tiempo de llevar a buen puerto los compromisos asumidos. En este sentido, ha celebrado que el PSOE haya "rectificado" y haya renunciado a tumbar la petición de Junts de que Sánchez se someta a una moción de confianza, como había anunciado inicialmente, limitándose a aplazar su tramitación. Eso significa que los socialistas han entendido que "el riesgo de ruptura era real".
Desde el Gobierno aseguran que trabajarán "hasta la extenuación" para restablecer los puentes con Junts.