Sánchez vincula el cambio de publicidad en los medios con el caso de su esposa y del fiscal general

El presidente del Gobierno ha vinculado este lunes sus cambios a la publicidad de los medios con dos de los frentes que incluye en esa máquina: la investigación a su mujer, Begoña Gómez, por tráfico de influencias y corrupción; y la posible imputación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelar información confidencial de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Sánchez asegura que los dos casos son comparables por partir de "una estrategia judicial de acoso y derribo [...] basada en bulos y desinformación", según declaró en una entrevista de la Cadena SER. En el de Ortiz, porque el fiscal se limitó a "publicar una nota aclarando un bulo"; en el de Gómez, porque las acusaciones sobre ella se basan en una denuncia de Manos Limpias, sindicato conocido por querellarse contra políticos de izquierdas con pocas pruebas y casi ningún éxito.

"Este es un caso de libro. Tenemos a un pseudosindicato ultraderechista que plantea una denuncia con bulos y desinformación, tenemos a los pseudomedios digitales propagando esos bulos y esa desinformación, y luego tenemos los altavoces del Partido Popular y de Vox pedaleando sobre la nada, sobre el fango", esgrimió Sánchez durante la entrevista.

El discurso del presidente del Gobierno, replicado por el resto de miembros del Consejo de Ministros en las últimas semanas, es que nada de esto sería posible sin el papel de unos medios de comunicación que "solamente tienen recursos públicos, no tienen lectores". De ahí nace la tesis de la nueva ley de publicidad institucional, que limitará las subvenciones. 

La vinculación que hace Sánchez es la siguiente: sin las publicaciones dudosas de algunos medios de comunicación, Manos Limpias no habría podido elaborar su denuncia contra Begoña Gómez.

A su vez, si los medios no hubiesen publicado una información falsa que partía "de la mano derecha de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez", entonces el fiscal general del Estado no tendría que haberla "desmentido". 

El contexto de este caso es que Rodríguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, filtró a algunos medios que la Fiscalía había intentado llegar a un acuerdo con el novio de Ayuso, acusado de varios delitos. Esa noticia abrió periódicos e informativos, pero resultó ser falsa. Ante esta información, la Fiscalía salió a desmentirlo y a decir que, de hecho, fue el acusado el que se ofreció a pactar y reconocer los hechos. 

Es por ello que Sánchez cree que ni el fiscal general del Estado ni su mujer han algo judicialmente achacable, ni siquiera cuestionable. "Absoluta tranquilidad y confianza porque no hay nada", ha zanjado en varias ocasiones. Todo es culpa de la máquina del fango.

La nueva ley

Pedro Sánchez ha anunciado este lunes una modificación de la ley de publicidad institucional con el objetivo de evitar que se financien "los bulos de la ultraderecha" con dinero público. Según el presidente del Gobierno, hay que cortar esos recursos a los "pseudomedios y tabloides digitales", sin aclarar a qué medios en concreto se refiere.

"Voy a comparecer el próximo 17 de julio para presentar la propuesta de calidad democrática del Gobierno. He hecho algunos anuncios ya sobre en qué va a consistir. Vamos a modificar la ley del derecho al honor, del derecho a la rectificación, y voy a plantear la modificación de la ley de publicidad institucional que tiene casi 20 años y no incorpora el fenómeno de la digitalización y los medios de comunicación", ha manifestado.

El presidente ha vinculado ese propósito a lo que, asegura, se está haciendo en otros países de la Unión Europea: "Siguiendo la estela de Europa, incorporaremos transparencia en la financiación con recursos públicos de estos medios o pseudomedios o tabloides digitales, porque no es aceptable que con recursos públicos se estén financiando los bulos de la ultraderecha".