El PSC ya negocia la Mesa y ERC consultará a sus bases si inviste a Salvador Illa: "Es nuestro mal menor"
Los de Illa respetarán "los tiempos", pero ya prevén cómo repartir del órgano de gobierno del Parlament. Hablarán "con todos menos con la ultraderecha".
18 mayo, 2024 02:48Hasta pasado el 9-J nadie en Cataluña parecía tener incentivo para moverse en lo tocante a la formación del nuevo Govern. Pero es precisamente ese día siguiente a las elecciones europeas el que la ley marca para constituir el Parlament y votar la composición de la nueva Mesa. Y mientras el PSC ya ha iniciado contactos con los grupos, ERC ha empezado a acercarse a Salvador Illa: "Es nuestro mal menor", señalan fuentes de su dirección.
Según ha podido confirmar este diario, los socialistas, como partido ganador de las elecciones, han tomado la iniciativa con unas primeras "tomas de contacto por teléfono", explica una fuente del PSC. "Aún no hay negociaciones", son "llamadas" exploratorias y de cortesía.
Y es que se "están respetando los tiempos y procesos de cada partido". El nacionalismo está en plena convulsión: sus formaciones han perdido la mayoría en la Cámara por primera vez desde 1980.
Aquel primer Parlament autonómico de la Democracia fue el último en el que las formaciones no nacionalistas tuvieron más votos y escaños, y mayoría en la Mesa.
Será la secretaria general republicana, Marta Rovira, quien lidere las negociaciones de la Mesa y de la investidura, como adelantó EL ESPAÑOL. Aún no ha nombrado a su equipo y la consulta no tiene fecha, pero las bases de Esquerra votarán si facilitan la investidura del candidato socialista.
El PSC ya aclaró este martes que era "falso" que Illa estuviese dispuesto a ceder la presidencia de la Cámara a otro grupo. El mismo lunes, después del descalabro de Esquerra Republicana -que ha pasado de 33 a 20 escaños-, se rumoreó la posibilidad de ofrecerle a ERC el cargo como un método de propiciar su apoyo a la investidura de Illa.
Por un lado, el PSC no se fía de Esquerra. Quien preside la Cámara tiene la potestad de proponer el candidato a someterse al debate de investidura, y el otro aspirante a presidir la Generalitat, Carles Puigdemont, podría soñar con cerrar un pacto con los republicanos. Juntos reunirían 55 escaños, 13 más que los 42 del PSC.
Pero por otro, es que no hará falta. ERC está en plena descomposición interna, y hacer president a Puigdemont aún sería peor que una repetición electoral.
El entorno del candidato del PSC no tiene prisa, y esperará a la "digestión" de los resultados por parte de ERC; así la llaman.
Tras la dimisión de Pere Aragonès, que seguirá como president en funciones, pero no recogerá su acta de diputado, Oriol Junqueras publicó una carta y trató de convocar un congreso rápido para "tomar el mando de una vez" en el partido. Pero en la Ejecutiva, dividida, no se le permitió un "cierre en falso de la crisis".
Junqueras dice haber sido presidente sólo nominalmente desde que fue encarcelado a finales de 2017: los casi cuatro años de prisión, Esquerra se organizó para funcionar sin él ni Marta Rovira -la secretaria general huida en Suiza- en las cosas del día a día. Y en estos tres que Junqueras lleva en libertad, la formación estaba más al servicio del Govern de Aragonès que dispuesta a escucharle o consultarle.
Así que ese mismo 10 de junio, Junqueras dejará el cargo y cogerá el coche para recabar apoyos de la militancia y legitimidad popular para ser aclamado en el congreso, finalmente convocado para el 30 de noviembre.
"Dado que Junqueras no se puede presentar, porque la amnistía no le llegaría a tiempo, entre las malas opciones, que son todas, la menos mala es que gobierne Illa", apunta una fuente interna.
'Indepes' y 'unionistas'
Ahora, la clave estará en cómo armar las mayorías en la Mesa que eviten un posible control independentista.
Son siete sus componentes: una presidencia, dos vicepresidencias y cuatro secretarías. Y según la tradición seguida hasta los años del procés, en los que "todo se fue al carajo", según un exdiputado constitucionalista consultado por este periódico, "se respetaba la regla proporcional".
Con una Cámara tan atomizada, explican las fuentes consultadas, lo lógico sería que PSC, Junts y ERC tuvieran dos puestos cada uno, dando entrada, en todo caso, a un miembro del Partido Popular en la secretaría cuarta.
Pero eso le daría la mayoría al independentismo, lo que no se corresponde con la otra proporcionalidad, ésa que es una novedad desde 1980, con mayoría constitucionalista. De este modo, el PSC podría proponer a sus interlocutores otro reparto, en el que ganaría un tercer puesto en la Mesa a costa de Esquerra.
Esta solución le daría otro equilibrio al órgano de gobierno del Parlament: los socialistas aún tendrían que buscar aliados, pero en cada caso podrían recurrir a la geometría variable. En asuntos del eje identitario, buscar el entendimiento con el PP; y en asuntos del eje ideológico, apoyarse en el miembro de ERC.
Esta proporcionalidad se calculaba "usando el sistema d'Hondt o el de restas mayores, y luego se negociaba la presidencia", explican fuentes del PP catalán. "Si el PSC respeta esa necesaria proporcionalidad salida de las urnas, no habrá mayoría separatista en la Mesa".
Porque una cosa está clara, el quinto grupo no entrará en el reparto. "La intención es establecer diálogo con todos menos con la extrema derecha", explican las fuentes del PSC, lo que cierra la posibilidad de que la proporcionalidad entre indepes y unionistas se complete con un diputado de Vox en la Mesa.
Madrid y Barcelona
Y esto nos hace volver al debilitamiento de Esquerra. Si todo se cumple como lo tiene diseñado el PSC, a los de Rovira (y Junqueras) no les va a quedar más remedio que tener en la Mesa el mismo peso que el PP. Otro sapo que tragar para añadirlo al Illa president, al que se negaban como "un suicidio" hasta el 12 de mayo.
El socialista liderará el Govern, con toda probabilidad, pero tendrá difícil encontrar aliados para sus iniciativas.
En el lado derecho del hemiciclo, descartadas las extremas derechas de Vox (11) y Aliança Catalana (2), quedan Junts y el PP. Si Puigdemont -o quien se quede- no hace caer a Pedro Sánchez en Madrid, le hará pagar a Illa las facturas. Y la opción de mirar al PP para completar mayorías se antoja casi imposible, siendo oposición en Madrid y en Barcelona.
En el lado izquierdo, los Comuns se han ofrecido ya a la coalición, pero Illa deberá entregar consellerías a cambio de muy pocos votos (6) en el Parlament. La CUP (4), por su parte, le negará el pan y la sal al socialista.
... y de la nueva ERC se espera "una gobernabilidad difícil" para el sucesor de Aragonès y mucha más exigencia en Madrid. "Ahora, hay más poder en los siete diputados del Congreso que en los 20 del Parlament", admite una persona cercana a Junqueras.