Moncloa ve la reunión con Feijóo sólo como un intento de obstaculizar la investidura de Sánchez

La versión de la Moncloa es que no tiene ningún sentido ahora esa reunión. Según el entorno del presidente en funciones, no es tiempo de acuerdos sin que se haya producido aún investidura alguna, sino que es tiempo de que Feijóo busque, lo antes posible, acuerdos una vez que pidió al Jefe de Estado que le encomendara intentar la investidura.

La única opción de acuerdo entre PSOE y PP sería, una vez constituidos los grupos parlamentarios, el de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, tras cinco años de negarse a cerrar ese pacto. 

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No es preciso que haya Gobierno para llegar a ese acuerdo porque corresponde sólo a los grupos. Pero los socialistas ponen en duda que Feijóo vaya a aceptar hacerlo justo ahora en vísperas del debate de investidura del 26 de septiembre que, salvo sorpresa mayúscula, acabará en derrota parlamentaria del líder del PP.

Sánchez está utilizando este tiempo muerto para negociar con sus posibles socios con la tranquilidad de hacerlo sin los focos que, en este momento, deben estar dirigidos a Feijóo.

Por eso, la Moncloa teme que lo que busca el PP es, precisamente, obstaculizar las negociaciones de Sánchez con Junts, ERC, PNV, Bildu y BNG. Especialmente, en el caso de Junts y PNV, bajo la lógica negociadora de que "cuando hay varios posibles compradores, el vendedor puede subir el precio".

Es decir, que dando impresión de que puede reunirse con Junts y con PNV, ambos partidos pueden elevar el listón de sus exigencias. Eso es así, opina Moncloa, pero de forma muy limitada, ya que el PSOE no concede ninguna credibilidad a la posibilidad de que ambos partidos puedan permitir la investidura del líder del PP.

También la dirección del PNV niega que exista división alguna entre los nacionalistas vascos e insisten en que Vox "sigue en la ecuación" porque los votos de la extrema derecha siguen siendo imprescindibles para Feijóo. Y porque son notorios sus acuerdos en comunidades y ayuntamientos.

Añaden los jeltzales que es inimaginable ir de la mano del PP y Vox en meses próximos a las elecciones vascas de 2024 cuando, además, acudirán con Bildu pegados a su nuca y en dura competencia.

El interés del PSOE es que quede claro que el PP no tiene con quién pactar, y que será rechazada su investidura porque van de la mano de Vox.

Incluso, pretenden usar ese empuje para establecer el relato de que sólo es posible el acuerdo de Sánchez (y Yolanda Díaz) con los independentistas para evitar la repetición de las elecciones.

Por eso, además, el PSOE avanza con sus socios, incluyendo el acuerdo sobre la amnistía por los sucesos de otoño de 2017.

Moncloa insiste en que la investidura de Feijóo, que acabará con seguridad en rechazo, sólo tiene sentido desde el punto de vista interno de la derecha y extrema derecha. Es decir, para asegurar su liderazgo y crecer en el futuro a costa de Vox, con el argumento de que es imposible desalojar a Sánchez y gobernar con el voto al PP.

Es decir, según el PSOE, "es el uso particular, y de consumo interno, de un instrumento constitucional como el de la investidura, retrasando la constitución del Gobierno".