ERC teme que Puigdemont prefiera repetir las elecciones a votar 'sí' a la investidura de Sánchez

En el partido del president Pere Aragonés crece la preocupación porque no terminan de encajar las piezas del puzzle. No sólo porque la actuación de Carles Puigdemont, que será quien decida en última instancia, resulta completamente imprevisible. Y puede pesar en él finalmente el ánimo de revancha, la tentación de negar el sí a la investidura de Sánchez, para provocar la convocatoria de nuevas elecciones y prolongar la situación de inestabilidad en España. 

En ERC han constatado que amplios sectores de Junts son partidarios de "dar un revolcón" a Sánchez el próximo jueves en la elección de la Mesa del Congreso, como aviso a navegantes para que el presidente en funciones se vea obligado a ceder ante todas las exigencias de Puigdemont, al constatar que está dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias su órdago.

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Solo que esta maniobra trastocaría todos los planes que ha trazado el PSOE, que pasan por construir en la Mesa del Congreso una mayoría dispuesta a tramitar la Ley de Amnistía que exige Junts para decenas de independentistas procesados por la Justicia: desde los CDR que fabricaban explosivos para atentar contra infraestructuras, a los promotores del Tsunami Democràtic utilizado para convocar protestas masivas como el colapso del aeropuerto del Prat. Una causa, esta última, que puede salpicar de lleno a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, hoy huida de la Justicia en Suiza.

La elección de los nueve miembros de la Mesa (un presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios) se realiza mediante votación secreta, por lo que el PSOE necesita tener completamente atada su mayoría para evitar sorpresas de última hora.

Si no salen las cuentas y surge una mayoría en la Mesa afín al PP, será mucho más complejo que este órgano acepte tramitar una Ley de Amnistía: como ocurrió la pasada legislatura, cuando la presidenta de la Cámara, la socialista Meritxell Batet, se negó a tramitar la proposición de Ley registrada por ERC y Junts. De ahí que los socios independentistas hayan vetado ahora la posibilidad de que Batet continúe como presidenta del Congreso.

Por todo ello, el exdiputado de ERC Joan Tardà lanzó este lunes un nuevo aviso y advirtió que "el PSOE se la juega el jueves porque si no se mueve lo suficiente, lo tendrá más difícil para conseguir la investidura".

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También la diputada electa de ERC Teresa Jordà lanzó un doble mensaje el viernes, tras acreditarse en el Congreso: por un lado, pidió a los dirigentes de Junts que no echen a peder, con exigencias disparatadas, la "ocasión de oro" que tienen ambos partidos para avanzar en su agenda soberanista, ya que los 14 escaños que suman son imprescindibles para que Sánchez continúe en la Moncloa. 

Pero sus palabras también iban dirigidas a los socialistas, para que sean conscientes de que, si la falta de acuerdo conduce a la convocatoria de nuevas elecciones, el nuevo juego de mayorías resultantes puede no resultarle tan favorable como el actual.

Teresa Jordà quiso mostrar la absoluta desconfianza de su partido hacia el PSOE: "Sabemos quién es el PSOE, quién es el PP, son los del 155, los conocemos perfectamente", dijo ante los periodistas, "pero preferimos siempre hablar con el PSOE antes que con el PP, preferimos un Gobierno socialista".

Y midió especialmente sus palabras: "En Cataluña no partimos de cero", señaló, "durante los últimos cuatro años hemos hecho muchos avances. Ahora hay dos formaciones políticas importantísimas con 14 diputados con muchísima fuerza", dijo en alusión a la suma de ERC y Junts, "tenemos una ocasión oro, no sería bueno que la echemos a perder".

Por su parte, la ANC ha incrementado la presión al pedir este fin de semana a ERC y Junts que sólo faciliten la investidura de Pedro Sánchez, si este ofrece auténticas garantías de que en la nueva legislatura se abrirá "un camino hacia la independencia".

Mientras tanto, desde Waterloo, Carles Puigdemont juega a la ambigüedad y a provocar una auténtica guerra de "nervios" en las filas socialistas. Así lo transmitió este lunes en un mensaje publicado en Twitter: "Encarar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción", escribió, "quizá por ello a medida que se acercan los días decisivos, como el próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta. Y se disparan las especulaciones. Paciencia, perseverancia y perspectiva", pidió dirigiéndose a las bases de Junts.

Los socialistas quieren ir paso a paso: primero atar la elección de la Mesa el jueves y, una vez allanado el camino, negociar las condiciones de la investidura. Sin embargo, el mensaje publicado por Puigdemont en Twitter es su forma de advertir a Sánchez que, a medida que pasa el tiempo, Junts subirá el precio de su apoyo para que continúe en la Moncloa.

También se impacientan en ERC y consideran que el PSOE debe ser más "audaz", en los contactos iniciales que el ministro de Presidencia en funciones Félix Bolaños ha entablado con la diputada de Junts Míriam Nogueras.

La portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, presumió este lunes de que su partido mantiene "relaciones constantes" con la dirección de Junts. Por su parte, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, encargó a Jaume Asens que mantenga un hilo directo con Carles Puigdemont para negociar su apoyo a la investidura. No obstante, como ha informado EL ESPAÑOL, el PSOE no quiere interferencias y ha reclamado a Sumar que deje en sus manos el acuerdo.