El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a Cuca Gamarra este miércoles en la sede de Génova.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a Cuca Gamarra este miércoles en la sede de Génova. PP

Política CONGRESO

El PP plantea al PNV ser la "bisagra de desempate" en una Mesa del Congreso partida en dos bloques

Los populares quieren negociar la Mesa por separado de la investidura y están dispuestos a cederle un asiento a los nacionalistas. 

10 agosto, 2023 02:38

La idea es amarrar la rienda pero dejarla holgada después. El PP va a seguir intentando atraer al PNV a su lista de apoyos para conseguir hacerse con la presidencia del Congreso y el planteamiento es ofrecer a los jeltzales un asiento en la Mesa para que, durante la legislatura, sirvan de "bisagra de desempate" entre los dos bloques, votando según consideren en cada ocasión.

El próximo jueves 17 se constituyen las Cortes y habrá que decidir cómo se reparten los nueve puestos de la Mesa de la Cámara Baja. Se da por hecho que cuatro asientos serán ocupados por el PSOE y sus aliados y otros cuatro por el PP y los suyos. La gran incógnita, al margen de qué aliados ocupan cada asiento, es de qué lado caerá la moneda de la presidencia.

Aunque el PNV ya ha cerrado la puerta a negociar la investidura de Alberto Núñez Feijóo, los populares consideran que la cuestión de la Mesa se puede negociar por separado. Y al PNV esto le viene bien, tanto que se está dejando querer por ambos lados de la balanza.

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El PP está cortejando al PNV para ofrecerle un asiento en la Mesa a cambio de que sumen sus diputados al bloque de la derecha para lograr la presidencia. Con el apoyo de los nacionalistas vascos, los populares aglutinarían 177 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta, y se harían con el control de la Cámara Baja.

El único problema en esta ecuación vuelve a ser el mismo que lleva persiguiendo a Feijóo desde el 23-J: Vox. Para que el PP logre la presidencia del Congreso, el PNV tendría apoyar lo mismo que el partido de Santiago Abascal, que previsiblemente también entrará en la Mesa.

Desde el PP esperan limar este problema. Primero, porque la presidencia se decide votando en secreto a un nombre concreto. Segundo, porque el puntual apoyo del PNV para nada significaría que los nacionalistas vascos quedasen atados al bloque de la derecha, con Vox en él, el resto de la legislatura.

Ahí, argumentan, el PNV podrá votar en cada ocasión según lo consideren. Esto daría al PNV una especie de rol de árbitro en la Mesa del Congreso de los Diputados cada vez que haya que votar ya que, independientemente de cuántos asientos ocupen Sumar y Vox, los dos bloques casi siempre se comportarán de manera alineada. Serán los nacionalistas los que decanten la balanza en la mayoría de las ocasiones.

Aunque esta maniobra dejaría el desempate en manos de los vascos que pueden actuar en cualquiera de las direcciones como han mostrado en repetidas ocasiones, para el PP sería un trato muy aceptable, ya que la presidencia tiene gran poder de decisión. Que la ocupe el PP se convertiría en un viacrucis para Pedro Sánchez, en caso de que logre ser investido presidente, en una legislatura que se prevé bronca y corta.

Los balances del PSOE

Si bien esta posición de árbitro también se la puede ofrecer el PSOE, lo cierto es que los socialistas tienen que hacer más balances. Para conseguir la presidencia del Congreso, los de Pedro Sánchez no sólo necesitan contar con el partido vasco, sino también con los votos de Junts, ERC y Bildu.

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La negativa de Meritxell Batet a volver a presentarse como candidata a ser presidenta del Congreso, aunque ha alegado motivos personales, ha servido para calmar los ánimos de los independentistas. Batet, que presidió la pasada legislatura, no contaba con el beneplácito de Junts y habría sido más complicado para los socialistas lograr que los de Puigdemont votaran por ella.

A esta situación ya enconada de por sí, le han salido nuevos brotes en los últimos días por parte de Sumar, el previsible socio de coalición del PSOE en caso de que Sánchez logre ser investido. Hay voces tanto de IU como de Compromís, ambas formaciones subsumidas en el proyecto de Yolanda Díaz, que plantean que la presidencia no sea del PSOE.

Sin embargo, los socialistas niegan la mayor y, aunque se abren a ceder algún puesto a partidos más pequeños, consideran fundamental en la legislatura que viene retener la presidencia de la Mesa.