Pedro Sánchez, desde el atril, en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez, desde el atril, en el Congreso de los Diputados. Efe

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Sánchez usa el acuerdo europeo para pedir apoyo al PP en los Presupuestos: "Si España quiere, puede"

El presidente se felicita por su entendimiento con los conservadores europeos y anuncia entre aplausos que "la recuperación ya ha empezado".

29 julio, 2020 10:10

Noticias relacionadas

Con aplausos y vítores fue recibido Pedro Sánchez a su entrada en el hemiciclo. Una escenografía organizada previamente, con todos (o casi todos) los diputados de los grupos que apoyan al Gobierno -PSOE y Unidas Podemos- ya en sus escaños cuando el presidente dio los pocos pasos que separan la puerta de su asiento. Madrid ha prohibido las reuniones de más de 10 personas por la escalada de rebrotes, pero eso no operó en el Congreso.

Enmascarillados pero con los ojos sonrientes a la vista, sin poder guardar la distancia de seguridad por primera vez en el lado izquierdo del Congreso -la ocasión lo merecía- y, a pesar de las cifras de paro de la EPA del día anterior y de las confusas de muertes, los 120 socialistas y los 35 morados ovacionaron al jefe del Ejecutivo, obviando la distancia social en plena vuelta del Covid a Madrid. Aplaudieron, sobre todo, las medallas que se puso el presidente y el final, cuando emplazó al PP a que le apruebe los Presupuestos.

El presidente presumió de que "la posición española fue determinante" en el Consejo y de que, además, "la recuperación ya ha empezado", a pesar de que en un trimestre se han perdido 1,1 millones de empleos. Se puso, también, la medalla de que "hemos logrado el apoyo europeo merecido" para mantener los fondos de la Política Agraria Común (PAC) "en un contexto dificilísimo" para mantener las partidas del Preuspuesto plurianual 2021-2027 de la UE.

Pedro Sánchez a su llegada al Congreso.

"Se abre una oportunidad histórica que debemos aprovechar para dar un salto de competitividad y prosperidad", engarzando su supuesto éxito con "los fondos de cohesión que negoció otro Gobierno progresista en los años 80 y 90"... pero no citó a aquel presidente, Felipe González, quizá porque es el "gran rival" de su Ejecutivo de coalición, en palabras de Pablo Iglesias.

Acabó su intervención guiñando un ojo al entendimiento: "Negociar es democracia, entenderse es ceder, no hacerlo es perder... y si en Europa se puede, en España debe ser posible". Y es que el presidente sabe que tanto aplauso y autocomplacencia no servirán de nada si no saca adelante los Presupuestos de 2021, que hoy penden del hilo de unos socios de investidura que -desde el PNV hasta ERC- no le garantizan el apoyo.

Sánchez pide "unidad" en España como en Europa

"Si nos hemos entendido con el gobierno liberal conservador holandés, no es posible que aquí no se pueda llegar a un acuerdo", dijo, mirando de reojo a Pablo Casado... pero, nuevamente, sin nombrar al Partido Popular, al que estaba emplazando a que el apoye las cuentas públicas. Sin ellas no sólo no llegarían os fondos europeos, tampoco él llegaría vivo en Moncloa a la próxima primavera. "Si España quiere, España puede; el horizonte de unidad significa creer en nosotros mismos y nuestras posibilidades, que son infinitas".

Pleno escoba

Como él mismo admitió nada más subir al atril, éste era un pleno escoba, que recogía no sólo el Consejo Europeo del (presunto) triunfo, sino tres ediciones de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno: los de abril, mayo, fracasados, y el de julio, el del acuerdo por el que España recibirá unos 140.000 millones de euros en los próximos seis años para la reconstrucción de nuestra economía.

Echando la vista atrás, citando "la devastación" de la II Guerra Mundial, el Plan Marshall "al que España no pudo sumarse por la afinidad de la dictadura de nuestro país con el régimen nazi", el nacimiento de las Comunidades Europeas, el Tratado de Maastricht... como triunfos.

Y "la respuesta de la UE a la crisis de 2008, "que fue una derrota de Europa", como ejemplo de lo que Sánchez quería usar como palanca de su triunfo: "Hemos vuelto a creer en Europa, recogido el testigo de los Estados que se unieron hace 70 años para, unidos, superar la destrucción".

Pedro Sánchez aplaude a sus diputados, que lo ovacionan en el Congreso.

Pedro Sánchez aplaude a sus diputados, que lo ovacionan en el Congreso. Efe

Echando luego la vista a la derecha, el presidente repasó quiso demostrar los efectos de esa salida "insolidaria" a la crisis de hace 10 años. Repasó Sánchez la "evolución inquietante" en los últimos años de las cifras de AfD en Alemania, del FN en Francia, de la Liga en Italia, de "la ultraderecha en Suecia, que ya es tercera fuerza"... y "en España, donde en 2008 no había ni dos décimas de votos a esos partidos y ahora son también la tercera fuerza, con un 15% de los votos".

...y ahí fue la bancada de Vox la que aplaudió a Sánchez, orgullosa.

"Teníamos razón"

"Europa se equivocó y trajo de nuevo el nacionalismo radical y a la ultraderecha", pero ahora "hemos aprendido a no dejar atrás a los más vulnerables, a no ser austeros sino expansivos, a pensar en las personas y no en las cifras macroeconómicas".

Ahora, dijo, se trata de "ahondar en las prioridades que pusimos sobre la mesa en la investidura", porque, dijo Sánchez, "eso es lo que pide la reconstrucción tras la pandemia". De hecho, el presidente dijo que "nuestro diagnóstico era el correcto", porque "lo que Europa pide es la España en la que creemos".

La digitalización de la economía "se ha demostrado imprescindible". La transición ecológica "para la que no hay vacuna". La igualdad entre hombres y mujeres "que es necesaria ya". Y la cohesión social y territorial, "que es el mismo proyecto que teníamos y tenemos".

Era un constructo dialéctico destinado a darse la razón a sí mismo, encarrilar la necesidad del rescate europeo en su supuesta virtud y lanzar la mirada, esta vez, a la izquierda, a sus socios de investidura. Ni Bildu, ni ERC, ni Más País ni los pequeños regionalistas han sido fieles en los últimos meses. Y en los próximos meses, Sánchez deberá elegir: no quiere renunciar a sus apoyos pero sabe que puede verse abocado a ello.

Ahora tocan los Presupuestos de 2021, sin los cuales ni los aplausos le salvarían ni llegarían los fondos desde Bruselas. Y para empezar, le tocará convencer a Pablo Iglesias, su vicepresidente segundo, de que trague con las condiciones impuestas por Bruselas si quiere seguir yendo a Moncloa cada martes a construir lo que él llama "escudo social" y su rival, Nadia Calviño, traduce por "red de seguridad".

Según el día, Sánchez lo llama de un modo o de otro. Si toca discurso institucional, como la vicepresidenta tercera; si toca mitin populista, como el líder de Podemos.

Un relato épico

El presidente invirtió más de 10 minutos en repasar sus propuestas de "plan Marshall" de abril, los "coronabonos" ya olvidados, las reuniones bilaterales con los socios menos generosos, sus "propuestas proactivas y proeuropeas" y su firmeza frente a los países frugales. "No querían el tamaño, el equilibrio de subvenciones y préstamos, la gobernanza del fondo y la integración en el Presupuesto plurianual de la UE", señaló el presidente.

Curiosamente, según su relato, todo pasó por las posiciones defendidas por su persona. De los fracasos y rechazos de abril a los aplausos de julio, Sánchez dio su versión épica de cómo superó "el margen muy estrecho" que había hace 10 días para el pacto. "No hay que dar todo por perdido cuando hay tanto por ganar", dijo, "nos jugábamos el sentido mismo de Europa".

El presidente se aplaudió a sí mismo desde el atril hablando en primera persona. "Yo", "escribí", "me reuní", "luché"... para lograr "un hito europeo, económico y político" entre diferentes: "Fueron cinco días de encierro extenuantes, pero han merecido la pena porque estuvimos a la altura, las cifras son enormes".

Sánchez corrigió sus cálculos erróneos del lunes en televisión, y apuntó que esos 140.000 millones son "alrededor del 12% del PIB español de 2019"... que es más o menos lo que caerá la economía española este curso, si se cumplen las previsiones del BCE.