Sanchez tanteó a Casado sobre si facilitaría su investidura en caso de romper con Podemos
En Génova consideran que se trata de un "mero trámite" puesto que no hay ningún escenario que no pase por tener a Iglesias de vicepresidente.
17 diciembre, 2019 04:16Noticias relacionadas
En el tablero de la investidura cada vez quedan menos piezas en pie. Se certificó durante la primera jornada de encuentros entre el candidato designado por el Rey, Pedro Sánchez, y los principales líderes políticos. La postura del PP era clara: no. Rotundo, inamovible, sin medias tintas.
Pero, incluso con esa negativa enfrente y siendo consciente de que no era una propuesta real, Sánchez llegó a tantear, siempre en un tono distendido y sin oportunidades de, al líder de la oposición, Pablo Casado, para ver cuál sería su postura en el caso de que se rompiera, hipotéticamente, su matrimonio con Unidas Podemos.
La cuestión era clara desde la óptica popular: el acuerdo de coalición entre las fuerzas de izquierda no se va a romper y, por eso, Casado consideró que se trataba de una conversación estéril. Esa fue su sensación, precisan desde el PP. Y, en firme, el líder socialista tan sólo le reclamó las abstenciones necesarias —13, las mismas que escaños tiene ERC— para no depender de los independentistas.
A esa única petición real también se negó el presidente popular. ¿Por qué? Porque es un “mero trámite” dado que la investidura está “encauzada”, según cree Casado y desvelan desde la dirección.
"Sánchez sería historia"
El regusto que deja en Génova el encuentro entre ambos dirigentes es que el PSOE no puede romper el acuerdo con Podemos porque no podría explicarlo en público ni a sus bases. “Sánchez sería historia”, explican. Y dibujan un callejón sin salida en el que los socialistas se están quedando sin bazas.
El ambiente entre ambos líderes es gélido. No en el terreno personal, pero sí en la arena política. Los cuchillos vuelan entre ambas formaciones y desde el PP ya no dudan en mostrar su hartazgo sobre la responsabilidad que se les están colocando sobre sus hombros. El propio Pablo Casado lo escenificó en la rueda de prensa posterior al encuentro.
"Se ha intentado que el PP sea una coartada para una decisión libre y voluntaria tomada después del 10-N", ahondó el presidente popular. "El PP no puede ser un partido que blanquee ese pacto del PSOE y Podemos porque, si algo me ha demostrado este simulacro de acercamiento al PP, es que Sánchez está instalado en el no es no a cualquier alternativa que no pase por Podemos".
"¿Por qué esperan que el PP vaya en su contra?"
El líder de la oposición también planteó por qué "el PP es el causante de todos los males de este país" cuando, "simplemente", están "denunciando el cordón sanitario, el pacto del Tinell, la declaración de Granada y la huida hacia delante de un PSOE que ya no se reconoce frente al espejo de la labor que tuvo en la Transición". "Lo mínimo es que no nos exijan que seamos cooperadores necesarios de esta deriva que está fuera de la Constitución".
Casado llegó a reclamar, incluso, que a su formación no se le pida "hacer un desbordamiento de facto" de la Carta Magna y que, "encima tengamos que estar de palmeros, absteniéndonos, para que el señor vicepresidente Iglesias lleve a cabo una reforma que para nosotros es absolutamente inadmisible".
"¿Por qué esperan que el PP vaya contra su hemeroteca, su programa, el minuto de oro del debate, de la lógica de contrapesos, alternativas y oposición, si hay otras alternativas?". "¿Por qué ese intento de poner esa responsabilidad sobre el PP que Sánchez no pide, que ya dijimos que no íbamos a hacer y que no es necesaria?".