Interior protege al policía infiltrado que mantuvo relaciones con 8 'indepes' y lo envía a una embajada
Tras las críticas del separatismo, desde donde se ha difundido su identidad, Interior le aleja del foco dándole un destino fuera de España.
3 febrero, 2023 02:35Su cara llevaba varios días circulando por los canales y los foros más utilizados por los radicales afines al separatismo. Representantes de partidos como ERC, Junts o la CUP han pedido explicaciones al ministro Fernando Grande-Marlaska. Por eso, en previsión de la tormenta que se iba a desatar, el Ministerio del Interior tomó hace unos días la decisión de sacar de Cataluña a Dani, el policía que llevaba tres años infiltrado en los círculos nacionalistas de Barcelona.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes judiciales y policiales, el agente ha sido enviado a trabajar a un puesto en una embajada. La idea era apartarle momentáneamente con el fin de protegerle ante las previsibles críticas y reproches que iban a producirse por parte de los afines al separatismo.
Cinco mujeres que mantuvieron con él "relaciones sexoafectivas" anunciaron a través de una abogada la interposición de una querella. Se sentían engañadas. Habían descubierto que aquel joven fornido que las había encandilado, de peinado mohicano, repleto de tatuajes, no era como ellas. Era, en realidad, un agente infiltrado de la Policía Nacional.
Algunos colectivos anticapitalistas y de la izquierda independentista que estos últimos años han causado graves disturbios en Cataluña han anunciado ya movilizaciones contra el "espionaje sin límites" del "Estado español".
Para esta semana, cuando los radicales han comenzado a difundir su cara por diversas redes sociales, los superiores del agente infiltrado habían decidido que lo mejor era poner tierra de por medio. En gran medida por precaución.
Puesto en la embajada
Los puestos en las embajadas suelen ser de los más demandados por agentes de Policía Nacional y Guardia Civil al Ministerio del Interior. Los jugosos sueldos son un gran incentivo para los agentes, dependiendo de la relevancia de la capital en la que finalmente recale el funcionario seleccionado.
En la mayoría de estos destinos, el sueldo mínimo suele rondar los 10.000 euros al mes. Los pluses de peligrosidad o distancia ayudan a incrementar esa cifra, que en algunos lugares del mundo puede superar los 20.000 euros mensuales.
En las embajadas, los funcionarios policiales hacen las veces de enlace de España con las autoridades policiales del país en cuestión, pero también pueden llegar a realizar labores de protección del edificio público.
De este modo, además de una forma de protegerle, algunas de las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL ven en la decisión de Interior una forma de premiar los servicios del agente.
Infiltrados y encubiertos
El policía ha pasado tres años infiltrado en las bases de colectivos nacionalistas y radicales de la Ciudad Condal. Uno de sus objetivos era estar al tanto de los movimientos de colectivos que en los últimos años han protagonizado graves disturbios en Barcelona, como los graves altercados en 2019 tras la sentencia del Supremo sobre el procés.
Según publicó el semanario La Directa, el agente llegó desde Mallorca y se infiltró en los movimientos sociales de Barcelona durante la primavera de 2020. Su nombre ficticio sería Daniel Hernández Pons. Conforme pasaron los días, sus conocimientos y su nivel de participación se hicieron mayores. Cambió su peinado, ganó músculo y se tatuó; se mimetizó con el entorno.
Durante su infiltración, terminó manteniendo relaciones con al menos ocho mujeres de los círculos de la izquierda separatista. Estas mujeres ahora denuncian que su consentimiento estaría "viciado", y que son víctimas de abusos porque si hubieran sabido que era un agente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado nunca se habrían acostado con él.
En suma, en la querella le atribuyen los delitos de abusos sexuales continuados, delitos de tortura o contra la integridad moral, descubrimiento y revelación de secretos e impedimento del ejercicio de derechos cívicos.
El revuelo ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, donde Jaume Asens, presidente del Grupo Parlamentario de Podemos, ha registrado en la Mesa varias preguntas dirigidas a Marlaska. En una de ellas, pregunta si Interior ordenó la infiltración, con qué finalidad, si el agente tenía cobertura legal, si se le permitía mantener relaciones sexuales durante la infiltración y si se investigará lo ocurrido.
[ERC y Bildu exigen que comparezca Marlaska por infiltrar a un policía en el independentismo]
Los máximos especialistas en la materia explican a este periódico que no es lo mismo un agente infiltrado que un agente encubierto. Aunque ambos términos se emplean indistintamente, se trata de figuras diferentes. Un policía puede actuar como un infiltrado, mezclándose con criminales o posibles objetivos para obtener información como un agente dedicado a los servicios de inteligencia.
Este era el caso del policía detectado por los independentistas. Los especialistas consultados explican que para este tipo de actuaciones no se necesita autorización judicial.
Sin embargo, el infiltrado pasa a denominarse agente encubierto cuando ha sido autorizado (por una autoridad judicial o fiscal) para actuar bajo una identidad supuesta, como si fuera otra persona, pero en el marco de una investigación concreta.
Una vez que está autorizado, ya puede interactuar con quien considere e incluso, en el marco de la investigación, cometer ciertos ilícitos penales. Eso sí, siempre bajo autorización de un juez y sin actuar como agente provocador de los mismos.