La guerra del gas provoca un cambio de parejas en la UE: España-Alemania vs Francia-Italia
La presión de Olaf Scholz y Pedro Sánchez agrieta la oposición de Emmanuel Macron al gasoducto Midcat.
31 agosto, 2022 02:29Noticias relacionadas
La guerra por el gas en Europa fruto del chantaje energético del Kremlin ha hecho estallar las alianzas históricas dentro del continente y ha acelerado una reconfiguración de las relaciones. España se une a Alemania y deja a Francia. Un cambio de pareja que escenificaron Pedro Sánchez y Olaf Scholz en su reunión de inicio de curso de este martes con el objetivo no declarado de presionar a Emmanuel Macron para que levante su veto al gasoducto Midcat.
"España y Alemania son dos socios muy importantes para Francia, así que examinaremos su propuesta", contestó el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, al ser preguntado por el encuentro entre Sánchez y Scholz. Una respuesta escueta que puede interpretarse como el inicio de un cambio de postura, pero también como una mera fórmula de cortesía, ya que París viene reiterando su rechazo frontal a esta tubería.
Desde su llegada al poder en 2018, Sánchez desarrolló una relación privilegiada con el presidente francés en un intento de hacer de contrapeso a la todopoderosa Angela Merkel. También estrechó lazos con Italia para sacar adelante los fondos Next Generation. París y Roma han sido siempre los socios naturales de Madrid frente a Berlín en cuestiones nucleares de política europea, como por ejemplo las reglas fiscales.
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Sin embargo, la guerra por el gas ha resquebrajado el frente de los países del sur, que de pronto se han convertido en rivales a la caza de recursos muy limitados. Tanto Macron como el primer ministro italiano saliente, Mario Draghi, han viajado recientemente a Argelia para negociar un aumento del suministro justo cuando este país ha roto relaciones con España por el giro de Sánchez sobre el Sáhara.
De hecho, tras la histórica visita de Macron a Argel y Orán la semana pasada, se ha conocido que la francesa Engie negocia con Argelia un aumento del 50% en el suministro de gas. Una competición a la que Sánchez asiste con impotencia. "Respecto a Argelia, le diré que a mí me encantaría ser yo el que fuera a Argelia", ha musitado al ser preguntado por si tiene previsto seguir los pasos del presidente francés y viajar al país norteafricano.
El otro motivo que ha llevado a Sánchez a romper con Macron y marcharse con Scholz -que aunque es de su misma familia política socialdemócrata mantiene posiciones muy alejadas en materia de política fiscal- es precisamente el gasoducto Midcat.
El Gobierno de Sánchez fue el que decidió en 2019, de común acuerdo con Francia, enterrar el proyecto por sus elevados costes y su falta de rentabilidad, pero ahora se arrepiente. La decisión de la UE de prescindir del gas ruso le ha dado un nuevo sentido a esta tubería para diversificar los suministros. La Península Ibérica podría convertirse en un gran hub de entrada de gas a Europa, pero París mantiene su veto.
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El canciller alemán expresó por primera vez su apoyo al Midcat en público en una rueda de prensa el 11 de agosto. Esta tubería "hubiera contribuido masivamente a relajar la situación actual" y "ahora se la echa de menos", aseguró Scholz. El proyecto ya había recibido el pasado mes de mayo el aval de Bruselas, que lo considera "esencial" para diversificar el suministro y desengancharse del gas ruso. En aquel momento, Francia guardó silencio.
Sin embargo, tras las palabras de Scholz, el ministerio francés de Transición ecológica publicó el 18 de agosto un argumentario que enumera todos los motivos por los que se opone al Midcat: es muy costoso (3.000 millones de euros en la parte francesa); tardaría años en completarse y no ayuda en la crisis actual; genera una fuerte oposición entre la población local por su impacto ecológico; y no está claro que pueda servir para el hidrógeno verde en un momento en que la UE ha decidido prescindir del gas.
París defiende como alternativa la construcción de terminales de GNL (Gas Natural Licuado) en toda la fachada marítima europea, que puede hacerse de forma mucho más rápida. Alemania no tiene ahora mismo ninguna terminal y busca desesperadamente otras fuentes de gas ante la amenaza de Rusia de un corte total de suministro. De ahí su interés por España y el Midcat.
"Hay que recordar que España concentra el 30% de las capacidades de regasificación de toda Europa. Y no podemos utilizarlas de manera total y completa como consecuencia de tener un cuello de botella. Y eso es lo que tenemos que resolver", se quejó Sánchez en su rueda de prensa conjunta con Scholz en el palacio de Meseberg.
"España está dispuesta a ser solidaria y a responder a la llamada de nuestros queridos amigos y países hermanos como son Alemania y otros tantos, que están sufriendo un chantaje inaceptable, que es el chantaje de Putin", sostuvo el presidente del Gobierno.
Y una vez más, Scholz expresó todo su apoyo a Sánchez frente a Macron en la disputa sobre el Midcat. "Me gustaría subrayar que estoy totalmente de acuerdo con obtener una conexión así, sobre todo para mejorar la red de gasoductos en Europa y aprovechar el hidrógeno", argumentó el canciller.
"España y Portugal serán países capaces de producir un excedente, y será importante aprovechar esta capacidad de producción", afirmó el canciller alemán. A su juicio, el gasoducto Midcat podría servir también para importar en el futuro hidrógeno verde de los países del norte de África.
"La gran tarea es la creación de una gran red europea, tanto de electricidad como también futuras redes de hidrógeno y ahora la red de gasoductos. Y desde luego queremos hacer lo posible para lograrlo", concluyó Scholz.
La amenaza que volvió a esgrimir Sánchez contra Macron si éste no cede es cambiar el Midcat por una tubería submarina que conecte España con Italia, que permitiría también llevar gas a Alemania. Pero no está nada claro que al nuevo Gobierno euroescéptico de derecha radical que pronostican las encuestas tras las elecciones del 25 de septiembre le vaya a interesar este proyecto.