El proveedor sanitario destapa más a Sánchez: el virus, el negocio de las vacunas y un vídeo
El presidente del Gobierno decía en privado hace semanas que detrás del alarmismo por la epidemia en China estaba el interés de la industria farmacéutica.
13 abril, 2020 03:19Noticias relacionadas
“Hoy soy yo el que le llama a usted. No crea que es que tengo mono de mis soliloquios. Le llamo porque anoche me llegó un vídeo y cometí el error de abrirlo. Al verlo, se me avivaron recuerdos y pensamientos, me dormí cabreado y mal. Y tengo ganas de contarle algunas cosas sobre el monotema. Se me han venido todas juntas a la cabeza”.
“El vídeo, comparado con la videoteca de comparecencias del doctor Simón y de otros, como el ministro Marlaska, probablemente no pasaría el corte. Pero, en la actual situación, me parece de gran gravedad porque, al verlo, confirma lo que muchos pensamos: que el presidente del Gobierno no se tomó en serio el coronavirus. Y menuda broma: 16.972 muertos hasta este domingo”.
“En el vídeo aparece el presidente de una autonomía, acompañado de cuatro o cinco personas. Están en la zona de carga aérea de Barajas, en Madrid. Supongo que esperando la recepción de material sanitario. Mascarillas, guantes o respiradores, seguro. Casi un mes después de la declaración del estado de alarma –el pasado 14 de marzo-, y ahí estaban, ante el maná del primer cargamento importante que recibía esta autonomía tras no sé cuántos muertos inocentes. ¡Qué desastre! Pero no quiero volver a lo mismo”.
“Total que este líder político cuenta a sus escuchantes que él, como otros presidentes autonómicos, recibió días atrás la llamada de Sánchez pidiendo y prometiendo coordinación y solidaridad. ¿Sabe usted, amigo periodista, con qué palabra resume este dirigente regional la llamada de Pedro Sánchez? Paripé. Sí, puro paripé. Porque, en su opinión, el presidente no se daba cuenta de la gravedad del coronavirus".
"El vídeo llega a su momento cumbre al final, cuando el narrador explica a sus interlocutores que 'como conozco perfectamente a Pedro, cuando se pone la cosa fea', reacciona de la manera acostumbrada: 'Vosotros id con la cuadrilla, dejadme solo en la plaza, que yo me encargo'. Lo último que se le escucha decir al presidente regional en la grabación suena como un disparo: 'Los cojones', seguramente debido a la indignación que siente por la actuación del Gobierno central en la crisis del Covid-19”.
“Se ve que Pedro Sánchez es muy taurino. Al oír en el vídeo eso de dejadme solo en la plaza, recordé otra muletilla del presidente del Gobierno, esta semana, en el Congreso: 'A toro pasado, todos son Manoletes'. Yo no sé qué piensa usted, pero a mí me resulta una desvergüenza atroz hablar en estos términos taurinos el mismo día en que se llegó a los 15.000 muertos por el Covid en España: la carnicería del virus, la corrida de toros y el torero Pedro. ¡Qué presidente del Gobierno más ocurrente tenemos!".
"El broche en el Congreso este 9 de abril lo puso Ábalos -hijo de torero, por cierto- cuando en el ruedo del hemiciclo bromeó con su compañera Lastra, después de su intervención tóxica, como si fuera a darle un beso. Con 15.000 muertos en España. ¡Qué poca cabeza!”.
El vídeo es auténtico
“No, no insista. El vídeo es auténtico y no voy a enviárselo, porque sé que lo publicaría. Pero quiero contarle otra historia, para mí de mayor gravedad que lo anterior. Como un recuerdo lleva a otro, como la hebra de Delibes, y para mayor abundamiento sobre la falta de reflejos de Pedro Sánchez en la mayor crisis sanitaria en España desde la Guerra Civil, esto es lo que pensaba el líder del PSOE sobre la epidemia surgida en China, que llevó a cerrar una provincia con más de 60 millones de habitantes. Siéntese bien para no caerse: que era una exageración de la industria farmacéutica para multiplicar la alarma, con el propósito de crear y vender vacunas contra la pandemia”.
“¿Cómo le suena? Sobre esto no tengo vídeo. Pero mi fuente no puede ser más directa. Los proveedores nos movemos por muchos sitios, sobre todo antes del confinamiento. El presidente lo comentó a principio de la crisis varias veces, medio en serio, medio en broma, de manera distendida, y una de las veces había alguien muy relacionado con sectores farmacéuticos. Se quedó descompuesto”.
“En ese momento había ya un caso de coronavirus en España, en La Gomera, incluso estaba en cuarentena en el Hospital Gómez Ulla la veintena de españoles repatriados de Wuhan. En China habían muerto cientos de personas y nuestro presidente pensaba que todo era una confabulación económica. Busque entre grandes directivos farmacéuticos y de distribución en España, no sé, Farmaindustria, Fenim, Cofares…, y seguro que dará con alguien que escuchó al oráculo de la Moncloa decir tamaña sentencia”.
Los chinos se enfadan
“China, China, China… Es como la canción del pobre Aute cuando cantaba Cine, Cine, Cine, por favor…. Que todo en la vida es China y los datos, China son. ¡Si alguno de nuestros epidemiólogos hubiera prestado atención a cómo actuó China y luego Corea del Sur, por ejemplo, y se hubieran fijado qué estaba pasando en Italia, etcétera, nos habríamos ahorrado muchos muertos y mucho dolor!".
"Pero, claro, si el comité de expertos de Moncloa estaba tomado por negacionistas, como he leído hoy en el suplemento Crónica, como Antoni Trilla. ¿Se habrá arrepentido Trilla de lo que manifestó el 16 de febrero, más o menos la fecha en la que Sánchez dijo la tontería de la industria farmacéutica? Ni a Iglesias se le habría ocurrido”.
“Se está generando una histeria sin fundamento… 'Sólo es una epidemia en China. Mira que si se descubre que el percebe es un huésped del coronavirus, la que se va a liar', dijo Trilla. Y para qué hablar del desaparecido Simón, hasta no hace mucho sentado en la mesa del consejo de ministros como si fuera un político más. Mire, yo hablo casi todos los días con China, con mis agentes allí, y siguen sin dar crédito a la actuación política en España".
"Por cierto, ¿sabe usted el colmo de los colmos? El Gobierno español, que pudo comprar material de sobra, test, mascarillas, Epis, respiradores, antes del estado de alarma, sólo con haber seguido las recomendaciones de la OMS durante enero, febrero y principios de marzo, pues lo que ha conseguido ahora Moncloa es encarecerlos más. Voy a explicarle por qué: como Sanidad compró 650.000 test hueros a una compañía sin el aval del Gobierno chino y se armó un escándalo mundial al ser inservibles, las autoridades sanitarias chinas han reducido el número de laboratorios con certificado, con lo cual se han encarecido los productos”.
54 aviones estrellados
“Las 15 biotecnológicas con el sello de Pekín se han reducido a cinco. Publique por favor la nueva lista, no vaya a ser que el Gobierno vuelva a comprar mal, como pasó con Bioeasy".
Por cierto, ¿se sabrá alguna vez por qué Sanidad tiró más de dos millones de euros en esta compra? ¿Quién intermedió? ¿De quién es la responsabilidad? ¿Hubo un 'rollito' económico en esta elección, y perdóneme por el juego de palabras con el entrante de la comida china?".
"A lo que iba, señores del Gobierno, estos son las cinco biotecnológicas con el aval oficial de China: Zhu Hai Livzon, Innovita Biological, Wondfo Biotech –como le conté en exclusiva la última vez que hablamos, a éstos se les compraron 5,5 millones de test a través de la empresa catalana Skymedic-, Vazyme Biotech y Zhenjiang”.
“Ya estamos rozando los 17.000 muertos, los oficiales, eh, y aquí ninguna autoridad parece conmoverse ni pide disculpas. Yo no digo que salgan al balcón como sucedió el 14 de abril de 1931, pasado mañana hace hace 89 años, con la proclamación de la República".
"Hoy hemos conocido que el día anterior fallecieron 619 personas. ¿Cómo reaccionaría usted si este domingo se estrellaran en Barajas dos Airbus 350 llenos de pasajeros? Pues es a lo que equivalen 619 muertos. O 54 aviones repletos si nos quedáramos en 17.000 decesos. Pero queda todo abril y el goteo de mayo”.
“Este Gobierno parece estar satisfecho con su gestión. Pues vale. Ya lo dijo el otro día el juez en excedencia Marlaska, ahora ministro del Interior. Y si cito su profesión no es de manera caprichosa. Ya veremos cómo queda todo esto”.
“Yo sigo trabajando. Y mucho. Y más que trabajaremos cuando pase todo esto, porque esta crisis ha demostrado que la salud, como dice la canción, es de las tres, la cosa más importante. Yo añadiría una más: cuatro cosas hay en la vida, salud, dinero, amor y política. El coronavirus ha sido una bofetada mortal en la cara de miles de familias, pero, también, sobre el rostro de los gobernantes”.
“'¡Qué tropa!', como decía Romanones. Mire, yo trabajo como proveedor con muchos hospitales y, también, con residencias para la tercera edad. En algunos casos, conozco los centros por dentro. Los ha habido que fueron desbordados y barridos desde el principio por el tsunami del Covid-19 y, otros, en cambio, que supieron reaccionar y sobreponerse al caos".
"¿Pero sabe usted los únicos que ganaron el pulso al coronavirus? Los que se anticiparon a la crisis. Podría hablarle de una residencia privada en el noroeste de Madrid, que el 24 de febrero prohibió salir a los residentes y restringió las visitas de los familiares: una a la semana, media hora y provistos de mascarillas y guantes. El director es un buen profesional y ha salvado muchas vidas”.
“También ha sucedido en algún gran hospital de Madrid, que 15 días antes de la declaración del estado de alarma extremó sus actuaciones como si se tratara de una guerra, con división de plantas, una zona para sucio y otra para limpio, con exclusividad de funciones, los ordenadores solo los tocaban dos, unos solo quitaban los Epis, comprando incluso más material, siempre para evitar contagios del personal sanitario, o pidiendo favores a proveedores amigos. Resultado: muchas vidas salvadas”.
“Pues todo esto es lo que no hizo el Gobierno a su debido tiempo, al tomarse casi a broma la epidemia como si fuera una conspiración o negando la evidencia. También podríamos hablar de Portugal, con la actuación seria de su Gobierno, anticipándose a la catástrofe. Y ahí están los datos. Pero no quiero alargarme más con esto. Porque esto, desgraciadamente, va para largo”.
El peligro de trabajar
“¿Para largo? Sí, para largo. Mañana lunes se levanta en parte el confinamiento y me temo lo peor. Me gustaría equivocarme, pero puede ser que en dos semanas estemos hablando de más muertos. Mire usted: estoy tremendamente preocupado por lo que puede pasar. Resulta que se abre el confinamiento sin que tengamos un test de prevalencia del contagio. No sabemos si el 9% de la población española es inmune tras este mes en casa y en los hospitales, con miles de muertos y cientos de miles de contagiados; o estamos hablando del 35%”.
“Me parece una locura que se reanude la actividad sin tener un estudio nacional de prevalencia. ¿Que qué haría yo si fuera el presidente del Gobierno? Jaja. Cualquiera mejor que Sánchez, visto lo visto. Cuatro puntos: 1) Estudio de prevalencia por comunidades, incluso por municipios, para saber realmente cuánta gente ha pasado enfermedad, con test rápidos de anticuerpos. Porque los que puede suceder es que se abra Andalucía, donde el Covid-19 afectó poco, y se dispare realmente el contagio en dos semanas, y no en Madrid o en las Castillas... 2) Seguir teletrabajando todo el tiempo que se pueda y sea necesario”.
“3) El que no tenga mascarilla, no sale a la calle. El Gobierno dijo el 26 de marzo que había comprado 550 millones de mascarillas. ¿Dónde están? Siempre volvemos a lo mismo. Datos y datos confusos. 4) El transporte público, gran foco de contagios, ha de seguir cerrado o establecer un número muy limitado de viajeros por vagón o autobús. Y lo mismo en los coches particulares: dos como máximo. Si yo tuviera hospitales, le daría las vacaciones que pudiera al personal esta semana, están reventados, y los tendría preparados para dentro de dos semanas, porque todo puede volver a complicarse”.
El proveedor toma unos derroteros pesimistas: “Si falla todo, quizás habrá que asumir en España que para no morir de hambre habría que empezar a trabajar y a aceptar, a la vez, cientos de muertos diarios en los hospitales”. Inesperadamente cambia de tono al pronunciar una palabra balsámica entendida en términos históricos: “La guerra, esto es la guerra”.
Como sabe de la debilidad del escuchante por la Historia, le sugiera que busque qué sucedió el 16 de marzo de 1935, porque ahí está la clave para entender cómo habría que haberse adelantado a los acontecimientos del coronavirus en España. Y pide, además, a su interlocutor que vea o vuelva a ver una película, Senderos de Gloria, para comprender el comportamiento de unos y de otros, los héroes y los mezquinos, en los conflictos bélicos.
(El 16 de marzo de 1935 Hitler anunció, a través de Goebbels, la formación de un ejército de reclutas formado por 12 de cuerpos y 36 divisiones. Esta decisión borraba de un plumazo el Tratado de Versalles. Francia y Gran Bretaña pudieron actuar sometiendo a Hitler, pero consintieron. Cuatro años después, comenzó la II Guerra Mundial. El coronavirus sería Hitler.
Senderos de Gloria, la gran película de Staleny Kubrick, más allá de un alegato antibelicista, retrata el triunfo del egoísmo del gran jefe militar, al que el coronel Dax (Kirk Douglas) llama degenerado, incapaz de admitir cualquier equivocación. Tras enviar a la muerte a miles de héroes en una batalla sin sentido, permite el fusilamiento de tres soldados al azar al no haber conseguido alcanzar la absurda Colina de las Hormigas. El uniforme de nuestros héroes son las batas).