El fiscal: “Cristina de Borbón es infanta de España, crimen. Todo crimen, siempre crimen”
Pedro Horrach defiende que la hermana de Felipe VI está en el banquillo de los acusados por ser infanta.“Han sido dos años de pérdida de tiempo”.
15 junio, 2016 11:06Noticias relacionadas
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El fiscal Pedro Horrach ha terminado su alegato criticando toda la investigación abierta por el instructor, José Castro, el sindicato Manos Limpias, y auspiciada por algunos medios de comunicación, contra la infanta Cristina. El fiscal ha defendido siempre que la hija de Juan Carlos I no ha cometido ningún delito. Siempre ha defendido la tesis de la Agencia Tributaria de que por el hecho de tener una sociedad a medias no se puede hacer responsable a una mujer de las tropelías de su marido.
“Cristina de Borbón es infanta de España, crimen. Es licenciada en Ciencias Políticas y trabaja en La Caixa, crimen. En los registros domiciliarios se hallan papeles comprometedores, crimen. En una ocasión acudió al Instituto Nóos para recoger a su marido, crimen. Constituyó una sociedad junto a su cónyuge, crimen. Ningún testigo habla en su contra, crimen. No se turba ante las preguntas del instructor, crimen. Todo crimen, siempre crimen”.
Así, concluye el fiscal su informe final en el juicio por el 'caso Nóos', tras seis meses de celebración de vistas en la Audiencia Provincial de Palma. En estas últimas frases ha dejado patente su cansancio tras tantos años de ser acusado de defensor de la infanta. Él siempre sostuvo que la hermana de Felipe VI no había cometido ningún delito. Se le acusa de haber cooperado en dos delitos fiscales de su marido, Iñaki Urdangarin. Éste declaró como Impuesto de Sociedad de la mercantil Aizoon, que compartían al 50%, ingresos que tendrían que haber declarado en su IRPF.
La infanta no era administradora de la sociedad ni hacían la declaración de la renta. Hacienda ha dicho por activa y por pasiva que en estos casos, el socio de una mercantil no es responsable de lo que haga el otro socio. Sin embargo, el juez instructor José Castró sí entendió que había indicios de delito, y la llevó a juicio con la ayuda del sindicato Manos Limpias.
El fiscal considera que se ha hecho una injusticia con la infanta, y así lo ha defendido desde el principio. Ahora, ha aprovechado su informe final para dejar totalmente claro su criterio. “Dos años de pérdida de tiempo enredados en los arrabales de lo que era y es una sospecha infundada y desquiciada alimentada por algún medio de comunicación”, ha concluido.
Estas han sido sus últimas palabras después de varias horas de informe. Lo arrancó con un duro ataque al juez que instruyó la causa, José Castro, y a la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, por su “persecución” a la infanta Cristina de Borbón.
“Existe el riesgo de convertir el Estado de Derecho en un reino de taifas judiciales", ha dicho Horrach, quien, en una crítica velada al tribunal, presidido por Samantha Romero, ha señalado que “no necesita blindar su independencia, porque ya la tienen o se supone que la tiene”. Y añade: “Los fiscales no necesitamos blindar la nuestra porque ya la tenemos. En el sistema penal actual no puede haber resoluciones que cobijen convicciones personales".
Respecto a Manos Limpias, el representante del Ministerio Público ha señalado que se habría producido un “abuso de derecho” en varios escritos del sindicato, con algunas afirmaciones “sin apoyo fáctico alguno”, como por ejemplo que en esta causa habrían actuado “las cloacas del Estado” para supuestamente defender a la Infanta.
En referencia a Castro, Horrach ha insistido que algunas de las decisiones que se tomaron en la fase de instrucción “han provocado su condicionamiento mediático". Además, le ha acusado de "primar la apariencia sobre la justicia" en la imputación de Cristina de Borbón, con lo que logró que la"instrucción dejara de ser investigación y se convirtiera en persecución".
La infanta no hizo ninguna gestión
A lo largo de su informe, Horrach ha defendido que la hija de Juan Carlos I no ha tenido ninguna participación en el entramado delictivo de su marido, Iñaki Urdangarin, y su socio Diego Torres. “A los tres últimos socios de Nóos ni están ni se les espera. Ni Miguel Tejeiro, ni García Revenga ni Cristina de Borbón tuvieron actividad alguna en la gestión de Nóos, y eso a pesar de que Torres se ha atrevido a afirmar que Miguel Tejeiro tenía despacho en el Instituto", ha apuntado.
Durante su interrogatorio como acusados, tanto Torres como Urdangarin cargaron todas las culpas sobre Miguel Tejeiro, el asesor fiscal y quien según los principales acusados fue quien se emitió las facturas falsas y se encargó de toda la gestión de Nóos. Sin embargo, Tejeiro no está acusado en el juicio porque el fiscal le levantó la acusación y el primer día del juicio también lo hizo Manos Limpias.
En el caso del ex secretario de las infantas, Carlos García Revenga, tampoco se encuentra acusado en el juicio, a pesar de que inicialmente sí estuvo imputado. Los dos ex socios del Instituto Nóos insistieron de manera reiterada en sus declaraciones que todas sus decisiones en Nóos estaban controladas y asesoradas por este trabajador de la Casa Real, hecho desmentido en su declaración como testigo del propio García Revenga.
Sin embargo, la infanta, que sí esta acusada, intentó ayudar a su marido durante su declaración como acusada y sí avaló su tesis de que García Revenga era la persona de máxima confianza tanto de ella como de Urdangarin y a quien su esposo le consultaba todo. El fiscal lo desmiente: “La función de García Revenga como tesorero en Nóos era meramente testimonial".
Urdangarin y Torres, los únicos jefes
El fiscal, que pide 19 años y medio de cárcel para Urdangarin y 16 años y medio para Torres, les señala como los “únicos socios reales", del Instituto Nóos, a través del cual se recibió más de seis millones de euros de dinero público de manera irregular, y que desviaron a través de diversas sociedades para lucrarse personalmente en vez de utilizarlo para los eventos para los que se les había concedido diversos convenios de colaboración. Los jefes de Nóos eran Urdangarin y Torres, “los demás eran indios en una pradera”, ha apuntado.
Pedro Horrach rechaza también la pretensión del cuñado de Felipe VI de que él estaba ajeno a la gestión de Nóos y pretender aparentar una mera figura decorativa. “Urdangarin se desentiende de cualquier aspecto de la gestión, como figura decorativa, pero no ha impedido que se revele su coliderazgo y connivencia con Torres”, ha espetado. También rechaza su versión sobre el “pretendido control de la Casa Real” en todas las decisiones de Nóos, porque a lo largo de la vista oral esa tesis ha quedado desvirtuada.