Las mil y una 'ritas' que arderán en las Fallas de Valencia
La sátira de los 'ninots' se ceba con Barberá tras su descalabro electoral, los escándalos de corrupción y anécdotas inolvidables como el 'caloret' protagonizadas por la exalcaldesa valenciana.
19 marzo, 2016 04:10Noticias relacionadas
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“Ya no es zona de confort ver a la alcaldesa como un butoni”. En Valencia, un butoni es algo así como el hombre del saco pero en monstruo. Un ser fantasmagórico e inmenso que asustaba a los niños por las noches. María José Alcón, la exconcejala implicada en la operación Taula y que hablaba de la “corrupción política total” en el ayuntamiento, había comenzado a ver a la alcaldesa Rita Barberá como un butoni.
Así se lo explicaba a su hijo en las grabaciones que constan en el sumario por la pieza de blanqueo de dinero en el consistorio. Alcón estaba a disgusto porque había sido relegada al puesto 16 de la lista. “Es contar conmigo pero muy light, ¿sabes cariño?, ya no estás tan a gusto”, le dijo.
Aquella conversación se produjo el 15 de abril de 2015. Hacía ya casi dos meses desde el famoso ‘caloret’ de Barberá en la Crida, la cita que inaugura la fiesta de las Fallas. Su accidentada presentación ha sido apuntada como el inicio del ocaso de la que era la todopoderosa alcaldesa de Valencia. Un año después, el descalabro electoral, su marcha del ayuntamiento y los escándalos que le rodean la han puesto en el foco de la sátira fallera hasta un punto nunca visto. Son las mil y una Ritas. Ninots que representan su paso del poder consistorial al limbo de los aforados.
El butoni que Alcón veía en Barberá lo encontramos en uno de los centenares de monumentos falleros que estos días se han plantado en Valencia. Es un ingente monstruo, del género femenino, que asusta a un artista fallero mientras duerme. Desde la falla nos aseguran –y la escena parece confirmarlo- que no es Rita. De hecho, la ahora senadora se encuentra justo en el lado opuesto. Es una jefa india que aparece sentada y atada de pies y manos.
"¡Qué hostia, qué hostia!"
Rita Barberá fue durante años la reina del mercado. El Mercado Central era una de sus citas obligadas en campaña electoral. Ahora, es justo la falla que se ubica a sus pies la que la ha representado con una de las sátiras más mordaces. La exalcaldesa aparece con su recurrente vestido rojo y su collar de perlas empotrada en un muro de paja dejando tras de sí el rastro del derrape en una pista de carreras que recuerda el fracaso de la Fórmula 1. No le falta de nada.
Lleva un bolso Louis Furtton, hay un cartel de Forrati (por Ferrari), hay dos piedras que rezan ‘Ritaleaks’ y ‘Operación Taula’ (dos casos judiciales), de la cabeza le sale un bocadillo en el que dice: "¡Qué hostia, qué hostia!", y al lado un cartel: “Ella siempre conduce por el lado de la derecha, pero no ha llegado a la meta, solo por un puro… compromiso (por Compromís). Como el coche la ha estampado y no hay reparación, aprovechan la ocasión aparcándola en el Senado”. Son los carteles explicativos de las escenas de estos monumentos que se escriben en valenciano y en rima.
“Lo pensamos justo tras las elecciones, por el descalabro electoral”, cuenta Jorge Sanz, vicepresidente de esta falla, la primera de Valencia, recalca. El primer monumento se plantó en este punto y es de 1797. "¡Qué hostia!" fue lo que Barberá dijo en la noche electoral. Sanz explica que con este ninot han querido reflejar “la debacle y la corrupción” del PP de Valencia. “Yo soy afín, pero una cosa es la política y otra la sátira, hacemos para todos, a quien le toca le toca”, apunta.
El cambio de Gobierno en Valencia ha propiciado un giro en la forma de representar a la exalcaldesa. Una sátira más mordaz y haciendo hincapié en los escándalos de corrupción. “Claro que hay un cambio, ha habido un cambio de Gobierno”, explica Joaquín Esteve, artista fallero. Según dice, este año los monumentos no se han cortado con la ‘alcaldesa de España’. Él habla de años de “censura previa no declarada”. “Te ignoraban si atacabas al Gobierno” asegura. Este año, su falla recuerda a Juego de Tronos y se puede ver a Barberá y a otros como Artur Mas decapitados.
Corrupción y desalojo del Ayuntamiento
Los asuntos de corrupción y el cambio de gobierno son los temas favoritos. En un monumento más modesto del barrio de Ruzafa aparece una Rita ninot sobre un mapa de la Comunidad Valenciana. Está sobre Valencia. “Alrededor del consistorio, una gran nube se ha formado, tapando hurtos y robos y más cosas que han creado”, reza el cartel explicativo. En otra punta de Valencia, Barberá es una maestra de ‘valensiano’, en referencia a su ‘caloret’. Pero el cartel explicativo ha añadido un extra: “Aunque ahora tiene Rita un problema más caliente, si un milagro no lo evita, puede que entre en Picassent”.
Dos de cambio de Gobierno. Hay una Rita marchándose de un hotel con una maleta que lleva el logo del PP, lo hace enfurruñada. El cartel explica que se va enfadada porque “ya no se llevará los ‘cacaos’”. Al otro lado, Joan Ribó entra para hacer el check-in. En la falla Plaza del Pilar, una de sección especial, se ve a Ribó retirando una alfombra roja mientras Barberá se marcha. A sus pies hay carteles que recuerdan casos de corrupción como Gürtel y Emarsa.
“Crítica ha habido mucha siempre, pero de otros temas”, dice Jesús Hernández, presidente de la Interagrupación de Fallas. Hernández sostiene que el cambio de gobierno no ha derivado en una mayor crítica hacia la ahora senadora. “Se satiriza lo que está de actualidad y ahora son los temas de corrupción del PP”, afirma.
Los monumentos falleros empiezan a pensarse a partir de abril. Se idean las figuras principales y con el paso del tiempo se van sumando temas conforme discurre la actualidad. Es por ello que hay ninots con referencias a casos tan actuales como la operación Taula o su aforamiento.
En el limbo del aforamiento
En otro punto de la ciudad aparece Barberá sentada en su sillón de alcaldesa y con la vara de mando entre las manos. Aquella de la que renegó su sucesor el día que tomó posesión. “No quiero ni la vara ni el mando, no es un símbolo de mi forma de gobernar. El autoritarismo ha pasado a la historia”, dijo entonces. Pese a estar en el sillón y con la vara, el ninot está lejos de ser amable. Rita está en un espacio dedicado a aquellos que están “perdidos en el limbo” y en el que ella se erige como reina. “En el limbo temporal y como reina aforada, una reina municipal se encuentra bien asentada”, reza el cartel. A un lado otro lo deja más claro al dar varias opciones a la pregunta de qué es el limbo. La correcta: El lugar donde eres aforada.
En otros monumentos hay espacio satírico para los nuevos ocupantes del Ayuntamiento, pero no para ella. “Tenemos el cambio de Gobierno, a Rita no. No querrán quemarla”, conjeturan desde la falla Convento Jerusalén.
La Barberá troglodita
Son muchas las ‘Ritas ninots’ que se pueden ver estos días en Valencia, pero si hay una escena que más focos ha captado, junto a la del Mercado Central, es el ninot de una Barberá ‘troglodita’ arrastrando a la caverna a un Rajoy que dice: "Lo que nosotros hemos hecho, cosa que no hizo usted, es engañar a la gente". La escena se encuentra a pocos pasos del Ayuntamiento que regentó durante 24 años. Junto a los ninots, este cartel: “Mujer grande, cuerpo de mamut, arrastra a la caverna hombre faba líder tribu”.
En el recinto del monumento está Eduardo Lluch, lleva 50 años en esta falla. “Nací aquí en frente”, dice señalando al portal de al lado.
- ¿Qué han querido representar?
- Representa que no se sabe quién arrastra a quién con sus líos.
- Pues parece claro.
- (Sonríe).
En la madrugada del sábado al domingo esta y las demás figuras arderán en el fuego de la Cremà.