La 'casta' no quiere oír la moderación de Iglesias
- Los políticos y los grandes empresarios dan la espalda al líder de Podemos en el Foro ABC-Deloitte celebrado en el Casino de Madrid.
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A nadie se le escapa que Pablo Iglesias ha moderado su discurso. Ya hace tiempo que los feroces ataques a "la casta" han desaparecido de su vocabulario. Ahora el líder de Podemos se presenta como garante de la estabilidad institucional mediante un paquete de cinco grandes reformas de la Constitución. El revolucionario ha mutado en hombre de estado. Sin embargo, aquellos a los que tanto vilipendió en su momento parecen no querer escuchar sus propuestas. Al menos eso es lo que ocurrió este martes, cuando los prohombres de las grandes empresas y los políticos del resto de formaciones dieron la espalda a Iglesias en su visita al Foro ABC-Deloitte celebrado en el Casino de Madrid.
Era un comentario acaso hiperbólico pero repetido por casi todos los presentes: "No ha venido nadie". En efecto, los asistentes al acto eran menos cuantitativa y cualitativamente. Algunas empresas enviaron a representantes, pero no de primera línea. Nada que ver con lo sucedido unos días atrás, cuando visitó el Foro Albert Rivera, o hace un mes y medio, cuando protagonizó el evento la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. En esos dos precedentes acudieron algunos grandes empresarios, representantes de la patronal y políticos de otros partidos. Sin ir más lejos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, sí estuvo en el acto del líder de Ciudadanos. Ni siquiera la propia Carmena acudió este martes al Casino.
Junto al JEMAD
Iglesias llegó al lujoso edificio construido en 1910 flanqueado por su flamante fichaje José Julio Rodríguez, general que ocupó el cargo de JEMAD en el último gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, así como por algunos de sus colaboradores más cercanos, como Irene Montero y Rafa Mayoral. Allí aguardaban los directivos de Vocento, propietario de Abc, encabezados por el consejero delegado, Luis Enríquez, y por Catalina Luca de Tena, presidenta editora del diario. Entre los asistentes aportaban morbo las presencias de Antonio Gutiérrez, exsecretario general de Comisiones Obreras, y Javier Vega de Seoane, presidente del Círculo de Empresarios.
En línea con lo que es habitual en las últimas semanas, Iglesias articuló un discurso menos combativo y más conciliador para con los representantes del capitalismo que tanto censura. Prueba de ello es que ni siquiera mencionó "la casta" en su primera intervención. Después, cuando le preguntaron por una definición de su antiguo eslogan, dijo que "casta es el sitio al que uno vuelve; ser ministro y terminar en un Consejo de Administración; utilizar tu situación política para tener privilegios". Y atacó a PP y PSOE repitiendo el ejemplo de que Trinidad Jiménez sea la sustituta de Rodrigo Rato en el consejo de administración de Telefónica.
Defiende a sus fichajes
Con un tono menos agresivo y más dialogante, Iglesias insistió en la necesidad de poner en marcha una reforma de la Constitución y defendió su propuesta para resolver el problema catalán mediante la celebración de un referéndum de autodeterminación. Criticó con severidad a PSOE, PP y Ciudadanos por "atrincherarse" y por "no proponer soluciones políticas a un problema político". Durante el coloquio posterior, el secretario general de Podemos quiso poner en valor a sus fichajes, como el propio ex JEMAD, el catedrático Javier Pérez Royo, el filósofo Santiago Alba Rico o la juez Victoria Rosell, a quien nombraría ministra de Justicia, según anunció, en caso de gobernar.
Tanto en su primera intervención como en las preguntas posteriores no faltaron los murmullos cuando se mentó los nombres de ciertos periodistas presentes en el acto con los que Pablo Iglesias ha mantenido sonados enfrentamientos, como Isabel San Sebastián o Hermann Tertsch. Pero también en estos casos el líder de Podemos optó por la conciliación y no por el enfrentamiento directo.
"Me dieron una beca"
Una vez terminado el evento, Iglesias admitió que el Casino de Madrid es "un lugar con el que no estamos familiarizados" y afirmó que solo había estado allí en otra ocasión, "cuando me dieron una beca". Recordaban estas palabras a su famosa y explosiva visita al Hotel Ritz. Pero, al contrario que aquel día, en esta ocasión no arremetió contra "la casta" ni censuró a los amos del dinero ni zahirió a Merkel ni denunció la situación del sur de Europa. Son tiempos de moderación para el líder de Podemos.