En la era actual, marcada por la urgente necesidad de abordar la crisis climática y reducir nuestro impacto ambiental, la adopción de prácticas empresariales sostenibles se ha vuelto imperativa. Entre estas prácticas, la circularidad emerge como un concepto fundamental que busca maximizar el valor de los recursos, reducir la generación de residuos y fomentar la reutilización y el reciclaje.
Esta práctica, en su esencia, representa un cambio de paradigma hacia un sistema económico que imita los ciclos naturales, donde los productos y materiales se diseñan, producen, consumen y reutilizan de manera más eficiente y sostenible. Sin embargo, en el contexto español, ¿es una realidad tangible o simplemente una aspiración lejana?
Es innegable que, en los últimos años, hemos presenciado un creciente interés por la sostenibilidad en España. Las empresas, los gobiernos y la sociedad en general han comenzado a reconocer la importancia de adoptar modelos de negocio que minimicen el desperdicio y promuevan la eficiencia en el uso de recursos.
Este cambio de mentalidad se refleja en iniciativas gubernamentales como la Estrategia Española de Economía Circular 2030, que busca impulsar la transición hacia un modelo económico que cierre el ciclo de forma más sostenible, y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. En Recovo, cumplimos cuatro de todos ellos, relacionados con el cambio climático y la transición.
A pesar de estos avances, el camino está plagado de desafíos y obstáculos que requieren una acción decidida y coordinada de todos los actores involucrados. Uno de los principales retos radica en la necesidad de cambiar los patrones de producción y consumo arraigados en nuestra sociedad.
La cultura del “usar y tirar” debe ser reemplazada por una mentalidad que valore la durabilidad, la reparabilidad y la reutilización de los productos. Además de entender que, si queremos cambiar las cosas, tendremos que cambiar procesos y hacer un ejercicio de reeducación donde desaprendamos viejos hábitos y aprendamos nuevos.
Además, existen barreras económicas y regulatorias que dificultan la adopción generalizada de prácticas circulares. Hay empresas que aún ven la sostenibilidad como un coste adicional, en lugar de una oportunidad para la innovación y la diferenciación en el mercado. La falta de incentivos económicos y la competencia desleal con productos más baratos y menos sostenibles también obstaculizan el progreso hacia esta transición.
Uno de los sectores que enfrenta una problemática única es la industria de la moda. La rápida rotación de las tendencias, el uso intensivo de recursos naturales y la generación de grandes volúmenes de residuos textiles hacen de la moda uno de los sectores más críticos en términos de sostenibilidad. Sin embargo, también es un sector que ofrece oportunidades significativas para el desarrollo y la transformación.
Es aquí donde entran en juego soluciones disruptivas como CiMS, nuestra herramienta contribuye a la circularidad de las operaciones y reduce la huella de carbono de las empresas al evitar la producción de nuevos materiales. Al permitir que las marcas y diseñadores tomen el control de su propio stock, se fomenta la creación de procesos que promueven la reutilización y prolongan la vida útil de los materiales textiles.
Además, también impulsa la demanda de materiales más sostenibles al facilitar la identificación y el acceso a tejidos reciclados y sostenibles. Esto no solo beneficia al medio ambiente, al reducir la dependencia de recursos naturales finitos, sino que también responde a la creciente demanda de los consumidores por productos más éticos y sostenibles.
Sin embargo, aunque soluciones de software como esta presentan un gran potencial, su adopción generalizada debe hacer frente a diversos retos en el contexto español. La falta de conciencia sobre la importancia de la circularidad, la resistencia al cambio dentro de las empresas y la ausencia de incentivos económicos son solo algunos de los obstáculos que deben superarse. Para progresar hacia una economía más basada en el reciclaje y la reutilización, es fundamental que empresas, gobiernos y sociedad en su conjunto reconozcan la urgencia de esta transición y trabajen juntos para superar estos desafíos.
Desde Recovo, estamos comprometidos a impulsar el cambio en España y más allá. Creemos firmemente que herramientas innovadoras como CiMS pueden desempeñar un papel crucial en este proceso al facilitar la adopción de prácticas más sostenibles dentro de la industria de la moda y otros sectores. Sin embargo, también reconocemos que el éxito de estas soluciones depende de la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados.
La circularidad no es solo un concepto abstracto, sino una necesidad urgente en el contexto actual. La adopción de prácticas empresariales con un ciclo cerrado no solo son esenciales para mitigar los impactos negativos de nuestra actividad económica en el medio ambiente, sino que también presentan oportunidades significativas en términos de innovación, eficiencia y crecimiento sostenible.
Con propuestas como CiMS, estamos un paso más cerca de hacer realidad esta visión y dar un paso más dentro de la industria de la moda, contribuyendo al avance de los ODS. Sin embargo, se necesita un esfuerzo concertado de todos los actores involucrados para superar los desafíos y hacer de la transición sostenible una realidad tangible en nuestro país.
*** Mónica Rodríguez es CEO y cofundadora de Recovo.