Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son el plan de la Humanidad para dar respuesta a los grandes retos globales, de los que nadie -ningún país- debe quedar al margen. Hablamos de trabajar para erradicar la pobreza, reducir la desigualdad, luchar contra el cambio climático, revertir la degradación del medio ambiente, y promover la prosperidad, la paz y la justicia. A todos nos afectan y a todos nos incumben.
El cumplimiento de estos objetivos de Naciones Unidas constituye el eje transversal de las estrategias y políticas públicas del Gobierno. Sentar las bases de un modelo de crecimiento sostenible e inclusivo, situando a las personas en el centro de la acción política y abordando su bienestar y la protección del entorno en que viven, es el motor que insufla contenido real a nuestra acción de gobierno.
España se encuentra a la vanguardia en el cumplimiento de este contrato social mundial para el siglo XXI, basado en la responsabilidad y la solidaridad con las generaciones futuras, gracias al impulso dado por el Gobierno desde 2018. La creación de un Alto Comisionado y la aprobación del Plan de Acción para la implementación de la Agenda 2030 fueron de las primeras decisiones que adoptó el Gobierno de Pedro Sánchez, y significaron un viraje de 180 grados en la orientación política de nuestro país.
Hasta ese momento, España vivía al margen de los grandes retos globales. Era necesario activar instrumentos para abordar adecuadamente los ODS. Urgía considerar la seguridad ambiental como un asunto de Estado, impulsar el multilateralismo y abandonar la pasividad ante la degradación del planeta, desterrando hasta el más mínimo coqueteo con el negacionismo climático.
En España, como en buena parte del mundo desarrollado, las tesis del neoliberalismo habían dominado el discurso político y académico. Sin embargo, la crisis económica de 2009, las demandas de una sociedad civil cada vez más concienciada -con los jóvenes liderando el grito contra el cambio climático- y, recientemente, la emergencia sanitaria causada por la pandemia han dado un giro a la situación.
El Gobierno ha marcado como prioridad absoluta una recuperación justa para una España mejor, alineada con los ODS
Los principios y valores propios del progresismo impregnan ahora los discursos y las prioridades internacionales, orientando la acción política a garantizar el bienestar presente y futuro de las personas, y la protección del entorno en que viven. Por eso, el Gobierno ha marcado como prioridad absoluta tener una recuperación justa para conseguir una España mejor. Una España alineada con los ODS.
El Ejecutivo se ha situado a la vanguardia de este cambio y, hoy por hoy, podemos considerarnos la socialdemocracia de referencia en Europa y en el mundo. Hemos desplegado numerosas iniciativas políticas, institucionales y normativas para hacer frente a las grandes transformaciones que debe llevar a cabo nuestro país, poniendo en el centro a las personas bajo el lema de "no dejar a nadie atrás".
El compromiso con una recuperación justa de la pandemia y con el desarrollo sostenible es consustancial a la esencia de este Gobierno. Forma parte de nuestra visión de Estado.
Desde enero de 2020 contamos con un ministerio específico para la implementación de la Agenda 2030. Hemos diseñado recientemente una Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 en colaboración con las comunidades autónomas, las entidades locales, el sector privado, la sociedad civil y los movimientos sociales.
La recuperación económica y social que ya hemos iniciado se inspira, de manera transversal, en la Agenda 2030
También hemos presentado un informe de alineamiento de los Presupuestos Generales del Estado con los ODS de la Agenda 2030. Y en el mes de julio hemos presentado ante Naciones Unidas nuestro segundo Examen Nacional Voluntario sobre la aplicación de los ODS.
Desde el Gobierno hemos ejercido un liderazgo abierto a la participación mediante un sistema de gobernanza que garantiza una amplia presencia institucional y ciudadana (ministerios, autonomías, municipios, empresarios, sindicatos, parlamentarios, academia, plataformas y entidades sociales) en la toma de decisiones.
Todas estas iniciativas se han traducido en numerosas políticas para la prevención y lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, la igualdad de oportunidades, la agenda urbana, el cambio climático, la ciencia y la innovación, el Gobierno abierto o la cooperación al desarrollo.
Hemos logrado avances en la consecución de los ODS vinculados a pobreza cero, salud y bienestar, educación de calidad y energía asequible y no contaminante. Así ha quedado reflejado en un diagnóstico reciente elaborado por la Red de Desarrollo Sostenible y la Fundación Bertelsmann, en cuyo ranking España ha adelantado dos posiciones respecto al año anterior, situándonos en el puesto 20 de 165 Estados.
La pandemia ha sometido a una extraordinaria prueba de resistencia a nuestro sistema de salud y ha hecho palpables los desafíos preexistentes. Pero también está actuando como acelerador de las transformaciones en curso, que van a recibir un potente impulso de los fondos Next Generation EU. Superada la etapa de resistencia, la recuperación económica y social que ya hemos iniciado se inspira, de nuevo de manera transversal, en la Agenda 2030 y, por tanto, será una recuperación justa.
La Estrategia de Desarrollo Sostenible es el hilo conductor del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que dará coherencia a las iniciativas desarrolladas hasta ahora, como la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial o el Plan de Choque para la Economía de los Cuidados, entre otras. También impulsará las que vengan: los nuevos PERTE, la Ley de Vivienda o la Hoja de Ruta de Autoconsumo, que se aprobarán próximamente.
Los 140.000 millones de euros de los fondos europeos servirán para que la recuperación y la modernización estén al servicio de las personas y su entorno
Los 140.000 millones de euros de los fondos europeos -de los cuales 72.750 llegarán en forma de transferencias directas y el resto en forma de préstamos- van a servir para que tanto la recuperación como la modernización que impulsa el Gobierno estén al servicio de las personas y su entorno.
Por ello, debemos tener confianza y esperanza de futuro. El FMI y la Comisión Europea nos sitúan como el país desarrollado que más crecerá en 2022. Somos líderes mundiales en vacunación, tenemos ya cifras de afiliación a la Seguridad Social por encima de las que teníamos antes de la pandemia, y hemos recuperado más del 90% de los empleos perdidos. La recuperación va a ser potente, y estamos orientándola para que además sea justa. Es decir, para que se traslade a los salarios, al empleo de los jóvenes y a unas jubilaciones dignas.
Afrontamos el reto con determinación, una hoja de ruta definida y una enorme vocación de servicio público para recuperar nuestras vidas y dar a España un gran impulso económico, social y medioambiental de aquí a 2030. No sólo recuperaremos los niveles de vida previos a la pandemia, sino que también conseguiremos que España sea un país económicamente más fuerte y más justo en lo social. Por eso, será una recuperación justa.
***Félix Bolaños es ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.