17 películas para entender los ODS y despertar una conciencia ecológica y social
Un repaso por algunos de los títulos más emblemáticos de la historia del cine: desde estrenos recientes como No mires arriba hasta clásicos como El chico de Charles Chaplin o Umberto D. de Vittorio De Sica.
27 enero, 2022 02:54El cine, al ser un arte audiovisual, es el canal más efectivo para transmitir ideas y sentimientos. También puede convertirse en un poderoso promotor de denuncias sociales. En otras ocasiones, especialmente a través de la tragedia, puede llegar a despertar la conciencia individual y colectiva. Algunos autores, sabedores de su influencia sobre las masas, han sabido capitalizar el potencial cinematográfico con el objetivo de convertir sus películas en vehículos de transformación social.
Porque el cine es, ante todo, un arte capaz de cambiar el mundo. De forma directa o indirecta, ha influido en las vidas humanas desde que los hermanos Lumière proyectaron por primera vez una imagen en aquel legendario Bulevar de las Capuchinas en 1895. Y a lo largo de sus diferentes etapas, géneros y tópicos, el Séptimo Arte ha tratado todos los temas que uno pueda imaginar, entre ellos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre los que ENCLAVE ODS incide una y otra vez.
Puede que Fritz Lang no tuviese ni idea de sostenibilidad cuando rodó Metrópolis allá por los años veinte, pero eso no impidió que su película se convirtiera en un icono de la modernidad que hoy, gracias a su espíritu visionario e innovador, nos recuerda la importancia del ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura). Vittorio De Sica probablemente sí concibió su Umberto D. como un alegato contra la pobreza, y por eso hoy fácilmente se la asocia con el ODS 1 (Fin de la pobreza). Sin ir más lejos, la recién estrenada No mires arriba de Adam McKay para Netflix, aunque esté rodada como una sátira alegórica, está claramente alineada con el espíritu del ODS 13 (Acción por el clima).
Son solo algunos de los ejemplos de películas notables que podemos asociar a los ODS. Los títulos son muchos, quizás demasiados para recopilarlos en una sola lista. Por eso esta selección se queda corta: es sólo una parte infinitesimal de un vasto mundo cinematográfico que podemos utilizar como elemento de concienciación ecológica, social, económica, industrial e incluso política.
ODS 1: Umberto D. (1952)
Vittorio De Sica concibió Umberto D. como una crítica a las consecuencias devastadoras que tuvieron el fascismo y la Segunda Guerra Mundial sobre la sociedad italiana. Es una de las películas que mejor retratan la necesidad de poner fin a la pobreza: la historia de un desvalido anciano maltratado que, junto a su pequeño perro, malvive en las sucias e indiferentes calles de una Italia de posguerra que ha dejado excluidos a sus ciudadanos más vulnerables.
ODS 2: El chico (1920)
Una película que tiene más de cien años pero que sigue siendo de rabiosa actualidad. Charles Chaplin es uno de los pocos realizadores que trascienden las barreras del tiempo, y su influencia en la cultura popular no decae nunca. Es difícil que alguien no haya oído hablar de él. Con El Chico, una historia en la que el realizador recordaba su propia infancia, llena de pobreza, miseria y hambre, reflexiona sobre la importancia de tener unas sociedad comprometidas que acaben con el hambre en el mundo.
ODS 3: El padre (2020)
El Padre, una de las películas más reconocidas y laureadas del 2020, incide en la importancia de cuidar de la salud de los demás pero, sobre todo, reflexione sobre lo fundamental que resulta comprender los problemas ajenos –en este caso la demencia senil– para sensibilizarnos y empatizar con quienes padecen todo tipo de enfermedades. La salud y el bienestar son esenciales para la prosperidad.
ODS 4: Madadayo (1993)
La última película firmada por el maestro Akira Kurosawa es una impecable reflexión sobre la influencia que puede llegar a tener un profesor en la vida de sus alumnos. Con docentes bien formados, carismáticos e influyentes que no sólo expliquen los temarios a sus alumnos sino que los motiven día a día con su pasión, se consigue una sociedad más fuerte y preparada para desenvolverse en el laberinto de las relaciones laborales y humanas. Para ello, el acceso a una educación digna y de calidad es esencial. En Madadayo, los alumnos se desviven por cuidar del viejo profesor jubilado que les hizo ser mejores personas y triunfar en la vida.
ODS 5: En tierra de hombres (2005)
Un drama feminista inspirado en hechos reales sobre la vida de Josey Aimes, una mujer maltratada y soltera que vuelve al pequeño pueblecito de Minnesota que la vio nacer. Allí decide ganarse la vida trabajando en las minas de hierro, un entorno liderado por una fuerte presencia masculina. Aimes decide erigir su voz sobre el machismo que la rodea e inicia una revolución de trabajadoras para conseguir la necesaria igualdad de género y de derechos laborales.
ODS 6: Aguas oscuras (2019)
Otra película inspirada en hechos reales que cuenta la historia del abogado Rob Tillot, un hombre que puso frente a las cuerdas al gigante químico estadounidense DuPont, que estaba vertiendo ácido perfluorooctanoico, un peligroso residuo tóxico, en Dry Run, un vertedero cercano a una zona rural habitada aledaña a su empresa. El efluente líquido de los residuos vertidos llegó a la población y provocó decenas de intoxicaciones, algunas de ellas letales. Aguas oscuras recuerda la importancia de un sistema de acceso a agua limpia y saneada.
ODS 7: Chernobyl (2019)
Aunque se trata de una miniserie de televisión, su formato está pensado para ser consumido como una película de cinco horas. La serie explora las devastadoras consecuencias que tuvo Chernobyl tanto para la población local como para los países cercanos sobre los que se extendió la nube tóxica. El realizador Craig Mazin nos recuerda, una vez más, que la energía nuclear, a pesar de ser infinitamente mejor que los combustibles fósiles o el gas, acarrea ciertos peligros que podrían ser devastadores para la humanidad. Por eso urge potenciar y financiar las energías sostenibles y no contaminantes.
ODS 8: Blue Collar (1978)
Película militante y extremadamente social escrita y dirigida por Paul Schrader (guionista de Taxi Driver) que explora la vida de tres trabajadores de una fábrica de coches asfixiados por la explotación de sus jefes y desamparados por unos sindicatos dependientes de las élites. Blue Collar plantea una brutal desmitificación del sueño americano y arremete contra el capitalismo salvaje y sus consecuencias directas en la salud mental de las clases sociales más desfavorecidas. El trabajo decente y el crecimiento económico, recuerda Schrader, solo se consigue si la sociedad es más justa y equitativa y los trabajadores están legalmente representados.
ODS 9: Metrópolis (1928)
Una película que denuncia la tiranía con la que los sistemas totalitarios explotan a las masas. Metrópolis es una película extremadamente moderna para 1928. En ella, Fritz Lang recrea con una imaginación desbordante los grandes rascacielos del futur y presenta un mundo tecnológico ultra avanzado que incluye hasta robots humanos. La industria, la innovación y la infraestructura, además de la necesidad de que los trabajadores tengan unas condiciones laborales justas, son ejes clave para el desarrollo humano. Metrópolis nos recuerda hasta qué punto la imaginación de los realizadores de los años veinte se asemejaba a cómo iba a ser el mundo contemporáneo.
ODS 10: Tierra en trance (1967)
Película brasileña, perteneciente al movimiento Cinema Novo del que fue artífice su director, Glauber Rocha, que incide en cómo el caos político genera una desigualdad social y un descontento que es el caldo de cultivo perfecto para populismos extremistas que se presentan como garantes del orden. Tierra en Trance sitúa al espectador en la ficticia ciudad de Eldorado, que en realidad es Brasil, poco antes del golpe de Estado de 1964. De sus entrañas brota la impotencia de quien ve cómo la nación en la que ha nacido se sume en una espiral de violencia, analfabetismo, cobardía y moralismo vacuo, y recuerda que la reducción de la desigualdad –que debe ser ejercida desde las instituciones políticas– es la única garante de la libertad y la estabilidad.
ODS 11: El niño que domó el viento (2019)
Otra película inspirada en increíbles hechos reales. Esta vez la historia se traslada a Malaui, en África, y sigue la vida de un adolescente, William Kamkwamba, que desarrolló un sofisticado sistema de energía eólica con el que consiguió dar electricidad a una bomba de agua que permitió mejorar los regadíos de la ciudad y salvar a su comunidad de una grave sequía, además de generar agua potable para el resto de vecinos. A través de este tipo de inventivas –aunque en este caso nazcan de la precariedad– se demuestra que muchas zonas podrían apostar por energías renovables no contaminantes para mantener la sostenibilidad de sus ciudades y comunidades.
ODS 12: Koyaanisqatsi (1982)
Cinta de arte y ensayo perteneciente a la conocida como 'Trilogía Qatsi' dirigida por Godfrey Reggio que consiguió convertirse en una obra de culto gracias al impactante retrato pesimista que hizo de los excesos de la globalización, el sistema de consumo y el crecimiento de las ciudades. No hay narrador. No hay personajes. Tan solo una sucesión de imágenes que hablan por sí solas: ciudades atestadas de vehículos, junglas de asfalto frenéticas y una contaminación desenfrenada. Koyaanisqatsi, que literalmente significa "vida fuera de balance", es una llamada a la acción para luchar por una producción y un consumo responsables antes de que sea demasiado tarde.
ODS 13: No mires arriba (2021)
Ácida sátira sobre dos científicos que tratan de alertar al mundo sobre la llegada de un asteroide que acabará con la especie humana. A pesar de la gravedad de su descrubrimiento, ambos son recibidos con indiferencia por parte de políticos, periodistas y ciudadanos. Con la excusa del meteorito, No mires arriba construye una inteligente alegoría sobre la falta de acción climática. La película nos plantea una pregunta muy sencilla: ¿Actuaremos antes de que sea demasiado tarde?
ODS 14: El gran azul (1988)
Rodada en el espectacular archipiélago griego en el que se encuentran las islas Cícladas, El gran azul es tanto una carta de amor al mar como al submarinismo. La historia de rivalidad entre dos competidores de apnea submarina es lo de menos: la pasión que destila Luc Besson por el mundo submarino es lo que convierte esta película en una cinta esencial para los amantes de la naturaleza.
ODS 15: Dersu Uzala (1975)
"El hombre es insignificante en comparación con la vastedad de la naturaleza". Es una de las muchas frases con las que Kurosawa regó las semillas de sabiduría que brotaron en Dersu Uzala, una película sobre un militar ruso que entabla una férrea amistad con un cazador siberiano, Dersu, que posee unos conocimientos ancestrales sobre el ser humano, la naturaleza y la vida. El respeto por la vida de los ecosistemas terrestres es lo que ayuda a este peculiar cazador a sobrevivir en un ambiente inhóspito. Él cree que matar a un animal, si no es en estricta defensa propia, es una maldición del alma. "El ser humano ha olvidado que también forma parte de la naturaleza".
ODS 16: Doce hombres sin piedad (1957)
Además de ser uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte, Doce hombres sin piedad, del genial Sidney Lumet, es una película necesaria para mantenernos alerta sobre las posibles mejoras del sistema judicial. Once hombres están seguros de que un joven es culpable de asesinato; uno, sin estar a favor de su inocencia, simplemente duda e investiga el caso a fondo. La paz, la justicia y unas instituciones sólidas, parece anticipar Lumet, son imprescindibles para el correcto funcionamiento de la democracia. De lo contrario, se cae en el peligro de que se resquebraje el sistema completo
ODS 17: Punto límite (1964)
¿Qué pasaría si no llegásemos a formar alianzas para llegar a los objetivos propuestos por las Naciones Unidas? Lumet también tiene su particular visión sobre este asunto: sería un absoluto desastre. Aquí no hay medias tintas ni sátiras como la que propuso Kubrick en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú: el caos sería irreparable. El cineasta rodó la película en plena Guerra Fría y su visión pesimista pasaba por el apocalipsis nuclear, auspiciado por la falta de diálogo político entre naciones, pero vista desde los ojos del siglo XXI, Punto límite se asemeja más a No mires arriba que a otras películas sobre la 'crisis de los misiles': o actuamos de forma coordinada o las consecuencias serán inabarcables para el ser humano.