El mayor tesoro español hundido en el océano: 20.000 millones en monedas de oro, plata y diamantes
El litoral español aguarda uno de los mayores tesoros hundidos del mundo, alimentando una disputa internacional y la imaginación de miles de personas.
24 julio, 2024 12:51La fascinación por los tesoros hundidos ha conseguido embaucar la imaginación de toda la humanidad desde que 'el mundo es mundo'. Particulares, reinos y arte en todas sus maneras de expresarse han fantaseado con las fortunas que el mar esconde, no hay más que echar mano de la literatura más mítica y fijarnos en las Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne.
Pero como suele ocurrir, la realidad supera la ficción cuando hablamos de uno de los galeones españoles que, cargados con incalculables fortunas, se hundieron hace más de tres siglos. El galeón San José es uno de los que pasará a la historia por la desorbitada carga de monedas de oro, plata y diamantes que transportaba y se quedó enterrado en el fondo del mar español.
Habiéndose hundido este en 1708, próximo a la costa de Cartagena de Indias y con una fortuna estimada en 20.000 millones de dólares, ha desencadenado una disputa internacional entre Colombia, Bolivia, España y Estados Unidos.
Este buque pertenecía a la flota española de la Carrera de Indias, en el reinado de Felipe V. Transportaba una increíble cantidad de dinero y piedras preciosas procedentes de las colonias americanas hacia España. De ahí que, la importancia histórica y económica de su cargamento haya hecho que varios países reclamen su legitimidad y derechos sobre este tesoro.
La búsqueda y recuperación de los tesoros hundidos históricamente ha representado un desafío tecnológico y logístico, además de un intenso debate sobre la propiedad y la preservación del patrimonio histórico. Pero el galeón español se convierte en una de las más vivas leyendas del conjunto histórico de la humanidad.
El tesoro hundido del galeón San José
El galeón San José es uno de los tesoros más valiosos y disputados de la historia. Este impresionante barco de la Armada española transportaba una valiosísima carga que ha pasado a la historia por ser uno de los naufragios más famosos. La disputa sobre su propiedad han capturado la atención mundial, convirtiéndose en un auténtico tesoro tanto histórico como económico.
El galeón San José fue construido a finales del siglo XVII en el norte de la Península Ibérica. Desde su primer viaje en 1706, realizó varias travesías entre España y América, llevando productos de consumo y riquezas obtenidas en el Nuevo Mundo.
En 1708, durante una de estas travesías, el galeón hizo una parada en Portobelo, Panamá, para recoger una carga valiosa destinada al rey Felipe V. Sin embargo, al intentar regresar a Cartagena de Indias, el San José fue atacado por la flota corsaria británica comandada por Charles Wager. Este enfrentamiento, conocido como la Batalla de Barú, resultó en el hundimiento rápido del galeón junto con toda su carga.
Durante más de 300 años, el galeón permaneció perdido en las profundidades del océano, siendo su ubicación exacta un misterio. No fue hasta 2015 cuando la Armada colombiana, utilizando tecnologías avanzadas, logró localizar los restos del naufragio cerca de la costa de Cartagena de Indias.
La disputa por la propiedad del tesoro
El hallazgo no solo reavivó el interés por el tesoro, sino que también desató una compleja disputa sobre su propiedad.
Colombia, que descubrió el naufragio y empleó sus propios recursos para la búsqueda, afirma que el tesoro es suyo. España, por otro lado, argumenta que el San José era un "barco de Estado" de la Armada española y, por lo tanto, le pertenece según la normativa de la UNESCO sobre patrimonio subacuático.
También la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia reclama el tesoro, afirmando que las riquezas a bordo fueron arrebatadas a sus ancestros por los colonizadores españoles. A esta disputa se suma la empresa Sea Search Armada, que asegura haber encontrado el galeón en 1981 y haber proporcionado las coordenadas a Colombia a cambio de una compensación económica.
Sin embargo, es la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya la encargada de decidir sobre la compleja disputa, un proceso que podría tomar años. Mientras tanto, el gobierno colombiano ha manifestado su intención de proteger y compartir el patrimonio con España, y ha anunciado una misión científica para recuperar algunos de los restos del galeón.
La Carrera de Indias y sus galeones
Desde que se creara el sistema de comunicación marítima que unía España y América en la Edad Moderna, la Carrera de Indiaso Flota de Indias, las embarcaciones españolas no cesaron su navegación entre ambos continentes con el fin de transportar riquezas, pero también culturas y conocimientos sobre el 'nuevo mundo'.
Una ruta que, a pesar de ser transitada continuamente, no estaba exenta de peligros. Según historiadores como Pierre Chaunu, entre 1504 y 1650, alrededor de 412 embarcaciones se hundieron debido a los fuertes temporales, sumado a los 107 que fueron derribados por piratas de la zona.
Los galeones, además de transportar riquezas, también escoltaban otras embarcaciones, incluida las de comerciantes que confiaban sus bienes a estas imponentes naves. Perder una de estas flotas y todo lo que en su interior había, suponía una catástrofe económica, aunque por otro lado, un legado de misterio que perdura hasta el día de hoy.
Tesoros recuperados
Entre los galeones hundidos que han sido recuperados, destacan el de "Nuestra Señora de Atocha" y el de "Santa Margarita". Estos dos buques, parte de la flota del marqués de Cadereyta, se hundieron en el estrecho de Florida en 1622.
Su recuperación, entre 1969 y 1985, por el cazatesoros Mel Fisher, reveló un tesoro impresionante, incluyendo una cadena de oro de 3.5 metros, barras de plata de casi 40 kilos cada una, y monedas de oro. El valor total de los hallazgos se estima en 570 millones de dólares.
Otro naufragio notable que se recuerda a día de hoy es el del galeón "Nuestra Señora de las Maravillas", que transportaba un tesoro que incluía lingotes y monedas de oro y plata, joyas con esmeraldas y amatistas, además de otros artefactos de valor incalculable. Este galeón, parte de la flota española de Don Matías de Orellana, se hundió en 1656 y su recuperación también fue destacada por la riqueza de los objetos encontrados.