Cómo hacer jabón casero: el truco de las abuelas para reciclar el aceite usado

El aceite es quizá el producto más esencial de la cocina mediterránea, y ningún plato de nuestra gastronomía sería igual si se prescindiera de este ingrediente ancestral. Sin embargo, cuando no se recicla correctamente, el aceite puede llegar a ser muy perjudicial para el medio ambiente. 

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Cuando tiramos por el fregadero el aceite usado, este acabará, en el mejor de los casos, en una planta de tratamiento de aguas donde el aceite es supuestamente separado del agua. No obstante, puesto que los aceites se oxidan, en muchas ocasiones es prácticamente imposible hacer esta separación, con lo que el aceite acaba contaminando el agua de los acuíferos y dañando el ecosistema. 

Para evitar que esto ocurra, hay varias opciones. Una de ellas es llevar el aceite usado al punto limpio, donde se encargarán de reciclarlo adecuadamente, aunque hay alternativas más creativas que esta. 

Por ejemplo, emplear el aceite usado para hacer jabón. De esta manera, además de evitar que el aceite acabe donde no debe, obtendrás un jabón natural que, además, es muy fácil de hacer. A continuación, te contamos cómo.

Cómo se hace

Para hacer jabón casero necesitas solamente tres ingredientes: aceite de cocina usado, agua y sosa cáustica.

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Antes de nada, es recomendable colar el aceite con un colador, para eliminar los restos. En cuanto a las cantidades, dependerá de qué tipo de jabón quieres hacer y qué utilidad le quieres dar. 

Si lo que buscas es un jabón para limpiar la ropa y los platos, a cada litro de agua le corresponderá la misma cantidad de aceite usado y 200 gramos de sosa. En cambio, si quieres hacer un jabón que sirva para lavarse el cuerpo o las manos, tendrás que echar un poco menos de sosa a la mezcla, en torno a 150 gramos.

Estos son los ingredientes básicos, aunque para enriquecer la mezcla puedes añadir también colorantes o aromas naturales, como aloe vera, lavanda o limón. 

Una vez tengas la mezcla, solamente queda verterla en un molde y dejarlo reposar durante dos días. Pasado este tiempo, el jabón se habrá solidificado, aunque aún queda un paso más. Para que termine de endurecerse el jabón sácalo del molde y córtalo. Una vez cortado, déjalo reposando un mes más. 

Ahora bien, dado que la sosa es un material corrosivo, es preciso que tomes algunas precauciones antes de ponerte manos a la obra. En primer lugar, asegúrate de trabajar en un lugar bien ventilado. En segundo lugar, utiliza un instrumento (una cuchara de madera, por ejemplo) para remover la mezcla y evita el contacto directo con la sosa.

Por el mismo motivo, es aconsejable usar guantes y gafas, así como prendas que cubran bien los brazos, para evitar que la piel entre en contacto con la sustancia.