Wear OS y sus 5 retos para que no fracase como Android Wear
Si Google quiere que el nuevo Wear OS triunfe donde Android Wear fracasó, es necesario que revisen todos los errores de Android Wear para no repetirlos.
15 marzo, 2018 21:15Desde su primer lanzamiento comercial, Google ha centrado casi todos sus esfuerzos en conseguir que Android fuese el mejor sistema operativo móvil del mundo. La evolución y aceptación de Android por usuarios y fabricantes está más que patente, algo que ha permitido que Google cada vez invierta en el ecosistema. Wear OS es la nueva apuesta de Google en el sector wearable. ¿Triunfará?
El inicio y fin de Android Wear
Ya en 2014 pudimos conocer los intereses de Google por expandirse con Android Wear y Android TV, y poco después con Android Auto. La mayoría de «expansiones» de Android han conseguido tener éxito en su cierta medida, excepto una, que no terminaba de cuajar.
Hablamos de Android Wear, un sistema orientado a relojes inteligentes, el cual prometía ser la próxima revolución. Un sistema destinado a acompañarnos en todo momento, que con el paso de los años no ha terminado de convencer. Hoy mismo, Google ha anunciado Wear OS, una nueva marca que viene a sustituir a Android Wear como sistema principal para wearables.
En estos momentos, Wear OS 1.0 es un cambio de nombre de Android Wear 2.9, sin novedades más allá. La semana que viene se celebra el Baselworld, la feria más importante de relojes a nivel mundial. Probablemente durante esos días conozcamos detalles sobre el futuro de Wear OS. También sabremos más durante el Google I/O, que se celebra en mayo.
Qué es lo que espero de Wear OS
Lo cierto es que llevo años mosqueado con Android Wear. Llevo utilizando el sistema para relojes desde 2015, viendo como evolucionaba, no siempre para bien. Actualmente estoy un poco más contento con Tizen en el Samsung Gear Sport, aunque el reloj que más me atrae es el Apple Watch, reloj que me ha tentado muchísimo, pero que no me apetece adquirir por el simple motivo de que Android me gusta muchísimo más que iOS.
En todos estos años he aprendido mucho de Android Wear, lo que creo que se ha hecho bien, mal, y hacia donde debería dirigirse este sistema. De ese modo, esta es mi lista de deseos para Wear OS.
Google, déjate de sistemas cerrados
Una de las mayores virtudes de Android es la libertad que nos otorga el sistema. Libertad a los usuarios para tener su móvil a gusto personal. Libertad a los fabricantes para innovar con tecnologías y software propio.
Es cierto, toda esa libertad ha generado un caos en Android que viene reflejado en la increíble fragmentación del sistema. La idea de crear un sistema más cerrado con Android Wear no era del todo mala, pero mirándolo con perspectiva, el resultado ha sido incluso peor.
Google ha tenido control absoluto de Android Wear, pero tampoco ha invertido mucho en él.
La primera cosa absurda de Android Wear es que los socios del sistema estaban cerrados a capricho de Google. En un principio, es una garantía de calidad al tener solo a los mejores fabricantes. La consecuencia real se ha derivado en una falta de competitividad. No ha habido ningún fabricante que quisiese destacar, por precio o innovaciones.
Y si lo vas a cerrar, hazlo bien
Y la política de Google ha sido uno de los motivos por los que nadie ha querido arriesgar. Desde un primer momento, Google prohibió que Android Wear tuviese capas de personalización ideadas por los fabricantes. La idea era buena, un sistema en el que todos tienen la pureza de Google.
La consecuencia ha sido que nadie ha podido destacar en el software más allá de tener alguna watchface o aplicación. Un sistema sin margen de diferenciación que se ha conseguido que Android Wear sea un sistema plano.
Si al menos hubiésemos tenido un ciclo de actualizaciones rápido, estable y duradero la cosa habría cambiado. No estamos dispuestos a cambiar de reloj cada dos años, y menos cuando el margen de evolución en el tiempo ha sido así de ridículo.
El soporte en Android Wear nos ha decepcionado.
Nadie va a comprar un reloj más caro que su móvil
Este es un tema que he discutido con muchos fans de los wearables. Al final, muchos de los usuarios de wearables optan por Apple Watch, porque los entusiastas de este tipo de plataformas suelen invertir bastante en tecnología, ya sea por poder económico o porque ahorran para ello.
Aunque Android sea el sistema operativo más extendido del mundo, muchas veces los fabricantes no entienden cual es su público real. Si el usuario medio de iPhone se gasta 700 y pico euros en su móvil, es más posible que por poder económico pueda acceder a un reloj de gran presupuesto.
Volvamos a Android, un sistema en el que las cifras de venta más potentes están dispuestos a gastar como mucho 250 euros. Es de lógica, nadie se va a gastar más dinero en un accesorio del móvil (que a fin de cuentas, es lo que es un wearable a día de hoy) que en el propio móvil. Ese público; con un nivel de exigencia más reducido; acabará comprando dispositivos como la Xiaomi Mi Band, en la vida se plantearán un Android Wear.
Wear OS necesita un reloj que haga lo que el Moto G hizo en su día por los móviles baratos.
Si Wear OS quiere expandirse a las masas, necesitamos un reloj que haga por los relojes lo que en su día hizo el Moto G por los móviles accesibles. Un reloj que nos ofrezca todas las funcionalidades clave de un wearable, por 99 euros. Un punto de partida donde comenzar.
El apoyo a los desarrolladores es crucial
Android Wear 2.0 prometía ser revolucionario, aunque acabó pasando sin pena ni gloria. Uno de sus grandes argumentos era la llegada de Google Play para Android Wear, una tienda de aplicaciones donde conseguir aplicaciones que funcionarían independientemente en el reloj, eliminando parte de la dependencia del sistema.
De nuevo, volvemos a la realidad, y es que Play Store para Android Wear es una porquería. La visibilidad que Google le da a los desarrolladores es horrenda, la descarga de aplicaciones es lenta. La mayoría de veces que he descargado una aplicación que me parecía interesante, al final ha resultado ser una aplicación dependiente del teléfono, por lo que no he podido disfrutar de la experiencia prometida.
Desde luego, esto es cosa de dos, y es que al final son los desarrolladores los que hacen que merezca entrar a descargar aplicaciones. Pero claro, si Google no pone ningún empeño en premiar o incentivar a los desarrolladores que hagan buenas aplicaciones, pues pasa lo que pasa.
Los wearables son para lo que son
Los smartphones han sido una revolución por convertirse en dispositivos con funcionalidades que todos usamos. Poder comunicarnos, hablar, ver vídeos, escuchar música y navegar por la web son argumentos de sobra para que todos queramos un móvil.
Muchas de esas actividades aún no son aptas para un reloj, por motivos de formato y batería, ya que un reloj por espacio no es capaz de aguantar el ritmo igual que un móvil, mucho más grande. A causa de ello, los relojes han quedado relegados a tres nichos principales. Notificaciones, seguimiento deportivo, y asistente virtual más accesible.
Google Assistant es genial en este aspecto, y el control de notificaciones de Android Wear siempre ha sido bastante bueno, pero en el seguimiento deportivo es donde Google pincha. Samsung y Apple (sin contar a marcas especializadas como Garmin) nos demuestran que el trabajo que tiene Google es su mayor reto para Wear OS.
Es necesaria una evolución en hardware
Y por último, está el hardware. Si no existe una evolución en hardware, es difícil que el sistema pueda seguir evolucionando en funcionalidad. Los primeros relojes con Android Wear llegaron con procesador Snapdragon 400, y los siguientes con Snapdragon Wear, unos procesadores dedicados a relojes, pero que no han tenido ninguna evolución.
A día de hoy, Samsung ha creado procesadores específicos para sus relojes, y Apple igual. Sabemos que Google no es fabricante de procesadores, pero debería reunirse con Qualcomm, con Huawei o con cualquier fabricante capaz con el que poner puntos en común y crear algo que realmente simbolice una revolución.
¿Qué esperas del futuro de Wear OS?