Samsung Gear Sport: Análisis y experiencia de uso
Analizamos el Samsung Gear Sport, uno de los mejores relojes inteligentes que combina diseño, funcionalidad y seguimiento deportivo.
17 enero, 2018 21:00Analizamos el Samsung Gear Sport, el último reloj inteligente de Samsung, un reloj a medio camino entre la Gear Fit 2 Pro y el Gear S3, aunando lo mejor de ambos mundos en un dispositivo que nos ha encantado.
Samsung Gear Sport, análisis
Un año más, Samsung vuelve a apostar fuerte por los wearables. Tanto el hardware como el software vienen firmados por Samsung, y es que como ya es costumbre, el fabricante surcoreano no apuesta por Android Wear, sino por Tizen OS, en su versión 3.0.
Tras años utilizando Android Wear, esta es la primera vez que puedo pasar un tiempo con la mejor versión de Tizen. Ya cuando probé el Samsung Gear Fit 2 Pro me encantó, y estaba frente a una versión de Tizen más modesta. ¿Será el software un factor determinante para dejar de lado Android Wear? Os lo contaremos en el análisis.
Especificaciones técnicas
- Pantalla Super AMOLED circular de 1.2″, 360 x 360 píxeles.
- Procesador dual core a 1 GHz.
- 768 MB de memoria RAM.
- 4 GB de almacenamiento interno (2.4 GB utilizables).
- Batería de 300 mAh. Unos dos días de autonomía.
- Acelerómetro, giroscopio, barómetro, monitor de frecuencia cardíaca, sensor de luz ambiental.
- Bluetooth 4.2, Wi-Fi b/g/n, GPS/Glonass, NFC.
- Resistente al agua 5 ATM / 50 metros de profundidad.
- Dos botones y bisel rotatorio.
- Compatible con correas estándar de 20 mm.
- Dimensiones: 42.9 x 44.6 x 11.6 mm.
- Peso: 67 gramos, 50 sin correa.
- Tizen OS 3.0.
Un diseño icónico que sigue la línea de los Gear S
A lo largo de los años, Samsung ha ido puliendo un diseño para sus relojes que podríamos considerar ya como icónico. El primer Samsung Gear S quizás era un poco feo, pero desde el Gear S2 podemos decir que Samsung dio con la tecla, o más bien con el bisel.
Seguramente el elemento más diferencial de los Samsung Gear S es un bisel rotatorio, que junto a dos botones nos ayudarán a desplazarnos por la interfaz. El bisel hace un sonido mecánico muy agradable y su interacción con el sistema es fantástica. La pantalla es táctil, pero al final la usamos bastante menos que en sistemas como Android Wear. Esta combinación ya estaba en el Gear S2 y Gear S3, y la experiencia es exactamente la misma en el Gear Sport.
El diseño del reloj es muy parecido al Samsung Gear S3, solo que un poco más pequeño y unos 10 gramos más ligero. El metal del cuerpo del terminal es de un azul oscuro muy discreto (aunque hay un modelo en negro) mientras que la correa si que presenta un azul más vivo.
Sobre la correa, es de goma, con un tacto muy suave y transmite mucha comodidad en el día a día. No obstante, al ser una correa de goma y colorida, seguramente no quieras utilizarla cuando busques un estilo más elegante. Ningún problema, ya que el Samsung Gear Sport es compatible con correas estándar de 20 milímetros. Buena decisión que el azul del reloj sea muy oscuro, ya que eso nos permitirá ir a juego con una variedad mayor de correas.
En la zona inferior del reloj tenemos el sensor de ritmo cardíaco, unido a varias serigrafías en las que vemos el nombre del producto, su resistencia al agua, y el material externo utilizado (concretamente, acero inoxidable 316L).
Deportivo no es solo para deportistas
Desde el primer momento, Samsung ha denominado este reloj bajo la marca Sport, lo que nos indicaría que se trata de un reloj para deportistas. Yo diría que más que un reloj para deportistas, se trata de un reloj deportivo, que encaja perfectamente para un estilo de vestir informal.
Usando Tizen como base, este reloj es una evolución de la Samsung Gear Fit 2 Pro (banda deportiva) que a nivel de hardware podríamos considerar como un reloj que se encuentra a medio camino entre el Samsung Gear S2 y S3, ya que comparte tamaño y procesador con el Gear S2, pero tiene más memoria, así como un sistema más pulido. El Samsung Gear Sport también destaca por su resistencia al agua, que al ser superior a la del Gear S3 lo convierte en un producto más diferenciado.
Dejando de lado el tema deportivo, el Samsung Gear Sport tiene algunas herramientas útiles, como la posibilidad de medir nuestra frecuencia cardíaca en todo momento o realizar un registro de nuestra calidad del sueño.
Tenemos aplicaciones, las que podríamos esperar de un reloj (alarma, cuenta atrás o cronómetro), acceso directo al calendario de nuestro móvil (una vez sincronizado, podemos verlo incluso si nuestro móvil está fuera de alcance), guardar recordatorios, leer notificaciones, buscar nuestro teléfono.
Si bien algunas aplicaciones son útiles, la mayoría forman parte de lo mínimo exigible que le podemos pedir a un reloj inteligente, aunque hay otras que son bien curiosas. La primera de ellas para mi es Controlador PPT, una aplicación que nos permite conectar nuestro reloj por Bluetooth al ordenador, para así usar la rueda del reloj como control de presentaciones. Si haces muchas presentaciones te ahorra comprar un accesorio, así que es una función que no está de más tener.
Otra que hace que el Gear Sport gane muchos puntos es su aplicación de música. Con el reloj podremos controlar lo que está sonando en el móvil, pero también podremos enviarle pistas de música a través de la aplicación Samsung Gear. Decepciona un poco que siendo un reloj que tiene Wi-Fi, las pistas sean enviadas por Bluetooth, por lo que a la hora de enviar listas de reproducción o podcasts largos (unos 30-50 MB) el tiempo de envío será largo. De serie, tenemos 2.4 GB accesibles de los 4 que incluye de fábrica, al igual que la Gear Fit 2 Pro, por lo que habría estado mejor que el almacenamiento subiese a 8 GB al menos.
No solo podemos enviarle pistas de música, sino que si somos usuarios de Spotify premium, también podremos descargar directamente desde la aplicación nuestras listas de reproducción offline directamente en el reloj, y poder llevarlas con nosotros, incluso si dejas el móvil en casa. El Samsung Gear Sport no tiene altavoz ni conectividad jack, por lo que tendrás que utilizar auriculares bluetooth. En mis pruebas he utilizado altavoces de diversos precios y nunca he tenido ningún problema, más allá de que los auriculares no se conectarán nunca automáticamente, sino cuando ejecutemos alguna aplicación que los necesite.
Por último, mencionar también la aplicación de Copiloto Samsung, de la cual hablamos hace unas semanas. Se trata de una aplicación que nos analiza mientras conducimos, y es capaz de preveer cuando vamos a tener somnolencia al volante. La he utilizado para conducir entre ciudades estos días y diría que cumple su cometido, ya que nos avisa cuando llevamos dos horas conduciendo. En ningún momento me ha avisado de somnolencia al volante (suelo descansar bien cuando al día siguiente tengo que conducir), pero tampoco es que lo vaya a probar conduciendo con sueño, por motivos obvios.
Copiloto Samsung llegará también a Android Wear y Watch OS, pero de momento solo está disponible para los Gear S2, S3 y Sport.
Pero gana mucho si lo utilizas para hacer deporte
Pero claro, se trata de un reloj al que solo sacaremos su máximo potencial si nos dedicamos al deporte. Se trata de un reloj capaz de reconocer actividades de forma automática como caminar, correr, ciclismo o bicicleta elíptica, además del resto de ejercicios que podremos iniciar su registro de forma manual.
Se trata de un reloj que incluye GPS, el cual podremos activar (consumiendo más batería) para trazar el recorrido de nuestro entrenamiento, además de medir la distancia a la que nos estamos moviendo de una forma más precisa.
A pesar de que incluya GPS, no he conseguido integrar mapas en el reloj para poder verlos sin tener conexión con el reloj, función que haría que este reloj fuese más útil. Sin la posibilidad de instalar mapas en el reloj, la función GPS si que es capaz de registrar el recorrido que hemos hecho en el reloj (sin estar conectados al móvil) y en el momento que tengamos conexión, podremos ver en la aplicación de Samsung Health el recorrido que hemos realizado.
La precisión del GPS es realmente buena, aunque los trazados no llegan a ser tan exactos como los que podamos ver en un reloj dedicado al deporte (donde los trazos son más precisos). No obstante, el nivel de exactitud del Samsung Gear Sport es más que aceptable para deportistas amateur o de nivel medio, que necesitan una medida precisa, pero asumiendo que tendremos un margen de error.
Hablando del deporte novedad respecto a la generación anterior (natación) comentar que la experiencia es un poco más precisa que en la Gear Fit 2 Pro, aunque la velocidad de actualización es inferior a la que podemos tener en un reloj dedicado. Al contrario que en la Gear Fit 2 Pro, en el Gear Sport no tenemos preinstalada la aplicación de Speedo On, y eso se debe a que Samsung ha implementado su propia versión de seguimiento de natación en Samsung Health.
Durante todo el mes de diciembre y la primera mitad de enero me he llevado el Gear Sport a todos mis entrenamientos de natación. En recorridos de 1.5 kilómetros (60 largos en piscina de 25 metros) he observado que la aplicación de Samsung en todos los entrenamientos ha tenido un margen de error de un largo por sesión. A la hora de nadar, recomiendo descargar desde la tienda de apps la aplicación de Speedo On, que aunque actualiza la información en pantalla algo más lento, la medición es mucho más precisa. A menos que Samsung Health reciba una gran actualización, seguiré usando Speedo On en mis entrenamientos.
Buena autonomía, aunque no excelente
Pasamos a uno de los puntos más criticables de los relojes deportivos, el cual no es otro que la batería. A cada persona que le enseño el reloj inteligente que lleve (en estos momentos, el Gear Sport) no falla la pregunta mágica. ¿Y cuánto dura la batería?
Tras pasar de móviles que aguantaban días a los smartphones, la preocupación por los usuarios a la hora de adquirir un reloj inteligente es no tener que cargar el reloj con la misma frecuencia que el reloj. ¿Y qué tal dura la batería del Samsung Gear Sport?
En un uso básico, usando aplicaciones, notificaciones y poco más puede superar los dos días en nuestra muñeca, incluso tres si nos moderamos. Pero claro, el objetivo de un reloj de este tipo es que lo exprimamos un poco más, ya que desde los ajustes podemos configurar distintos aspectos para personalizar nuestra experiencia.
Desde mi experiencia, he acabado cargando el reloj todos los días, ya que al final de la jornada aún me quedaba aún un 40%. En mi uso del reloj hago uso de una hora de música al día, unos 40 minutos de caminata ligera (con GPS activado) y otros 30-40 minutos (1.5 kilómetros) de natación. Además de ello, la pantalla ha permanecido en modo always on y la medición de frecuencia cardíaca siempre activa. Si suprimimos estas dos características y el GPS, la autonomía si es capaz de llegar a los dos días sin problemas.
El Samsung Gear Sport también cuenta con dos modos de ahorro de energía. El primero extenderá la batería a casi el triple usando la pantalla en blanco y negro y restringiendo varias funciones, mientras que el modo extremo convertirá el reloj inteligente en un simple reloj. En modo reloj, son 34 días de batería estimados, por si te vas quedando sin batería y necesitas que siga funcionando como reloj.
Respecto a la carga, el Samsung Gear Sport incluye de serie soporte para carga inalámbrica como único método de carga, sin tener información sobre si es compatible con otros cargadores. En la caja tenemos una base de carga inalámbrica de tamaño compacto y con entrada microUSB, por lo que podremos llevarnos el cargador de viaje sin problemas.
La velocidad de carga tarda aproximadamente una hora en ofrecer una carga completa, quizás un poco lenta en comparación a relojes con carga con pines, pero bastante más fiable a la hora de realizar la carga (que por cierto, apenas se calienta).
Lo que más me ha gustado del Samsung Gear Sport
Llega el momento de contaros mis impresiones finales, lo que más y lo que menos me ha gustado del Samsung Gear Sport.
Definitivamente, diría que lo mejor del Samsung Gear Sport es Tizen y su funcionamiento con el bísel rotatorio. Si ya tienes un Gear S2 o un Gear S3 seguramente no te esté contando nada nuevo, pero si vienes de Android Wear o nunca has tenido un reloj inteligente, hay mucho que decir. La navegación entre widgets es tan inmediata que al final olvidas por completo que se trata de un sistema que también tiene aplicaciones, ya que los propios widgets son suficientemente funcionales.
Otra cosa que me ha gustado es poder llevar música en el reloj, algo que tenía la Gear Fit 2, por cierto. Podemos enviar archivos de audio por MP3 de una forma muy sencilla (Android Wear y Google Play Music nunca me acabó de funcionar bien). También tienes Spotify para controlar la música de tu móvil en el reloj, y si tienes Spotify Premium puedes descargar música para llevártela a cualquier parte, sin necesidad de tener el móvil cerca.
Al final, utilizar el Gear Sport me ha encantado porque me he sentido completamente libre, algo que no me pasaba con Android Wear, ni siquiera en la versión 2.0, que se suponía que sería más independiente. Para lo único que necesitas tener el móvil cerca es para enviar música o recibir notificaciones. La mayoría de aplicaciones que he podido probar funcionan de forma independiente, pudiendo incluso guardar la ruta que hemos hecho por GPS.
Lo que menos me ha gustado del Samsung Gear Sport
No obstante, a pesar de ser un reloj que me ha encantado tiene algunas cosas que no es que me hayan gustado demasiado. Si Samsung cambiase estos detalles, sería un reloj idóneo para mi.
La primera está relacionada con las notificaciones. Me parece una característica crucial, y creo que Tizen aquí tiene mucho margen de mejora. Las respuestas rápidas programables son geniales, mientras que el reconocimiento de voz es notablemente peor al de Android Wear. También resulta molesto que si en una conversación te envían varios mensajes, solo podamos leer el último que ha llegado en el reloj, cuando lo normal y lógico sería poder leer todo.
Tampoco me ha gustado que la aplicación de cuenta atrás y cronómetro no solo tengamos que descargarla de la tienda de aplicaciones, sino que tampoco tengan un widget. Ya comenté que adoro la forma en la que interacciono con el reloj. Toda aplicación que no integre un widget te rompe la inmersión, especialmente si son aplicaciones tan básicas e imprescindibles. Agradezco mucho el widget con accesos directos a aplicaciones que no tienen widgets, eso si.
Como último detalle que no me ha gustado, hablar de los pagos móviles. Se trata con un reloj con NFC, que en sus ajustes tiene una función llamada «tocar para pagar», pero al menos en mi caso no hay forma posible de utilizar un método de pago.
A quien le recomendaría este reloj
A pesar de ser un reloj orientado al deporte, también es recomendable para quien simplemente busque un reloj inteligente de gran calidad y que la propuesta de Android Wear no le convenza. Para este caso, el Gear S3 sigue siendo una alternativa sobresaliente que deberías considerar. El Gear S3 es más potente y con mejor batería, pero también es más grande y pesado, por lo que si prefieres un reloj compacto, el Gear Sport es genial.
Del mismo modo, el nivel de resistencia al agua del Gear Sport está a un nivel por encima del Gear S3, haciéndolo apto para natación, tanto en agua dulce como salada. Pasando al tema del deporte, si buscas un dispositivo que además de ser un reloj inteligente sea capaz de hacer un seguimiento deportivo, el Gear Sport es un dispositivo de gran calidad. Aunque su precisión sea inferior a la de relojes dedicados 100 % al deporte, el seguimiento del Gear Sport es más que suficiente para deportistas amateur.
¿A quien no le recomendaría este reloj? Aunque con un cambio de correa gane mucho, sigue sin ser un reloj tan elegante como puedan ser el Gear S3 Classic o alternativas en Android Wear de fabricantes como Fossil. Si buscas la experiencia de tener Android Pay, Google Assistant o tener un mejor control de las notificaciones, quizás te convenga más optar con Android Wear.