¿Quién fue antes, el lector o el escritor?
Alguien se está riendo de nosotros. Como en el poema de Cavafis, ahora mismo nos encontramos esperando a los bárbaros. La lectura es el combustible de la escritura. Lo que importa es el punto de vista
Rosa Montero lo tiene muy claro. “Leer está antes que la escritura. Primero somos lectores y luego lectores que escribimos”. Cuenta la escritora y periodista que, “durante los últimos 30 años”, planteó la pregunta a 400 o 500 escritores de todas partes del mundo, “y todos, menos uno, contestamos que escogeremos seguir leyendo”. No revela quién es ese uno. Entrevistada por Hinde Pomeraniec (Infobae), la autora de El peligro de estar cuerda concluye que “si bien dejar de escribir puede volverte loca, dejar de leer es la muerte instantánea”.
Entre el escritor y el lector “no hay muchas diferencias de carácter”, según Juan José Millás. De hecho, “se parecen mucho”, asegura a Sara Cabrera (Deia). “El escritor es un lector que se pasa al otro lado sin dejar de estar en este –aclara el autor de Solo humo–. Porque, claro, no puedes dejar de leer porque la lectura es el combustible de la escritura. Pero simplemente el escritor es un lector que da el salto al otro lado de la página”.
Sobre la relación del escritor y el lector también opina David Toscana, que acaba de publicar El peso de vivir en la tierra. “Yo pongo la mitad de los ingredientes y el lector la otra mitad –expone el escritor mexicano a Juan Cruz (El Periódico de España)–. Porque me gusta pensar que el lector no es un simple espectador sino un participante. Yo fui avanzado en la escritura por intuición, fui encajando piezas, pero dejé cierta ambigüedad, una tarea para el lector”.
Rosa Montero: “Dejar de escribir puede volverte loca, dejar de leer es la muerte instantánea”
A Theodor Kallifatides no fue la lectura lo que le llevó a escribir, sino una vivencia. “Siendo niño –relata a David Lorenzo Cardiel (Ethic), presencié la ejecución de un aldeano por parte de los alemanes que ocuparon Grecia”. Añade el autor de Un nuevo país al otro lado de mi ventana, que “fue en 1943 y desde entonces he sabido que no puedo vivir sin escribir”. Por cierto, que el escritor griego no es muy optimista sobre la situación del mundo actual.
“Ahora mismo estamos como en el poema de Cavafis, esperando a los bárbaros (...) La cultura es la única manera de crear un verdadero entendimiento entre los seres humanos. Pero es difícil, por el fanatismo o el nacionalismo extremo, las diferentes religiones, etc.”
Lo cierto es que el miedo está muy presente en la cultura actual. Nadie mejor que “la nueva reina del terror" para hablar del miedo. Catriona Ward, que ha publicado recientemente Sundial, dice a Laura Fernández (El País) que necesitó encerrar sus miedos en una jaula. “Eso son los libros para un escritor de terror –explica–. Jaulas en las que encerrar nuestros miedos, porque, ¿sabes?, los escritores de terror le tenemos miedo a todo (...) La maldad no es innata. Y es aterrador no saber de qué está hecha en cada caso. Cómo se llega a ella”.
Tampoco es muy optimista Ferran Torrent. “Hoy la literatura no aporta nada –afirma tajante el escritor a Ferran Salas (Valencia Plaza)–. Aporta en el sentido individual pero no en el sentido colectivo. Hace cien años Blasco Ibáñez podía ganar unas elecciones, pero hoy un escritor no tiene influencia social. Influencia social tienen los instagramers, youtubers, futbolistas (...) Un libro te puede cambiar tu vida, pero la de un colectivo en absoluto”.
Catriona Ward: “Los libros para un escritor son jaulas en las que encerrar nuestros miedos”
Katie Kitamura, en cambio, opina que “como escritora, eliges una y otra vez” y que “es inocente pensar que eso no tiene consecuencias”. “Importa el punto de vista, importa quién puede contar una historia –declara la autora de Intimidades a Ana Abelenda (La Voz de Galicia). Quise que quienes tuvieran la voz fueran las víctimas. Aunque las escritoras tengamos el ideal de que somos libres, tenemos una responsabilidad, nuestras elecciones tienen consecuencias”.
P.S. En los diarios del Grupo Vocento, el novelista Manuel Vilas ha publicado un artículo titulado Yo Acuso. Así arranca el autor de Ordesa. “Yo acuso a las administraciones públicas españolas, estatales, autonómicas, locales y a todos sus gestores económicos, especialmente a los interventores, de maltrato documental continuado a los escritores y escritoras españolas, de exigirnos a la hora de cobrar nuestro trabajo una delirante documentación constitucionalmente innecesaria…” Y así finaliza: “Alguien se está riendo de nosotros a mandíbula batiente. Y muchos callan”.