Las filipinianas
Inma Chacón
31 enero, 2008 01:00to de los ingredientes -ritmo, tensión narrativas- que revalidan una historia.
Nos sitúa ésta en la controvertida España de finales del XIX, en Toledo, y de ahí nos conducirá hacia Alejandría y Manila hasta regresar al punto de partida. El protagonismo lo absorbe la familia del marqués de Satoñal y la acción nos pasea por las convulsiones socio-políticas que desembocarán en la pérdida de Filipinas, última colonia de España en Asia. Pero lo de Las filipinianas no es un gentilicio: representa "un espacio en el que se conservaban objetos tan especiales que había que inventar una palabra para poder expresar su significado". En esta historia se refiere a las cuatro mujeres -sus hijas y su nieta- que llenan la vida del marqués; aunque comparten primer plano con las dos relaciones consentidas: la esposa oficial y la "querida". Perfiles que quedan desdibujados, acciones que pierden fuerza al ganar peso el cuidado ejercicio de ambientación que las engulle. Quizá la autora ha pretendido demasiado.