Fairy Oak
Elisabetta Gnone
24 mayo, 2007 02:00Ilustración
La polémica Harry Potter puede resumirse como un debate entre dos irreconciliables bandos: los que consideran la novela como una creación literaria y los que sólo ven en ella un producto de consumo. Las obras seriales con gran éxito de ventas no son una situación nueva (piénsese en las aventuras de Los Cinco de Blyton, Guillermo de Crompton o Celia de Fortún). Sin embargo, las estrategias de promoción, las secuelas mediáticas y su proyección global hacen que nos hallemos frente a una realidad inédita en la literatura infantil que ¿hace lectores?Kika Superbruja, Las Witch, Gerónimo Stilton… vienen a ser los máximos representantes de un tipo de lectura serial y masiva que goza de un suculento éxito comercial. En esta línea, la saga Fairy Oak articula el enfrentamiento entre el bien y el mal, el atractivo de los seres sobrenaturales y recursos paratextuales como los cuadernos de magia, en su apuesta por ingresar en la democrática élite de los más vendidos. Un cuento de hadas correcto, confeccionado siguiendo un patrón a la moda, que conseguirá fans y ¿hará lectores?