Andrés Trapiello desvela los detalles y los efectos de un atentado que conmocionó a España
'Madrid 1945', su nuevo libro, rescata el asalto comunista a la subdelegación de Falange en Cuatro Caminos para profundizar en la represión franquista
21 septiembre, 2022 03:06En La faz de España, Gerald Brenan dejó algunas sentencias que vienen inevitablemente a la mente con la lectura de este Madrid. 1945. El hispanista británico describía en esta crónica de la miserable España de posguerra el estado de postración en el que tiene lugar la historia que Andrés Trapiello (León, 1953) recuerda en este libro, rescatado y ampliado desde su primera edición, allá por 2001.
Escribía Brenan que en España había “dos grupos: el grupo de los que comían y el de los que no comían”, y que la “sensación que da la España de hoy es la de un país cuyo camino, no diré hacia la prosperidad, sino simplemente hacia unas condiciones humanamente tolerables, se halla bloqueado”. Todo ello con el telón de fondo de una represión atroz ante la que Brenan se mostraba sarcástico: “Si las muertes ante el pelotón de fusilamiento tuvieran que seguir conmemorándose de esta forma, no habría espacio suficiente para ello en las paredes de todos los edificios públicos del país”.
Hambre, desesperanza y represión sobre las que en este libro se desarrolla una historia trágica: la del asalto a la subdelegación de Falange de Cuatro Caminos de Madrid, en febrero de 1945 por parte de militantes comunistas. Un asalto que conmocionó a España y que derivó en un proceso judicial y con la muerte de muchos de sus protagonistas, y con la desdicha de casi todos los demás.
Pese a la conmoción, el suceso no quedó plasmado y descrito en ninguna historia del PCE o del franquismo hasta que Trapiello encontró casualmente el expediente judicial en una de las librerías de viejo de la Cuesta de Moyano. Una omisión que el libro vino a remediar con justicia gracias a su descripción detallada de los organismos y organizaciones que tomaron parte directa o indirectamente en esta historia. Difícil no preguntarse qué otras historias no estarán aún aguardando a que algún investigador o lector curioso las descubra.
No es un detalle menor el inicio cervantino de este libro de uno de nuestros más insignes cervantistas. Como él mismo subraya al inicio, quizá parezca un cliché manido. Pero lo cierto es que, como en el Quijote, esta historia comienza con un hallazgo casual que sirve, a su vez, para describir un país que recuerda al de hoy apenas en los nombres de las calles y ciudades.
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Así, dos épocas dialogan a través de una historia en progreso cuyas entrañas Trapiello muestra al lector. Porque esta es, también, la historia de una aventura literaria que nace de la curiosidad y la pasión bibliófila del autor, y que culmina en el propio libro como objeto, que es una obra de arte de la edición. Como jamesiana vuelta de tuerca de la implicación del autor en el desvelamiento de la propia historia está su papel protagonista en la edición artística del libro en sí.
Mención especial merece el retrato de Madrid, una ciudad a la que Trapiello dedicó en 2020 un celebrado libro y a la que siempre ha profesado un amor explícito. En el caso de 1945 se dibuja como el escenario principal de una represión cuyos números evidencian el drama.
“La mayoría había pasado también por la cárcel o los campos de concentración franquistas (270.719 presos en 1940 […], medio millón en un primer momento en unos cien campos de concentración, y más de cien mil solo en Madrid, ciudad donde fueron procesadas después de la guerra más de doscientas setenta mil personas, el 17 % de la población; en 1945 quedaban en España cincuentaicuatro mil presos, más de diez mil en la capital; muchos de ellos conocían las torturas y todos tenían aún entre rejas depurados a amigos, padres, hermanos, novias, maridos, esposas, cuando no engrosando la lista de los ejecutados (cuarenta mil del 39 al 45 en toda España; unos tres mil solo en Madrid, ciudad en la que en 1945 […] se fusiló a más de trescientos cincuenta)”, se dice en el libro.
Pasajes oscuros de una ciudad hoy celebrada, pero que, como el país en su conjunto, sigue teniendo una deuda con aquellas víctimas.
Trapiello encontró casualmente el expediente judicial en una de las librerías de viejo de la Cuesta de Moyano
Es una nueva edición oportuna, que no oportunista, como se suele sospechar cuando se lanza con cierto boato algún libro que tiene ya sus años. Está ampliada y contextualizada gracias a importantes libros publicados desde entonces, además de a archivos desclasificados. También se ha mejorado el apartado gráfico y los anexos, que incluyen archivos judiciales y un agradecido dramatis personae. Gil de Biedma, que también describió ese ambiente trágico de posguerra –“De todas las historias de la Historia la más triste sin duda es la de España, porque termina mal”– decía que de casi todo hace ya veinte años, y en el caso de este libro ha pasado uno más.
Es más que probable que muchos lectores que no repararon entonces en él lo hagan ahora. Su autor es hoy, dos décadas después, más conocido gracias a su ambicioso proyecto diarístico Salón de pasos perdidos y a libros tan importantes para la historiografía española como Las armas y las letras: Literatura y guerra civil (1936-1939), entre otros, y bien está que ese mayor conocimiento sirva para dar a conocer este libro a quien entonces se le escapó. Es el caso de quien esto escribe.
Crónica, historia, memoria, biografía… 'Madrid 1945' es un libro absorbente que lo tiene todo, en fondo y forma
Crónica, historia, memoria, biografía… Madrid. 1945 es un libro absorbente que lo tiene todo, en fondo y forma. Su recuperación ampliada es una muestra feliz de los frutos de una curiosidad insistente y vocacional como las que acredita Trapiello en todos sus proyectos. Las vidas de Juan Casín, Vitini, Merche, Carmen o Manzanares nos hablan de un pasado que todavía asoma, y que nos incumbe. Todo aquel que crea que los dilemas de entonces no tienen que ver con los que hoy se enfrentan en tantos lugares del mundo, debería leer este libro, aunque solo sea para celebrar el progreso de un país, el nuestro, en el que tantos, como Brenan, creían incapaz de superar sus traumas y alcanzar el progreso.