François-Xavier Roth viaja a Júpiter en la nave de Mozart

En esta cita serán los de la clásica, los empleados por Mozart y Beethoven, autores de la dos obras programadas, auténticas páginas maestras del género: la Sinfonía nº 41, Júpiter, del austríaco, que sonará en segundo lugar, y el Concierto para violín del alemán.

Composiciones archioídas y archisabidas por la mayoría de los aficionados, lo que supone un reto mayor de lo habitual. ¿Quién no tiene en la memoria los sigilosos golpes de timbal que abren el Concierto y quién no ese maravilloso y complejo movimiento final, de la Sinfonía en el que se combinan milagrosamente las formas de sonata, rondó y fuga?

François-Xavier Roth es un maestro analítico que busca el dibujo de las estructuras sinfónicas y la vigorosa aplicación de los juegos rítmicos

Es conocida también la enorme dificultad que supone para un violinista enfrentarse a la primera composición, que precisa un arte especial para el cantabile, las dobles cuerdas y el spiccato. Lo tendrá sin duda la instrumentista anunciada, la francosuiza Chouchane Siranossian, nacida en Lyon en 1984. 

No es una artista muy conocida por estos pagos, pero lleva una carrera internacional impresionante. Le da tanto a lo barroco como a lo clásico y dirige el conjunto de música antigua La Esperanza. Toca dos fabulosos instrumentos: un Gagliano y un Guadagnini.

No sabemos cuál de los dos utilizará en este concierto madrileño en el que estará acompañada por Les Siècles. Una oportunidad para comprobar las calidades tímbricas y la sonoridad singular de este conjunto, conocido desde su fundación en 2003 por sus interpretaciones vibrantes y auténticas del repertorio clásico, especialmente de la música de los siglos XVIII y XIX.

Claro que a su frente se sitúa su fundador, François-Xavier Roth, un maestro que ha conocido en los últimos años una especial valoración por el gran público. Despliega su actividad en muchos frentes; como fundador que es también de la Joven Orquesta Europea Hector Berlioz, que nació en 2009.

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Aparte de eso Roth está al frente de la Orquesta Gürzenich de Colonia. Es un director de gesto preciso y claro que actúa sin batuta. Maestro analítico que busca el dibujo de las estructuras sinfónicas, el alumbramiento de los claroscuros y la vigorosa y enérgica aplicación de los juegos rítmicos; antes que la elaboración fantasiosa de los procesos tímbricos.

Posee una muy sólida formación, alimentada desde muy pronto por su padre, que fue un considerado organista. Estudió luego en el Conservatorio de París la disciplina de flauta travesera y tuvo como maestros de dirección a Alain Marion y, sobre todo, a Janos Fürst.

La solvencia de Roth ha ido manifestándose poco a poco a medida que aumentaban sus deseos de alumbrar nuevas formas y repertorios. En Madrid actuó hace unos años al frente de su Orquesta de Colonia, también para Ibermúsica. Recordamos una estupenda versión del Concierto para orquesta de Bartók.