Cuarteto Quiroga, autores de la mejor música de 2023:"El cuarteto es una agrupación atómica”
Helena Poggio, Josep Puchades, Aitor Hevia y Cibrán Sierra alumbraron el disco 'Átomos', un fascinante registro sobre la síntesis y la elocuencia en el discurso musical.
24 diciembre, 2023 21:08¿Cómo describirían el viaje musical que ofrece Átomos?
Es sumergirse en el arte de la concentración musical, en cómo los más grandes compositores de la historia intentaron condensar la mayor energía expresiva en obras cuya impresionante concisión multiplica su elocuencia.
De Haydn a Kurtág, que ofrecen de ‘propina’, van tres siglos. ¿Qué imagen da el contraste de sus respectivas obras cuartetísticas de la evolución de esta forma a lo largo del tiempo?
Que el cuarteto ha sido y sigue siendo el laboratorio ideal para experimentar compositivamente con los lenguajes musicales más audaces, íntimos y personales.
Kurtág llega a fundir la poesía con el silencio.
Es el maestro incontenstable de la sutileza, de la humildad creadora más respetuosa con el arte sonoro, capaz de hallar la emoción poética en el gesto musical más mínimo, el que nace y muere en la subyugante materia oscura del silencio.
¿Fue complicado encontrar las piezas que ilustraban perfectamente el concepto del disco?
Como el concepto estaba muy definido, al final, la propia naturaleza de las piezas reivindicó por sí misma su presencia en este relato.
¿Hasta qué punto se parece un cuarteto (formación) a un átomo?
Si entendemos un átomo etimológicamente (lo no-divisible), un cuarteto es efectivamente la agrupación atómica para hacer realidad un discurso musical basado en la superposición armónica de cuatro tonos y en el juego contrapuntístico de esas cuatro voces.
¿Cuáles dirían que son los ingredientes básicos para que un cuarteto suene tan bien como el suyo?
La escucha del otro, cortés y generosa, es la divisa fundamental de un cuarteto. La voluntad constante de comprensión de tus colegas, de su sonido, de su instinto y su pensamiento en un ejercicio de constante adaptación y apoyo mutuo. Y el buen humor. Un modelo, en realidad, de sociedad democrática e ilustrada.
¿Cuáles son los enemigos más peligrosos que debe afrontar un conjunto como el suyo para seguir vivo y activo?
A nivel interno, cualquier cuarteto debe combatir todo lo que vaya en contra de la ética de la escucha y el apoyo mutuo (los dogmas, la irracionalidad, la pedantería, la impaciencia, el egoísmo, el afán de protagonismo individual, el no aceptar la diferencia como un factor enriquecedor). A nivel externo, depende: en nuestro país, la falta de apoyos institucionales públicos, de redes y mecanismos de mecenazgo privado, la fragilidad sociolaboral del sector y la deficiente regulación de los estudios artísticos, son elementos que no ayudan a que florezcan más agrupaciones.
¿Qué balance hacen de su residencia en el CNDM, donde interpretaron piezas de Widmann, Turina y Gourzi?
Es un orgullo celebrar nuestro aniversario interpretando la gran literatura del cuarteto, contribuyendo a expandirla con nuevos encargos y compartiendo escena con compañeros fundamentales para entender estos 20 años: Jörg Widmann, Veronika Hagen y Javier Perianes.
¿Lo que han conseguido hasta ahora se parece a lo que deseaban cuando decidieron unirse hace dos décadas?
Es mucho más. Es un sueño hecho realidad. Si nos llegan a decir cuando empezábamos que haríamos lo que estamos hoy haciendo, nos entra la risa.
Después de este 2023 tan intenso, ¿cómo se presenta el 2024?
Seguiremos celebrando este 20º aniversario, internacionalmente: giras, estrenos, encargos de nueva música, fascinantes colegas de escena y muchos ensayos apasionantes descubriendo más música juntos, apoyándonos y escuchándonos cada vez más y mejor. Somos muy afortunados.