Christopher Nolan ha consolidado con el paso de los años su estatus como uno de los directores más prestigiosos e importantes de Hollywood, logrando convencer a buena parte de la crítica y cosechando grandes éxitos en taquilla con filmes como El caballero oscuro (1.004 millones de dólares de recaudación), El caballero oscuro: la leyenda renace (1.081 millones) u Origen (815 millones), que se enfrentan al infantilismo y la vacuidad del blockbuster de los últimos años con sus propuestas épicas y sombrías.
El cine de Nolan ha explorado grandes conceptos como la construcción de la memoria, la dirección del tiempo, la naturaleza de la identidad o los límites de la moralidad, siempre a partir de grandes ideas visuales o narrativas que se salen de lo convencional, apostando por los grandes espectáculos que contrastan con los conflictos intimistas de los personajes. Además, suele utilizar una fotografía de gran formato -como la tecnología IMAX- que invita al espectador a acercarse a la sala de cine, de la que ha sido uno de los grandes defensores en los tiempos difíciles de la pandemia.
Sin embargo, en este exitoso periplo hay algo que todavía se le resiste a Nolan: el Oscar. El cineasta británico ha acumulado con sus películas 49 nominaciones y 11 estatuillas, pero ninguna ha ido a parar directamente a sus manos, a pesar de ejercer de productor, director y guionista en la mayoría de ellas.
Tras debutar con la muy estimable Following (1998), Nolan se hizo un nombre en la industria con Memento (2000), un oscuro thriller que retrocede en el tiempo para diseccionar la memoria maltrecha de Leonard (Guy Pearce) y que rápidamente se convirtió en un filme de culto. Su inteligente y diabólico guion, firmado por el propio Nolan, y su magistral trabajo de montaje estuvieron nominados a los Premios de la Academia de Hollywood, pero el filme sucumbió en ambas categorías ante la escritura de Julian Fellowes en Gosford Park (Robert Altman) y ante el atropellado montaje de Pietro Scala en la bélica Black Hawk derribado (Ridley Scott), respectivamente.
Insomnio (2002), su siguiente filme, no recibió ninguna nominación, mientras que Batman Begins (2005) optó sin éxito a la estatuilla a la mejor fotografía para Wally Pfister. Este volvió a colarse entre los candidatos al mismo premio por su trabajo en El truco final (El prestigio) (2006), pero la película volvió a irse de vacío, ya que tampoco alzó el premio al mejor diseño de producción, al que también optaba.
El trágico Oscar para Heath Ledger
La primera vez que una película de Christopher Nolan recibió una estatuilla fue en la 81 edición de la gala, pero estuvo marcada por la tragedia: Heath Ledger, que había interpretado al Joker en El caballero oscuro (2008), había muerto por una sobredosis poco después del rodaje del filme y fue premiado por su intensa interpretación como actor de reparto.
El caballero oscuro consiguió además el galardón al mejor diseño de sonido, logrando dos de los ocho premios a los que optaba, incluyendo dirección artística, fotografía, sonido, efectos visuales, maquillaje y montaje. La polémica generada por la ausencia del filme entre las candidatas a la mejor película pudo suscitar el aumento del número de aspirantes en esta categoría, que a partir de la siguiente edición pasó de 5 a 10.
Con Origen (2010), Nolan conseguía su primera nominación a la mejor película, pero no así a mejor director. El filme se llevó cuatro premios técnicos (fotografía, mezcla de sonido, edición de sonido y efectos visuales), pero se le escaparon los de guion original -escrito por el propio Nolan-, dirección artística, banda sonora y película. El cierre de su trilogía sobre Batman, El caballero oscuro: la leyenda renace, no participó en los Oscar.
Los académicos volvieron a ensalzar los apartados técnicos de Interstellar (2014) con cinco nominaciones, pero el filme solo obtuvo la estatuilla a los mejores efectos especiales. Con Dunkerque (2017), Nolan conseguiría su primera nominación a mejor dirección, además de otras siete menciones, entre ellas la de mejor película. Pero, de nuevo, se tuvo que conformar con tres estatuillas técnicas: mezcla de sonido, edición de sonido y montaje. Tenet (2020) optaría a dos Oscar, mejor diseño de producción y mejores efectos especiales, consiguiendo el segundo.
De manera que, hasta el momento, de los 6 premios a los que optaba directamente Christopher Nolan, ya fuera como productor, director o guionista, no ha conseguido ninguno. Mientras que sus películas han logrado los premios a mejor actor de reparto para Heath Ledger por El caballero oscuro, tres premios a mejor diseño de sonido por El caballero oscuro, Origen y Dunkerque, dos premios a la mejor mezcla de sonido por Origen y Dunkerque, un premio a la mejor fotografía por Origen, un premio al mejor montaje por Dunkerque y tres premios a mejores efectos visuales por Origen, Interstellar y Tenet.
¿Se acabará el maleficio que parece perseguir a Nolan en los Oscar? Parece que esta vez sí. Oppenheimer ya arrasó en los Globos de Oro y en los Bafta, y parte como favorita en los Premios de la Academia de Hollywood con sus 13 nominaciones, más que ninguna otra película. Tan solo Pobres criaturas, con 11 nominaciones, y Los asesinos de la luna, con 10, parece que le pueden dar algo de guerra, una vez que Barbie se ha descolgado de la lucha tras no conseguir mención ni para su directora, Greta Gerwig, ni para su actriz principal, Margot Robbie.
Oppenheimer competirá a mejor película, director, actor (Cillian Murphy), actor de reparto (Robert Downey Jr.), actriz de reparto (Emily Blunt), guion adaptado, montaje, fotografía, banda sonora, diseño de producción, vestuario, maquillaje y peluquería y sonido. Tan solo se le ha escapado la nominación de efectos especiales entre los técnicos. Todos expectantes ante la que puede ser la gran noche de Christopher Nolan.