Coixet y Simón, duelo en los Goya
Por La librería y Verano 1993
2 febrero, 2018 01:00Carla Simón e Isabel Coixet (con chaqueta número 22 de Ernesto Artillo que forma parte de la acción La mujer que llevo fuera en La Central de Barcelona
Como ya ocurrió en los Globos de Oro y en los Feroz, las mujeres y sus reivindicaciones en la industria del cine prometen acaparar los focos en la gala de los Premios Goya, que se celebran este sábado. Hablamos con las dos únicas nominadas a Mejor Dirección: la veterana Isabel Coixet y la novel Carla Simón. Además, analizamos las claves de las películas nominadas y Marisa Paredes, Goya de Honor, nos adelanta las primeras palabras de su discurso en Esto es lo último.
Isabel Coixet, en cambio, comparecerá en el Madrid Marriot Auditorium Hotel, donde se celebra la gala, con la templanza que otorgan los cinco goyas que tiene ya en su haber. Además, La librería cuenta con más nominaciones que Verano 1993 -doce frente a ocho- y el premio Forqué a la Mejor Película en su hoja de servicios -ganado ex aequo con El autor, de Manuel Martín Cuenca-, por lo que bien podría dar la campanada en la noche más festiva de nuestro cine. "No estoy nada nerviosa", asegura Coixet. "Estoy contenta con las nominaciones de la película, sinceramente no las esperaba, pero para mí estos actos sociales son un poco pesados. Ya he coincidido con Carla en varias entregas de premios y siempre nos preguntamos qué tiene que ver con el cine todo esto que está a su alrededor. Me chocan mucho este tipo de eventos frente al trabajo solitario de escribir el guion, el rodaje con el equipo y de nuevo la soledad de la sala de montaje".
Coixet y Simón son las dos únicas mujeres entre los ocho nominados en las categorías de Mejor Dirección y Mejor Dirección Novel en un momento de extrema sensibilidad respecto a las desigualdades en materia de género. Los terribles casos de abusos sexuales destapados en Hollywood en los últimos tiempos han sido el epicentro de un terremoto que ha golpeado con fuerza el planeta cine. Todo ello ha cristalizado en iniciativas como Time's Up o #MeToo, que han servido para que las víctimas denuncien en redes sociales a los hombres que se han sobrepasado con ellas, lo que ha significado el desenmascaramiento de personalidades hasta hace poco tan prestigiosas como el productor Harvey Weinstein, el cómico Louis C.K. o el director James Toback. "Time's Up y #MeToo son movimientos muy positivos que van a provocar que quien quiera en el futuro abusar de alguien se lo piense dos veces", afirma Simón.
Una reparación histórica
"Sin embargo, hay testimonios que han salido a la luz con los que hay que ser más cautos y esperar a que se pronuncie la ley antes de ponernos a derribar a las personas", matiza Coixet. "Por otro lado, está claro que estos movimientos tienen una parte muy positiva y están haciendo que muchos hombres, y también muchas mujeres, se replanteen ciertos conceptos. Pero yo no soy persona ni de consignas ni de discursos y siempre me da reparo unirme a este tipo de iniciativas, aunque creo que en la base hay algo que va a fructificar".En la presente edición de los premios Goya el número de mujeres nominadas es bastante inferior al de hombres, síntoma de la desigualdad que reina todavía en nuestro cine. Según un informe de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), realizado sobre una muestra de 154 largometrajes españoles de 2016, tan solo el 26 % de los cargos de responsabilidad en el cine corresponden a mujeres.Time's Up y #MeToo son movimientos muy positivos que van a provocar que los abusadores se lo piensen dos veces". Carla Simón
"Creo que esto solo se puede cambiar mediante la política", opina la directora de Verano 1993. "Las cuotas son importantes para dar un empujón, aunque no deberían ser perpetuas. Además, hay que incentivar que las mujeres presenten proyectos y no estaría mal que se creara una plataforma o un laboratorio para que puedan desarrollar guiones, reciban un feedback, rueden escenas... Y es muy importante que haya mujeres productoras que se fijen en historias escritas por mujeres, lo que puede llevar a que los equipos sean más femeninos. Y también es una cuestión de que haya referentes en la industria, porque a día de hoy hay pocos".
Isabel Coixet es uno de esos referentes femeninos a los que alude Simón, pero existen pocas directoras que tengan una carrera tan dilatada y exitosa como ella, quizá solo Gracia Querejeta e Icíar Bollaín. Desde la experiencia, Coixet alude también a las cuotas. "Estoy a favor de la discriminación positiva, aunque el término me horroriza. De hecho, creo que habría que hablar de reparación histórica. Lo hemos tenido tan difícil que, porque nos den un empujón y algo de ventaja, no pasa nada. Todavía hoy escucho a hombres cineastas decir que se favorecerá a muchas directoras mediocres. Si todos los hombres directores fueran genios quizá tendrían razón, pero es que no es así. Las cuotas se han implementado en otros países y están funcionando muy bien".
Industria rica y plural
La librería
Los últimos tiempos no han sido fáciles para Isabel Coixet, que se ha mostrado contraria al proceso de independencia unilateral de Cataluña en diversos artículos de opinión. Esto le ha acarreado episodios bastante desagradables en su vida cotidiana, llegando a ser increpada en la vía pública en varias ocasiones. Por su parte, Carla Simón ha vivido esta época de confrontación política desde la distancia. "Aunque vivo en Barcelona, he estado viajando mucho durante todo el proceso, acompañando a la película, y por eso me cuesta mucho hablar sobre la cuestión catalana. La gente ha estado muy preocupada, pero es normal en momentos políticos tan complicados como este. Desde mi punto de vista han faltado muchos matices, tanto en los medios de comunicación como en la gente que ve las cosas solo en blanco y negro".Lamentablemente, Verano 1993 no ha entrado en la lista de cinco candidatos al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. "Yo siempre pensé que tenía posibilidades porque me parece una película maravillosa, que respira una verdad alucinante", asegura la directora de La librería. "Sin embargo, es muy complicado acertar con la Academia de Hollywood. Pero lo bonito de todo esto es que los académicos españoles simplemente pensaron en cuál era la película que mejor podía representarnos y nadie se rasgó las vestiduras porque fuera en catalán, sino que fue una decisión aceptada con total normalidad, que es lo que tiene que ser".
Entre los nominados a Mejor Película en esta edición encontramos filmes hablados en español (Verónica y El autor), en euskera (Handía), en catalán (Verano 1993) y en inglés (La librería). "Es muy interesante que la Academia de Cine acepte de una manera absolutamente natural la diversidad de idiomas y lenguas entre los nominados a Mejor Película", explica Coixet. "Una cosa es la producción, de dónde sale el dinero, el esfuerzo y el punto de vista, y después está la lengua que hablen los personajes. En ese sentido la Academia, sin aspavientos, ha aceptado que aquí hay una industria rica y plural donde se hacen películas en muchos idiomas y que son españolas".
La amenaza de Netflix
A pesar de que el cine español ha experimentado en 2017 un pequeño descenso en la recaudación de taquilla, aunque se mantiene por encima del listón simbólico de los 100 millones, y que la cuota de pantalla ha descendido del 18 % al 17 %, los datos no parecen del todo negativos si tenemos en cuenta que no ha habido grandes producciones al estilo de Juan Antonio Bayona o esos thrillers que tan bien habían funcionado en años precedentes, como La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014) o El niño (Daniel Monzón, 2014). "Este año el cine español ha aguantado el tipo con mucha dignidad", asegura Coixet. "El público ha ido al cine a ver un mayor número de películas españolas, aunque la cuota haya descendido un poco. Me parece una buena noticia". Sorprende, por ejemplo, que la película de Carla Simón haya permanecido en salas desde su estreno en junio. "Ahora hay muy pocas copias en cartelera, pero si nos dieran algún goya espero que haya más y el público pueda volver a las salas a ver la película", confía Simón.La directora no es nada pesimista y cree que en el futuro filmes humildes como el suyo seguirán en las salas de cine a pesar de la pujanza de las grandes superproducciones de Hollywood y la proliferación de plataformas como Netflix, destinadas al consumo doméstico. "Ir al cine significa compartir la película con tus vecinos de butaca, concentrarte completamente en lo que estás viendo, disfrutar del sonido… No tiene nada que ver con ponerse una película en casa. Yo soy muy romántica y para mí es una cuestión extremadamente evidente, aunque quizá para otras personas no lo sea tanto".Este año el cine español ha aguantado el tipo con dignidad. El público ha visto un mayor número de películas". Isabel Coixet
"Yo tengo casi todas las plataformas y al final dispones de tantos contenidos que no soy capaz de elegir y acabo yendo al cine", explica Coixet. "No descarto que en el futuro haya otro tipo de consumo, porque la gente tiene muchas ganas de cine. Cada vez que voy a un festival me sorprende el hambre de historias que hay. Desde las cuevas de Altamira, todos estamos necesitados de relatos y, además, ansiamos narrar nuestras vidas, lo que respiramos y hacemos cada día".
Educando en cine
Verano 1993
Punto y final
La suerte ya está echada y este sábado por fin conoceremos quién se convierte en el triunfador de la noche. Para Simón recibir el goya a la Mejor Película sería el broche perfecto para la espectacular trayectoria de Verano 1993. "Desde que estrenamos en Berlín hace un año la promoción ha acaparado casi todo mi tiempo", explica la directora, que tiene ya ganas de centrarse en un nuevo proyecto. "Es muy difícil mirar hacia adentro y lograr esa intimidad creativa que se necesita cuando estás tan expuesto".Mientras, Coixet espera conseguir el máximo galardón de la noche para sus productores. "Me han defendido y han luchado por que el proyecto saliera adelante tal y como era desde el principio".
@JavierYusteTosi