El Teatro de la Comedia abrió anoche su temporada con La discreta enamorada, de Lope de Vega, comedia que comenzó las representaciones el pasado mes de abril por distintas ciudades de España y que llega a Madrid muy rodada. Diseñada y dirigida para el elenco de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, es una encantadora y festiva producción en línea con el ánimo vitalista y libre de nuestro poeta.
Lope casi siempre es el elegido para las producciones da la Joven CNTC. Lógico que así sea, el Fénix es el dramaturgo del amor y del deseo, de un amor cuyo primer requisito es la juventud. Precisamente, La discreta enamorada nos presenta un enredo en el que dos jóvenes enamorados compiten con sus viudos padres por el mismo amor.
El tema del matrimonio del viejo rijoso con la joven es un clásico, pero Lope arma una trama enrevesada, divertida y ágil, donde los enamorados quedarían unidos como madrastra y padrastro el uno del otro si no evitan esas alianzas. La situación, dramática para ellos, mueve a risa.
['Una terapia integral', una original comedia sobre gente que cree en cualquier cosa]
En relación con el título de la obra, me parece que hoy el adjetivo “discreta”, en el sentido de “prudente” o “moderado” que le damos, se nos ha quedado corto para explicar a la protagonista y verdadera heroína de esta comedia. Para Lope, Fenisa, es fundamentalmente una mujer ingeniosa, resolutiva, de buen juicio o discernimiento.
No va a dejar que su destino lo decidan los demás, y pergeña un engaño con el que manejar a su gusto a los personajes que la rodean para alcanzar su objetivo: seducir a Lucindo y evitar así su matrimonio con el padre de este. Lo llamativo de Fenisa es lo libre y trasgresora que resulta para su época (o eso nos creemos hoy, que todo lo observamos con superioridad), pero eso es tónica en muchas obras de Lope.
La comedia es muy juguetona y transmite ese ambiente vitalista y juvenil del que antes hablaba, bien acentuado en esta ocasión por los temas musicales que interpreta el elenco en directo y que sirven de nexo entre cada acto. Lluís Homar, que dirige la obra, sube a escena a catorce actores. Todos están ahí cuando el público entra, como si se tratara de un ensayo con vestuario y bajo la rosada luz de un neón. Suena la música y el elenco se despliega en orquesta a ritmo de son, con voces bellas como la de Miriam Queda, entre otras.
Homar y Montse Díez interpretan a los personajes maduros, él como padre de Lucindo y ella como madre de Fenisa. Con su veteranía dan profundidad a sus personajes, los humanizan y añaden esos precisos destellos de comunicación proxémica para los momentos de humor. Lo que en verso sale por su boca, lo acrecientan con su actuación. Se disfruta descubriendo a Homar en un rol cómico, pero también con la deliciosa viuda reprimida que compone Díez.
La noche del estreno Fenisa fue Nora Hernández. La actriz tiene el personaje bien interiorizado, lo dota de una personalidad que encandila y sabe explotar su vis cómica. Marc Servera corresponde al galán cortesano, cuyo único menester es perseguir el impulso amoroso en compañía de su criado, el gracioso y elocuente de Pascual Laborda.
Fantástica también Miriam Queba como la cortesana Gerarda y ya se ha dicho, excelente cantante. Iñigo Arricibita y María Rasco completaron el elenco. Y todos en el ambiente de un Madrid urbano e intenso, escenario lopesco por excelencia, corte en la que se jubilan los ricos tercios de Flandes mientras los jóvenes bajan al Prado a seducir muchachas.
En la comedia solo actúan ocho personajes, pero en escena vemos a muchos más actores, figurantes observando la actuación de sus compañeros al tiempo que el personal técnico entra y sale a mover la escenografía (José Novoa) y ayudar con el maquillaje y el vestuario (Deborah Macías).
Homar ha querido que la Joven CNTC al completo esté en escena, aunque no actúen todos en los roles protagonistas. El director ha creado tres repartos que irán alternándose a lo largo de las representaciones en Madrid, hasta el 26 de noviembre, lo que permitirá que todos se releven en varios papeles, ya sean en protagonistas y secundarios.
Deborah Macías apuesta por el blanco y negro para sus recreaciones del traje de época y que, con buen criterio, conjuga con otros trajes contemporáneos con los que viste a algunos jóvenes. Novoa diseña varias estructuras funcionales y movibles: un pequeño andamio para recrear la casa abalconada de Gerarda y un tablado de poca altura para la casa de Fenisa.
Da la sensación de que el escenario de la Comedia es pequeño y el conjunto, con el añadido de los figurantes apelotonados y sin una función, restan limpieza a la puesta en escena. Es cosa menor, porque la comedia asegura una divertida velada.
La discreta enamorada
De Lope de Vega
Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico (en colaboración con Teatro del Soho CaixaBank y Teatro Cuyás)
Dirección: Lluís Homar
Intérpretes: Montse Diez y Lluís Homar y la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, con Íñigo Arricibita, Xavi Caudevilla, Cristina García, Ania Hernández, Nora Hernández, Antonio Hernández Fimia, Pascual Laborda, Cristina Marín-Miró, Felipe Muñoz, Miriam Queba, María Rasco y Marc Servera.
Voz y palabra: Vicente Fuentes
Escenografía: Jose Novoa
Iluminación: Pilar Valdelvira
Vestuario: Deborah Macías
Composición musical: Marc Servera
*Versión Vestida de nit, de Sílvia Pérez Cruz