¿No se merecen los actores unas PCR de más?
Josep Maria Flotats ha expuesto las contradicciones de las políticas de protección de la pandemia con motivo del estreno de 'El enfermo imaginario'
Sobre cómo Josep Maria Flotats ha expuesto las contradicciones de las políticas de protección de la pandemia con sus recientes declaraciones con motivo del estreno en el Teatro de la Comedia de Madrid de El enfermo imaginario.
Hechos: Flotats ha manifestado que la de actor es la profesión más expuesta a la epidemia porque en los escenarios se trabaja sin mascarilla, de manera que los intérpretes no pueden cumplir con las medidas de prevención del Covid impuestas por las autoridades sanitarias. Ha dicho también que el elenco de la obra que acaba de estrenar en Madrid (formado por doce actores incluyéndose él) supera con creces las reuniones permitidas por Sanidad (de seis miembros) y que por su edad, 81 años, es una persona de riesgo. Por ello se ve completamente desprotegido y reclama al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), de quien depende la Compañía Nacional de Teatro Clásico que ha producido el espectáculo, que le hagan una PCR diaria a él y a los miembros de su elenco. El INAEM ha rechazado la petición, alegando que los protocolos establecen como suficiente garantía un análisis serológico al comienzo de los ensayos, una PCR antes del estreno y otra más si salen de gira. El actor reaccionó diciendo que actuarían con mascarilla, pero luego ha abandonado la idea y ha anunciado que, por el momento, la compañía se pagará las PCR diarias de su bolsillo.
He intentado expresar la lógica de las declaraciones de Flotats en el siguiente silogismo:
Premisa mayor: Se nos dice que todas las personas ponen en peligro su vida y la de los demás si no llevan mascarilla mientras trabajan.
Premisa menor: Los actores son personas.
Conclusión: Los actores ponen en peligro su vida y la de los demás si trabajan sin mascarilla.
ALGUIEN. – ¿Por qué los actores, aun siendo personas, no llevan mascarilla?
PERSONA AL CARGO. – La sociedad no puede permitirse no disfrutar en vivo de los detalles y la expresividad del rostro de los actores en escena, porque eso no sería teatro, es tan...
ALGUIEN. – (Interrumpiéndole) Pero ¿corren o no corren peligro por no llevar mascarilla?
PERSONA AL CARGO. – No, no corren peligro porque les hacemos una PCR de vez en cuando.
ALGUIEN. – Ah, ya entiendo, la PCR es como una vacuna y cuando te la haces evita que te contagies durante varias semanas.
PERSONA AL CARGO. – No, solo avisa si estás contagiado, pero no evita que te contagies.
ALGUIEN. – Entonces si yo, que no soy actor, me hago una PCR de vez en cuando y da negativo ¿no debo ponerme mascarilla en el trabajo porque ya no estoy en peligro?
PERSONA AL CARGO. – No es lo mismo. Usted tiene que llevar mascarilla, porque si no lo hace pone en peligro su vida y la de los demás.
ALGUIEN. – Entonces, los actores corren peligro como los demás.
PERSONA AL CARGO. – Bueno, digamos que sí, en cierta medida. Son gajes del oficio, ya sabe…
ALGUIEN. – Ah, ya entiendo, los actores son de una pasta especial, más heroica y sacrificada. Arriesgan su vida por el teatro, ¿no es así?
PERSONA AL CARGO. – Sí, desde luego.
ALGUIEN. – Gente sin miedo.
PERSONA AL CARGO. – Eso es. (Saca un pañuelo y se suena la nariz). Gracias, me daba un poco de apuro el decirlo, pero es así. ¡Les debemos tanto!
Silencio
ALGUIEN. – ¡No debemos tener miedo! ¡Abajo las mascarillas!
PERSONA AL CARGO. – Oiga, oiga, no se acelere. La situación es muy seria y toda precaución es poca. En las actuales circunstancias el miedo es una virtud cívica de máximo valor.
ALGUIEN. – Entonces, todos deben tener miedo porque la situación es muy seria, pero los actores no deben tenerlo, aunque tengan ochenta años. Y si lo tienen, que se fastidien y se queden en casa, ¿no es así?
PERSONA AL CARGO. – Por fin creo que lo ha entendido.
Bien mirado, que las autoridades racaneen unos tests para minimizar el riesgo que afrontan unas gentes que ofrecen su vida por amor al teatro y para que nosotros disfrutemos de unos pocos momentos de normalidad en este tiempo de locos es de una gran mezquindad. ¿O es que el inmenso peligro al que nos enfrentamos no se lo creen ni ellas?