Image: Richard Lambert: Museos como el Británico contribuyen a entender mejor la Historia

Image: Richard Lambert: "Museos como el Británico contribuyen a entender mejor la Historia"

Arte

Richard Lambert: "Museos como el Británico contribuyen a entender mejor la Historia"

19 octubre, 2016 02:00

Richard Lambert en Caixa Forum

Richard Lambert, presidente del British Museum, habla de los retos a los que se enfrenta la institución y recuerda los inicios de la misma. Aprovechamos que la Fundación "la Caixa" inaugura Los pilares de Europa, una muestra que se nutre de 244 objetos de la colección del museo británico, para hablar con él.

En 1753 un físico y naturalista llamado Sir Hans Sloane decidió donar su colección al estado británico. A lo largo de su vida fue adquiriendo libros, manuscritos y antigüedades de diversas procedencias entre las que se encuentran monedas, sellos, medallas, dibujos e incluso cuadros de Durero. Aquel año, como parte de su testamento, el coleccionista cedió su colección al rey George II a cambio de 20.000 libras, suma que el parlamento consiguió "a través de la Lotería Nacional", recuerda su presidente Richard Lambert. A partir de ese momento la colección comenzó a engrosar la nómina de la institución hasta llegar a los más de ocho millones de objetos. Una pequeña parte de esas piezas, 244 en concreto (a las que se añaden 19 obras que provienen del Museo Arqueológico Nacional, el Museu Nacional d'Art de Catalunya y el Museu Frederic Marès), cede ahora el Museo Británico para la exposición Los pilares de Europa. La Edad Media en el British Museum que inaugura CaixaForum en Madrid.

Lambert, presidente del museo desde 2014, ha sido el encargado de aprobar la lista de obras para la primera de las cuatro exposiciones en las que van a colaborar ambas instituciones. Uno de los retos de los museos clásicos del carácter del British Museum, según su presidente, es plantearse si la presentación de la colección se está usando "para contar la historia del mundo de la mejor manera posible". Aunque Lambert no considera que el Británico sea un museo de arte, sí que es "un lugar que aglutina distintas culturas y objetos que cuentan un relato". Y, como tal, "museos como este han mejorado la manera de contar historias que contribuyen a que el visitante entienda mejor lo que ve y su significado".

Vista de la exposición Los pilares de Europa

Y de eso trata esta exposición en la que podremos ver la historia de Europa entre el 400 y el 1.500 a través de objetos que "hablan de la fe, de la organización de la gente, de cómo el ser humano pudo sobrevivir, historias sobre migraciones, crisis y cambios", señala. Pero también habrá artesanía, como el rey del ajedrez de Lewis, encontrado en Escocia y posiblemente de origen noruego. Más allá de un rol específico de un juego de estrategia esta pieza simboliza la civilización europea y se convierte en testimonio de las relaciones entre Gran Bretaña y los países escandinavos en la Edad Media. Además, esconde una simbología en la que el bigote y la barba del rey simbolizan la fortaleza masculina. Los peones del mismo, en cambio, representados por vikingos que muerden la espada son símbolo de fuerza.

Con el objetivo de rastrear un relato que hasta ahora se ha planteado y difundido como oscuro, plagado de tensiones, luchas y supersticiones, Los pilares de Europa ofrece una visión más amplia. La vida acomodada en la corte, el hambre de las clases sociales más bajas, la importancia de la Iglesia en la vida diaria y el desarrollo de los centros urbanos es a lo que se abre esta nueva ventana de la historia de Europa dando visibilidad a grandes talentos artísticos que contribuyeron al desarrollo cultural, político, religioso y económico. En ese sentido, Estatuilla de un caballero (que probablemente sea la representación de san Jorge) es la imagen de caballero medieval. "Son piezas muy pequeñas pero fascinantes", opina Lambert. Así, la colección del British ayuda a contextualizar mil años de evolución.

Rey del juego de ajedrez de Lewis, 1150-1200 y, a la derecha, Estatuilla de un caballero, 1375-1425

Debido al poco espacio físico del que disponen en el edificio de la calle Great Russel en Londres, el Británico se plantea diversas opciones. Entre ellas y, quizá la principal, es preguntarse si "las prioridades están a la altura de la evolución del pensamiento general". Para una colección de más de ocho millones de objetos el reto es encontrar el equilibrio entre las historias que exponen y "la cantidad de fondos guardados en almacenes". Para ello se han abierto a la digitalización y ya cuentan con un catálogo online de casi tres millones de piezas para "llevar, a través de los medios sociales, la colección a la gente y puedan moverse como quieran por el museo".

¿Qué induce a una persona a apoyar un museo público?

En el caso de Sir Hans Sloane, él quería que su colección se mantuviera intacta. Pero el British Museum se ha nutrido de cantidad de mecenas privados que desde el siglo XVIII han donado objetos. Según Lambert, "se fundó en un momento en el que no había museos similares en ningún otro lugar porque los que había albergaban parte de las colecciones reales". Como en Madrid el Prado y en París el Louvre o, sino "eran colecciones de instituciones como la de Oxford que estaba dirigida a los académicos". Considera, por tanto, que esa es la gran aportación que el Reino Unido hizo a la Ilustración, "los franceses tenían la enciclopedia y los británicos el museo".



Pero que la gente quisiese donar las piezas adquiridas también tiene otra lectura mucho más religiosa. Y es que "hubo un momento en la Ilustración cuando la gente creía que el conocimiento era en sí mismo algo bueno que poseer y que los objetos, el arte y la cultura estaban en relación a ello". De hecho, Hans Sloane dijo que cuantas más cosas podamos ver y aprender más cerca estaremos de Dios y en ese momento, la población "creía firmemente que estos objetos nos acercarían a Dios", asegura Lambert. Entonces llegaban a Londres infinidad de viajeros, comerciantes y constructores que iban y venían de lugares remotos con objetos lejanos y el museo era el lugar donde alojarlos.

A día de hoy, el museo londinense que más visitas anuales recuenta, sigue recibiendo donaciones de mecenas privados. Y son tres los puntos que tienen en cuenta; la providencia ("de dónde vienen las piezas, quién las tenía, donde fue descubierta y la tener la certeza de su legalidad"), la opinión de los curadores ("si realmente es necesaria esa pieza en la colección") y la reputación de la fuente que la dona. Cuenta Lambert que el presupuesto del que disponen para comprar obra es muy modesto por lo que "los tesoros que llegan en estos tiempos son de donaciones particulares". Y, a pesar de ese reducido enchufe económico, el museo no se plantea cobrar entrada más allá que para las exposiciones temporales. Para ello, cuentan con la financiación del estado y parte de esa contribución "es precisamente para no cobrarla". Recuerda, por otro lado, que en la década de los 90 los políticos dijeron que debería fijarse un precio y tan solo fueron dos las instituciones que se mantuvieron firmes en la decisión de no hacerlo: el British Museum y la National Gallery. Ahora, todos están de acuerdo en que deben de seguir siendo gratuitos y sino, bromea Lambert, se encadenará frente al Buckingham Palace.

@scamarzana