El 'last dance' de Lindsey Vonn con 40 años y una rodilla de titanio: un regreso en busca de la redención con un final fijado
La leyenda del esquí desafía los límites de la edad y las lesiones, persiguiendo nuevos logros antes de retirarse definitivamente.
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Lindsey Vonn, una de las esquiadoras más icónicas en la historia del deporte, ha iniciado un inesperado regreso a las competiciones a sus 40 años, después de casi seis años de retiro.
Con una rodilla reforzada con componentes de titanio y una voluntad indomable, la campeona estadounidense busca desafiar los límites de la edad y la física en un deporte donde las lesiones y el tiempo suelen ser implacables.
El anuncio de su retorno en noviembre de 2024 sorprendió al mundo del esquí. La retirada de Vonn en 2019 había sido definitiva tras un largo historial de lesiones, incluidas numerosas cirugías en su rodilla derecha, que la habían llevado al límite tanto física como mentalmente.
A pesar de ello, después de una innovadora cirugía de reemplazo parcial de rodilla en abril de 2024, realizada por el doctor Martin Roche, Vonn se sintió renovada. "Literalmente no pienso en la rodilla en absoluto. Lo cual es una locura, porque era todo lo que pensaba durante los últimos 11 años", declaró.
El regreso no solo es un desafío personal, sino también histórico: ninguna mujer ha ganado una carrera de esquí de élite después de los 34 años. Sin embargo, en solo dos meses, Vonn ya ha dejado huella con actuaciones destacadas.
En diciembre de 2024, finalizó 14ª en un supergigante en St. Moritz, mejorando a un sexto y cuarto lugar en sus siguientes competiciones en St. Anton. Su participación actual en el circuito de la Copa del Mundo, amparada por una nueva regla de comodín para campeones retirados, es una prueba de su determinación y de su habilidad para adaptarse rápidamente al alto nivel competitivo.
Una carrera plagada de éxitos y retos
Nacida en Minnesota, Vonn comenzó a esquiar a los tres años bajo la guión de su padre y abuelo. Desde sus primeras competencias internacionales a los nueve años, su trayectoria estuvo marcada por una dedicación absoluta.
Hizo su debut olímpico a los 17 años en los Juegos de Salt Lake City 2002, donde finalizó sexta en la combinada. Su primer gran triunfo llegó en Lake Louise en 2004, la primera de sus 18 victorias en esa sede.
Vonn alcanzó la cima de su carrera en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010, donde se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar el oro en descenso. Además, obtuvo una medalla de bronce en el supergigante.
Su capacidad para dominar tanto las disciplinas de velocidad como las técnicas la llevó a ganar un récord de 82 carreras de la Copa del Mundo, una marca superada recientemente por Mikaela Shiffrin.
Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de adversidades. En 2013, sufrió una grave lesión en el Mundial de Schladming que puso en peligro su participación en Sochi 2014.
Aunque logró regresar al circuito, nuevas lesiones le impidieron competir en esos Juegos. Pese a ello, Vonn demostró su resiliencia al ganar medallas en mundiales y mantener su dominio en el circuito hasta su retiro en 2019.
Un adiós anunciado
Aunque Vonn ha regresado con fuerza, su objetivo está claramente definido. En una entrevista reciente con la agencia AP, confirmó que su meta final son los Juegos Olímpicos de Milán-Cortina 2026, donde espera cerrar el círculo de su carrera en la pista Olimpia delle Tofane, un lugar lleno de significado para ella. "Sería una gran manera de terminar las cosas, de una vez por todas", afirmó.
El vínculo de Vonn con Cortina es profundo. Allí logró su primer podio en la Copa del Mundo en 2004 y rompió el récord de victorias de Annemarie Moser-Pröll en 2015, alcanzando su 63.ª victoria. También fue el escenario de su última carrera antes de su retiro inicial, un momento cargado de emoción y dolor.
A pesar de competir en un deporte dominado por atletas mucho más jóvenes, Vonn ha demostrado ser una fuente de inspiración tanto para sus compañeras de equipo como para una nueva generación de esquiadoras. Al regresar al circuito, ha asumido un rol de mentora, compartiendo su experiencia y ofreciendo apoyo a las atletas más jóvenes.
El regreso de Vonn también ha sido impulsado por los avances en tecnología médica y la redefinición de los límites de la longevidad deportiva. Inspirada por figuras como Tom Brady, Lewis Hamilton, Fernando Alonso y Serena Williams, Vonn cree firmemente en el poder de la mentalidad y la recuperación para prolongar la carrera de un atleta.
"Los recursos que tienen ahora los atletas permiten una mejor recuperación. Ha cambiado la percepción de cuánto tiempo puede competir un atleta", explicó. Independientemente de los resultados que alcance en esta segunda etapa de su carrera, el legado de Lindsey Vonn en el esquí alpino es innegable.
Con 20 globos de cristal y un éxito sin precedentes en el descenso, Vonn ha dejado una huella imborrable en la historia del deporte. Su capacidad para superar obstáculos, reinventarse y regresar al más alto nivel a los 40 años es un testimonio de su determinación y pasión por el esquí.
Su historia no solo es una inspiración para otros atletas, sino también un recordatorio de que, con la combinación adecuada de tecnología, mentalidad y apoyo, los límites son meramente temporales. En palabras de Vonn: "Creo en lo imposible, porque solo es imposible hasta que alguien lo hace".