Audrey y María, ejemplos y estrellas: de luchar contra una discapacidad a brillar en el esquí con 18 y 16 años
EL ESPAÑOL habla con las dos participantes españolas, campeonas también en surf, que debutan estos días en el Mundial que se disputa en Espot.
26 enero, 2023 02:15"La vida es solo una y hay que vivirla". María Martín-Granizo, como demuestra con estas palabras, es una lección constante. A sus 16 años ya es una estrella mundial del esquí y del surf adaptado. Su camino siempre ha ido de la mano de palabras como el esfuerzo, la superación y la constancia. Pero también de la alegría, del positivismo y de la sonrisa eterna, sus armas para cambiar el mundo y la sociedad junto a su talento sobre la nieve y sobre el mar. Su aventura no ha sido fácil, pero a la leonesa nada la para.
Sus ganas de avanzar y de comerse el mundo le han llevado hasta su primer Mundial de Para Esquí Alpino, el cual se va a celebrar en España, en Lleida. Concretamente, en la estación de Espot. Pero María no está allí sola, ya que comparte esta experiencia con una persona que se ha convertido casi en 'inseparable' y que conoce como ella la dureza de este camino.
Se trata de Audrey Pascual, madrileña de 18 años y que es otra de las joyas del deporte paralímpico en España. Al igual que María, Audrey también es una referente a nivel mundial en el esquí y en el surf adaptado, con importantes victorias por todo el planeta a pesar de su juventud. Juntas representan que la unión hace la fuerza y que si se quiere y se cree, se puede. Dicen que las cosas imposibles solo tardan un poco más en llegar si se pone el empeño correcto. Pero para Audrey y para María, que atienden juntas a EL ESPAÑOL durante el Para Alpine World Ski Championships, pocas cosas parecen imposibles.
La esquiadora y surfista madrileña sufre una malformación de nacimiento, una agenesia bilateral en sus tibias, y necesita dos prótesis en las piernas para poder caminar. Por su parte, la leonesa nació con una agenesia femoral y utiliza una prótesis en su pierna derecha. Sin embargo, ambas rebosan vitalidad, buen rollo y ganas de seguir demostrando que son igual de capaces o más que cualquiera para hacer historia en los deportes que les apasionan y, sobre todo, para tener una vida plena y feliz.
Audrey, la mayor de esta impresionante pareja que promete grandísimos éxitos al paralimpismo español en el presente y en el futuro, acumula un palmarés asombroso. En sus vitrinas lucen con fuerza sus 8 títulos de Campeona de España de Esquí Adaptado y sus exhibiciones en la Copa de Europa y en la Copa del Mundo. De hecho, llega a Espot con un nuevo título bajo el brazo y es que hace pocas semanas consiguió el oro en su primera participación en la prueba mundial disputada en Veysonnaz (Suiza). Primer puesto y dos platas en slalom gigante en cuatro carreras disputadas.
Sobre la nieve va camino de ser imbatible, pero sobre el agua es también un talento inabordable como demuestran sus medallas conseguidas en los Mundiales de Surf Adaptado, donde incluso tiene una presea de oro en la categoría por equipos. La paratleta del equipo 'Fundación También' llega a Espot con ganas de darlo todo, pero sin presionarse: "Espero poder dar juego y demostrar que estoy entrenando a tope, lógicamente intentaré hacerlo lo mejor posible y sobre todo disfrutar del momento. Estoy nerviosa, pero con muchas ganas".
Por su parte, María no se queda atrás y es que ya es Campeona del Mundo de Surf Adaptado y Campeona de España y bronce mundial en Para Esquí. Ambas harán en casa su debut en un Campeonato del Mundo de Esquí Adaptado y se muestran emocionadas por haber conseguido este brillante éxito. María, entre risas, confesaba que era un gran reto cumplido: "Cuando me dijeron que podía venir me puse muy contenta. He estado entrenando mucho y yo creo que me lo merecía".
Un debut en casa
A pesar de que tanto a María como a Audrey las envuelve siempre un halo de optimismo y fuerza, durante esta semana han tenido que convivir con un importante contratiempo. La menor de las dos sufrió un aparatoso accidente durante un entrenamiento que, finalmente, ha quedado en un susto: "Ahora me estoy recuperando para que los días de carrera esté más fuerte que nunca. La verdad es que fue un buen susto porque me dijeron que a lo mejor tenía una fisura en la cabeza del peroné y menos mal que no era cierto. Todo ha quedado en un edema óseo, pero yo creo que si hago un poco de reposo podré competir".
Al otro lado, su compañera Audrey lamentaba también el infortunio y mostraba su disgusto por este traumático accidente: "Me asusté un poco. Se hace duro cuando alguien se hace daño antes de una competición, pero por suerte no ha sido nada grave y seguro que pronto estará recuperada".
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La paraesquiadora del equipo 'Fundación También' tiene ganas ya de saltar a la competición y se encuentra emocionada por hacer su debut dentro del territorio nacional: "Es estupendo 'jugar en casa', pero lo mejor es compartir el momento con 'los grandes' del esquí adaptado".
Además, Pascual asegura a EL ESPAÑOL que el hecho de poder contar con una competición en nuestras montañas es un orgullo y un paso hacia delante para todos los deportes de invierno: "Con las estaciones de esquí que tenemos en España estaría genial que se incluyeran más deportes de invierno en las televisiones, radios y medios de comunicación. Hay grandes deportistas en España y habría que darles más visibilidad. La celebración de campeonatos en nuestro país es un buen comienzo".
La misma claridad con la que habla a sus 18 años es la que pone en la pista cuando tiene que ejecutar sus descensos al límite rayando la perfección. Esa es su meta en estos Mundiales: "Mi objetivo en este mundial es hacer dos bajadas muy buenas y no quedarme con la sensación de que podría haber dado más. Si lo consigo, los resultados vendrán detrás".
Una vida de superación
Ahora es tiempo de nieve, de emociones y de gestionar la adrenalina de la competición. Sin embargo, el camino de Audrey y de María empieza mucho más atrás y está marcado por una vida en la que siempre les ha tocado tirar hacia delante. A veces incluso por encima de los comentarios de aquellos que buscaban hacerles daño o de una sociedad que sigue viendo sus casos como algo fuera de lo normal.
"Nací con una malformación, no una enfermedad, de los miembros inferiores que después de varias operaciones terminó en que tengo las dos piernas amputadas por encima de la rodilla. Aprendí a andar al año y medio con mis primeras prótesis y he hecho una vida normal desde pequeña, combinada con una actividad deportiva intensa, aconsejada por mi doctora, para mejorar la marcha. Necesito algunas adaptaciones para practicar determinados deportes, pero llevo una vida normal, estudiando en la universidad, viviendo en una residencia de estudiantes y practicando dos deportes a nivel élite", contaba Audrey a EL ESPAÑOL.
María, quien también es protagonista de una emocionante historia de superación, cree que la clave de todo está en el humor y en saber madurar por encima de aquellos que señalan con el dedo. Gracias a eso ha sabido verle ventajas incluso a lo de "ser coja".
"La risa es una de las cosas más importantes porque al final es lo mejor para afrontar situaciones difíciles. Sí que es verdad que no siempre se tiene que estar feliz, pero tampoco puedes estar lamentándote toda la vida porque la vida es solo una y hay que vivirla. Lo más difícil ha sido aguantar desde pequeña los comentarios y prejuicios de la gente".
"Ahora ya suelo pasar de eso, pero sí que es verdad que de pequeña me enfadaba muchísimo cuando me decían comentarios como 'pobrecita' porque yo de pobrecita no tengo nada. No porque me falte una pierna soy una desgraciada. De hecho, a mí me parece hasta un privilegio poder demostrar a la gente que incluso sin una pierna soy capaz de hacer lo que hago y más. Por no hablar de las ventajas de ser coja, por ejemplo, que me cuelo en todos los parques de atracciones y museos". Así es María.
Las dos estrellas del esquí y del surf adaptado son ejemplos de lo necesario que es trabajar en conjunto por una inclusión total: "No creo que se pueda generalizar, ya que, como en todo, hay personas que aceptan la discapacidad y la normalizan y hay personas que no quieren saber nada de ella o les da miedo enfrentarse o aprender sobre ella. La discapacidad es muy amplia, con muchas variantes, cada uno es como es, pero me quedo con los que quieren aprender o interesarse y poder hacer entre todos un mundo mejor". Una reflexión de Audrey que vale su peso en oro.
Deporte de élite y formación
Audrey y María no son solo dos deportistas brillantes, si no que también se esfuerzan por ser dos estudiantes modelos. La madrileña estuvo durante mucho tiempo realizando viajes semanales entre Madrid, donde estudiaba, y Granada, donde se escapaba a entrenar para practicar el esquí en Sierra Nevada: "Creo que lo más duro ha sido la combinación de los estudios con el deporte, pero gracias a mi colegio y a la 'Fundación También', que pusieron todo de su parte, al final lo conseguimos. Espero seguir haciéndolo con éxito en la universidad".
Pascual se encuentra ahora inmersa en otro viaje, el de la Administración y la Dirección de Empresas, mientras practica dos deportes de élite. Sacando tiempo de donde no lo hay y con el apoyo de sus compañeros, que le ayudaban con los apuntes, y de sus profesores, ha podido cumplir todos sus objetivos con nota.
Uno de los más importantes fue la selectividad. Audrey tenía plaza garantizada en la universidad porque a su buen expediente se le añadían su condición de deportista de élite y su discapacidad. Sin embargo, quiso demostrarse a sí misma que era capaz de sacar una 'notaza' antes de afrontar su nueva etapa: "Soy muy competitiva, siempre lo he sido. Soy exigente conmigo misma e intento darlo todo en las cosas que hago".
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"He tenido una vida muy intensa, sobre todo los dos últimos años, con semanas de entreno en Sierra Nevada y estudios en Madrid, preparando la EBAU y con poco tiempo durante la temporada de esquí para el ocio. Ahora estoy súper bien, me encanta vivir en Granada, con mis amigos de la residencia, mis amigos de la universidad... y poder entrenar en Sierra Nevada es un lujo. Granada me ha recibido con los brazos abiertos y además estoy haciendo lo que me gusta, así que disfrutando del momento".
María, por su edad, se encuentra unos peldaños más abajo. Ahora tiene el reto de hacer un gran bachillerato para poder estudiar la carrera que le gusta, la de fisioterapeuta, pero también reconoce a EL ESPAÑOL que no es fácil llevar una vida tan ocupada: "A veces se complica un poco porque no tienes tiempo, pero la verdad es que de momento lo estoy llevando bastante bien. Mis profesores me ayudan mucho y aparte en todas las concentraciones o en la gran mayoría tenemos un tiempo para estudiar".
El esquí y el surf
Grandes estudiantes y grandes deportistas. Audrey y María no solo comparten el hecho de ser referentes para la sociedad a pesar de su juventud, sino que también están unidas por sus amores deportivos, el esquí y el surf. Ambas combinan las dos modalidades con resultados espléndidos y aprovechan las enseñanzas que reciben en una para mejorar en la otra. Un deporte de invierno y otro de verano para no detenerse ni uno solo de los 365 días del año.
Audrey empezó a esquiar por la afición que le habían transmitido sus primas. Cuando le dijo a sus padres que quería probar suerte con la nieve, estos le cerraron la puerta. Sin embargo, ella tenía claro que no quería quedarse con las ganas y tras mucho insistir, terminó encontrando la llave que empezó a abrir su futuro. Pero lo hizo con una particularidad y es que la primera vez que practicó una bajada no le gustó ese mundo. Sin embargo, como ella misma cuenta, es una chica que cree en las segundas oportunidades.
"No puedes abandonar algo cuando te ha ido mal una primera vez, inténtalo de nuevo hasta que estés convencido, puede haber sorpresas". Y vaya si las ha habido para ella, ya que solo unos años después se ha convertido en toda una estrella que ha llegado a la élite para quedarse como demuestra con esa participación en los Mundiales de Espot.
Para Audrey, que siempre ha vivido pegada al deporte, no solo al esquí y al surf, su familia ha sido muy importante en este proceso: "Mi padre es muy deportista también y mi madre me ha llevado a natación desde los 6 años, así que el tema del deporte en casa no es nada complicado. Me han apoyado siempre y, aunque al principio tuve que insistir un poco para probar el esquí, en cuanto dimos con la 'Fundación También', todo ha ido rodado. Mi familia siempre me anima a probar cosas nuevas y ponen todos los medios para hacerlo, no son nada sobreprotectores".
"En mi casa era obligado practicar deporte, así que primero hice natación y equitación. Cuando tenía 10 años quise probar el esquí y encontramos a la 'Fundación También' y me ofrecieron practicar esquí y handbike, cediéndome el material adaptado y la formación. Ahora me gustaría probar el atletismo y el karting, pero tendré que encontrar un momento libre para hacerlo y por ahora me está siendo difícil, pero no lo descarto en un futuro...".
La madrileña no tenía suficiente con llegar a lo más alto del esquí adaptado y tras un viaje casual con unas amigas a Cantabria encontró su camino hacia el surf: "El comienzo fue suerte, dar con el profesor adecuado y las olas adecuadas. En mi caso, al esquiar en silla, el movimiento es parecido, pero lo mejor es poder compaginarlo con el esquí y así tener un deporte de invierno y otro de verano. Me encanta el surf y mientras pueda, seguiré compaginando los dos deportes. Y me encanta compartirlo con María".
María, sin perder la sonrisa como siempre, se muestra también encantada de poder hacer este viaje junto a Audrey: "La conozco desde pequeña y me encanta poder ir a todo juntas. Compartir las experiencias con ella es genial porque normalmente no hay mucha gente de nuestra edad, entonces tener la suerte de ser más o menos de la misma edad es fantástico".
Sin embargo, no se atreve a decantarse entre una disciplina u otra si le pusieran en el aprieto de tener que hacerlo: "No podría elegir. Esto es como la pregunta de a quién prefieres, a papá o a mamá. La verdad es que compagino bastante bien el surf y el esquí porque uno lo hago en invierno y otro en verano, así que genial".
Con tanto talento, tanta predisposición y tanto éxito, es imposible no pensar en grande e imaginarse a Audrey y a María brillando en unos Juegos Paralímpicos de Invierno como ahora lo hacen en el Mundial de Espot. El punto de mira está puesto a largo plazo en Milán y Cortina d'Ampezzo en el 2026. Audrey ya estuvo a punto de ir a Pekín 2022, pero la llegada de la Covid-19 le arruinó ese primer sueño.
"Tenía muchas ganas de ir, fue todo muy rápido, pero cuando me confirmaron que no podía ir, pensé que 'esos no eran mis Juegos' y que tenía que prepararme a tope para llegar a los de Milán en 2026. No hace falta ir tan rápido, hay que disfrutar del camino hacia Milán y espero poder decir 'estos sí son mis Juegos'".
"El objetivo a largo plazo es ese. Pero no pienso perderme nada por el camino. Tengo ese reto en el horizonte, pero también tengo objetivos anteriores, empezando con esta temporada 2022/2023. Por ahora entrenar lo máximo posible y darlo todo en cada prueba de cada campeonato en el que participe. Está siendo una temporada emocionante, ha sido mi primera participación en la Copa del Mundo y ahora la primera en el Mundial, así que mi objetivo inmediato es disfrutar de todo lo que estoy viviendo".
María, aunque es algo más joven, quiere acompañar también a Audrey en Milán y vivir juntas la mayor experiencia de sus vidas: "Yo sí que me veo y me encantaría poder ir. Llevo muchos años entrenando y cuando surgió la oportunidad de entrar en el equipo de jóvenes promesas paralímpicas con Ester Noguera me puse muy contenta. Los Juegos Paralímpicos de 2026 me hacen mucha ilusión". Ambas forman parte de la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física (FEDDF).
Una buena manera de conseguir este reto sería emular a grandes deportistas. Y tanto María como Audrey tienen claro a quién parecerse: "Desde pequeña he tenido muchos referentes deportivos, pero siempre me ha gustado Lindsey Vonn que es una esquiadora buenísima que tuve la oportunidad de conocer hace unos años. Y en surf me gusta mucho Stephanie Gilmore".
Por su parte, Audrey sorprende y busca su ídolo en una superficie muy diferente a sus hábitats naturales. Cambia la nieve y el agua por la tierra batida: "Rafa Nadal es increíble, ojalá yo pueda conseguir medallas en los Juegos Paralímpicos para España como él, pero además también sería emocionante ser referente para alguien como él lo es para mí. Trabajaré duro para conseguirlo, eso seguro".
Estrellas por la inclusión
Jóvenes talentos, medallistas nacionales y mundiales en la élite de dos deportes tan complicados y juntas ahora debutando en la competición más importante del esquí adaptado. Pero hay más. Audrey y María han conseguido convertirse en dos referentes ya que, a pesar de lo corto de su camino, solo tienen 18 y 16 años, ya han ganado batallas que otros tardarían vidas en atreverse a plantear.
Gran parte de su éxito, tanto en el deporte como en la vida, está en su forma de ser, en su fuerza mental y en la educación que han recibido. Aunque a veces la palabra 'referentes' pueda llegar a sonrojarlas, se la ganan cada día a pulso con su ejemplo, el cual trasciende todas las barreras que puedan llegar a encontrarse.
Sobre esto, María apunta lo siguiente: "Yo creo que cada persona es como es, depende de dónde nace, su familia, su entorno, su educación... y claro, también influye la discapacidad. Pero creo que es algo que se lleva dentro desde el principio y que puede salir en cualquier momento. Hay personas con o sin discapacidad que no disfrutan del deporte, o que no tienen ese ánimo de superarse, así que el tema de la superación no va siempre ligado a la discapacidad. Creo que va más ligado al deporte o la competitividad".
Por su parte, María, risueña por naturaleza, se define también como una persona muy tenaz y se emociona recordando el apoyo que siempre ha tenido de su entorno: "Yo siempre que me he propuesto algo lo he conseguido. Puede ser porque soy muy 'cabezota', pero también porque mis padres desde pequeña me han enseñado que si te esfuerzas, te adaptas y entrenas, todo se puede hacer y mi mentalidad ha sido esa desde muy pequeña".
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"Mis padres han sido lo más importante en mi camino. Sin ellos no habría llegado hasta donde estoy ahora porque ellos siempre me han apoyado en todas mis decisiones, me han aconsejado y me han ayudado. Mis hermanos han sido como mis guardaespaldas toda mi vida. Cada vez que alguien me decía algo ya estaban ellos con una 'mirada asesina' y mis padres me han inculcado muy buenos valores desde pequeña y me han enseñado que yo puedo hacer lo mismo que el resto aunque tenga una discapacidad. Estoy muy agradecida de tener esta familia tan buena porque no todos tienen la misma suerte".
Con la misma naturalidad con la que presumía entre risas de que puede 'colarse' en parques de atracciones y museos María recalca el valor de tener una familia que le ha enseñado a apreciar lo que sí tiene y no a poner como excusa aquello que, por desgracia, no. El resultado es que María, al igual que Audrey, consigue sortear todos los obstáculos que se encuentra en la vida con la misma velocidad con la que ejecuta sus brillantes bajadas.
Gracias a esos principios de valor incalculable, persigue el hecho de lograr la inclusión real en la sociedad de las personas con discapacidad al mismo ritmo que levanta títulos y medallas: "Me parece súper importante que deje de haber tanta gente que se piensa que tener una discapacidad es lo peor del mundo porque no lo es. La gente tiene que ver que somos capaces de hacer lo mismo que los demás si nos esforzamos y adaptamos".
María termina su conversación con EL ESPAÑOL lanzando un mensaje: "En vez de subir tantas cosas a las redes sociales diciendo que es todo súper inclusivo, se podían hacer cosas inclusivas de verdad". Ella se ha convertido en abanderada de la lucha #hazteinCluencer. Ahora, deportistas como Audrey y como la propia María pelean todos los días porque su ejemplo pueda con los prejuicios de los demás: "Me haría mucha ilusión ser un referente para futuras generaciones".