Andy Grant: "Si me ofrecieran la pierna de vuelta, la rechazaría"
Es el amputado más rápido del mundo en los 10.000 metros. Perdió la pierna derecha en Afganistán.
5 septiembre, 2016 02:35Noticias relacionadas
Andy tiene tantos tatuajes como cicatrices en el cuerpo, pero hay uno del que presume orgulloso: ‘You’ll never walk’—‘Nunca caminarás’—. Solía ser el himno del Liverpool FC, del que es fiel seguidor, pero tuvieron que amputarle la pierna por donde asomaba el ‘alone’—solo— después de la explosión de una bomba en Afganistán. “¿Verdad que es divertido? Posiblemente sea la anécdota más graciosa que tengo”, explica a EL ESPAÑOL.
“Hay un programa de televisión que borra los peores tatuajes de la gente. Ya sabes, los que te haces una noche de borrachera o en un mal momento. Me dijeron que ahí les tenía si quería borrarlo. ¡De ninguna manera! No quiero quitármelo, es una gran anécdota, es divertida. Además es mentira, porque puedo subir montañas, esquiar, nadar, correr y hacer lo que me proponga”. Como batir el récord del mundo de 10.000 metros con una sola pierna y dejarlo en 37 minutos y 17 segundos, bajando 36 segundos la marca anterior. “Hasta entonces era el pobre chico que había perdido una pierna en la guerra. Ahora soy el hombre más rápido sobre la Tierra en esta especialidad”.
Tenía 17 años cuando un simple anuncio de la Marina le levantó del sofá. “Necesitaba un cambio en mi vida. Hacía cinco años que mi madre había fallecido por leucemia, y estaba muy perdido, desmotivado. Vi un anuncio y no me lo pensé. Me fui a Irak y luego a Afganistán. Y allí fue cuando realmente cambió mi vida”. Se despertó a las dos semanas en un hospital de Birmingham, tras un coma inducido. Tenía 37 lesiones en el cuerpo y la pierna derecha destrozada.
Fueron 18 meses de recuperación física y mental. “No perdí la pierna de inmediato. En esos momentos necesité ayuda psicológica, porque yo tenía que decidir qué hacer con ella. Había médicos que me decían una cosa y otros la contraria, y en momentos así esperas que alguien te diga lo que tienes que hacer, pero la decisión es tuya. Tardé seis meses en tomarla, no es algo que debas decidir en un día… Sin duda, fue la parte más complicada de mi vida. Pero bueno, todos afrontamos retos y problemas. Con la muerte de mi madre aprendí muy joven a afrontar las dificultades. Tenía amigos que perdieron las dos piernas o dos piernas y un brazo. Yo era afortunado. Me siento así, afortunado, y muy feliz de estar vivo. Ahora quiero ser un ejemplo para quien tiene que superar obstáculos”.
El pasado 15 de julio afrontaba con muchos nervios el que para él era el reto de su vida, lograr el récord mundial en su especialidad, los 10.000 metros. Ya era campeón de los Invictus Games en 400m y 1.500m, pero su obsesión era ser el más rápido en esta distancia. “Necesitaba hablar de este reto, pero cuanta más gente lo sabía más presión sentía. Fue una tarde maravillosa en Liverpool. Estaban mis compañeros, mis amigos, mi familia… ¡Incluso Jamie Carragher! ¿Sabes lo que es celebrar la Champions del Liverpool y que una década después tu ídolo esté esperando ver tus éxitos? Increíble", reconoce.
"Carragher me escribió por la mañana deseándome buena suerte, y cuando empecé a correr estaba en el córner dando ánimos. Poco a poco se me fueron pasando los nervios según corría. Al final, empecé a emocionarme. Podía ver el reloj y en los últimos metros sabía que iba en tiempo, me sentí muy feliz. Llegué a la meta y abracé a mis dos hermanas, fue un sentimiento maravilloso. Ya era quien yo quería. No era sólo sobre quién tiene el récord, porque me da igual si mañana lo supera otro, es por lograr un reto tan importante. Definitivamente, fue uno de los mejores días de mi vida”, cuenta a este periódico.
"A veces pienso que ojalá no fuera un amputado"
La recuperación para llegar hasta aquí comenzó en el primer instante después de la operación. “En el mismo momento en el que me desperté, me sentí nuevo. Había perdido la pierna, sí, pero ya no era un problema. Una vez despierto, había que pasar página. Físicamente es un cambio importante, pero me centré en lo positivo y en tener nuevos retos en la vida. Me centré en el deporte. Quise demostrar que todavía podía montar en bici, correr o escalar una montaña. El deporte me dio la oportunidad de demostrar todas las cualidades que tenía. Es lo más importante para tener una mente sana”.
A sus 28 años, Andy no para de ponerse metas, ahora en esquí y escalada. “He subido las montaña más altas de Gales, Inglaterra e Italia. Me gusta probar. Una de las cosas que aprendí en Afganistán es que sólo se vive una vez, así que salto a cualquier oportunidad en la vida. Me gusta preguntar ‘Por qué no’. Por qué no puedo hacer esto o lo otro. Claro que puedes, sólo tienes que tener pasión y aceptar los problemas para seguir adelante. Es muy sencillo ser negativo, me quedo quieto y ya está. Lo complicado es ser positivo, pero es la única forma de reescribir tu historia. La vida es dura e injusta a veces. A veces pienso que ojalá no fuera un amputado, pero lo soy, así que a mirar adelante”.
El objetivo más inmediato de Andy es lograr el récord del medio maratón. “Tengo Barcelona marcado en el calendario, en febrero. Quiero bajar de una hora y 20 minutos”. Sonríe cuando reconoce que quiere todos los récords a su alcance, y seguir preparado para ver si en Tokio 2020 introducen una carrera de su especialidad. “Me habría gustado ir a los Paralímpicos, pero la distancia más larga son los 400 metros. Es como si pones a Mo Farah a competir en 200m con Bolt. Es imposible, muy duro. Yo no soy velocista, sería muy difícil, no creo que lo hiciera muy rápido”.
Mientras tanto, da charlas de motivación en escuelas de Inglaterra y Francia y patrocina una fundación para reinsertar a los jóvenes en la sociedad a través del deporte. “Me gusta enseñarle a la gente que la vida es injusta, pero que lo importante no es el problema que tienes, sino cómo reaccionas a ello. Hay que pasar página, no podemos estar siempre pensando en el pasado”, asume.
“La vida son hechos, y la opción es perder tu energía o solucionarlo. Aceptar el hecho de que eres un amputado, pensar en qué puedes hacer a partir de ahora. ¡Puedo subir una montaña con una sola pierna! Puedo ser el hombre más rápido del mundo. La vida es cómo tomas las decisiones para mejorar. Con los jóvenes trabajamos a través del rugby y el boxeo. Aprenden disciplina, respeto y todo ese tipo de cosas para que puedan retomar las riendas y volver a la sociedad”, explica.
Es el mismo mensaje que intenta transmitir a sus tres hijos. “Ser un buen padre también es muy importante para mí, porque quiero que crezcan pensando que soy capaz de hacer lo que quiera, que no hay excusas. A mi hija pequeña, cuando se cansa, le digo que tiene dos piernas. ¡Pero son pequeñas!, me dice. ¡Siguen siendo dos! Es genial que pueda bromear así con ellos. Son muy pequeños, creo que ni siquiera lo entienden ahora mismo, pero espero que algún día se sientan orgullosos de ver cómo he tirado barreras”.
Nada queda de la vida del joven de 22 años que el 25 de noviembre de 2010 se despertó sin la pierna derecha. “Si me la ofrecieran ahora, la rechazaría”, explica con rotundidad. “No siento que la necesite. Subo cualquier montaña, conduzco, nado, corro… Y no siento dolor, no sufro. Me despierto por la mañana, me ducho, me pongo la prótesis, voy al gimnasio, voy al trabajo, llevo a los niños al colegio… No, no la necesito, no la querría de vuelta”.