Asier Martínez, la promesa 'nacida' en Tokio: un 'político de altura' a la sombra de Orlando Ortega
El español de 21 años, estudiante de ciencias políticas y que empezó en el salto de altura, ha firmado un gran sexto puesto en la final del 110 vallas.
5 agosto, 2021 10:23Noticias relacionadas
Asier Martínez es algo más que el nuevo impostor de los 110 metros vallas. Así es como le gusta definirse a este navarro de 21 años que ha dejado una sensación increíble en Tokio y que ya ilusiona al atletismo español con futuros éxitos y con una participación brillante en los Juegos Olímpicos de París de 2024, solo dentro de tres años.
Lo del impostor le viene al pelo porque siempre se siente fuera de sitio, con menos méritos que los que le rodean, como pensando que acabe ya esto no se vayan a dar cuenta de que ando por aquí y me echen. Pero nada más lejos de la realidad, si Asier ha cumplido un sueño estos días en Tokio es porque se lo ha ganado con su lucha y con su esfuerzo.
No lo ha tenido nada fácil, ya que hace tan solo unos meses no se podía imaginar peleando entre gigantes como Grant Holloway o Hansle Parchment, nuevo oro olímpico. La pena ha sido no poder verle mano a mano con su referente y con el nombre que todos tenemos en la cabeza cuando se habla de los 110 metros valla, el del gran Orlando Ortega.
Sin embargo, Asier no ha acusado ni el peso de los focos ni la presión de tener todas las miradas sobre su figura. Ha afrontado cada carrera desde las series como si fuera la última. Pero también como si fuera la primera. No ha variado ni su táctica ni sus intenciones. Siempre con el objetivo de disfrutar y de dejarlo todo en el tartán de Tokio. Sin lentillas ni gafas a pesar de ser miope y sin una táctica predeterminada más que correr por una calle donde no le caigan muchos brazos ni muchos golpes, Asier ha firmado un sexto puesto y un diploma olímpico en la final de la prueba con récord personal y la segunda mejor marca de todos los tiempos para un corredor español.
Entre Bilbao y Pamplona
El camino de Asier Martínez (22 de abril del 2000, Zizur Mayor, Pamplona) en Tokio ha terminado en la calle 2 del Estadio Nacional con un tiempo de 13,22 que ya es historia del atletismo español. La mejor marca de su carrera, algo que ya había conseguido en las semifinales con un registro de 13,27 con el que rozó la victoria, el mejor tiempo Sub23 para un español y la segunda mejor marca de un corredor nacional de siempre.
Con esta brillante actuación se ha presentado al mundo un Asier que ya puede presumir de ser el español que más rápido es capaz de afrontar las vallas tras Orlando Ortega, su gran referente. Además, ha conseguido el segundo mejor resultado de siempre para un corredor de nuestro país superando el octavo puesto de Jackson Quiñónez en 2008 y los séptimos de Javier Moracho y Carlos Sala en 1980 y 1984. Sin embargo, a pesar de que este capítulo de su historia haya concluido sobre el tartán del estadio olímpico nipón, comenzó mucho antes a caballo entre Pamplona y Bilbao.
La vida de Asier no ha sido relativamente fácil, siempre acostumbrado a estar moviéndose y sin un sitio realmente fijo. Nació en Zizur, un pequeño pueblo de Navarra, aunque realmente la mayor parte de su vida profesional transcurre en Pamplona. No así la académica, ya que Asier está entre dos mundos, el atletismo y la política.
Mientras vive en Bilbao, donde está llevando a cabo sus estudios, la mayoría de sus periodos de entrenamiento los lleva a cabo en la capital navarra donde se encuentra su guía en esto de las vallas, su entrenador François Beoringyan. Eso, cuando no está recorriéndose el mundo de competición en competición, como ahora en los Juegos Olímpicos. Para la mayoría de grandes expertos en atletismo, el nombre este joven de 21 años lleva ya un tiempo resonando, a pesar de que su explosión ha sido algo tardía.
Destinado al atletismo
Si a Asier le hubieran preguntado hace unos meses o hace un año por los Juegos Olímpicos, hubiera respondido sin dudarlo que sí, efectivamente, son en Tokio y que los seguiría muy atento como buen aficionado al deporte. Lo que no hubiera sabido responder, porque no podía ni imaginarlo, es que lo iba a hacer directamente desde la ciudad nipona y siempre y cuando no tuviera competiciones y entrenamientos.
Martínez es un chico que tenía que dedicarse al atletismo sí o sí. Nacido en una familia de grandes deportistas, tanto su madre como su padre eran atletas y es lo que ha respirado desde que era muy pequeño. De hecho, su madre también era especialista en esto de superar vallas y es quien más consejos le ha dado hasta que Asier ha conseguido derribar todas las puertas.
Sin embargo, sus inicios no estaban en la prueba que ahora le ha hecho olímpico, sino que estaban lejos de la velocidad. También tenía que superar obstáculos, pero lo hacía con el listón del salto de altura, su primer acercamiento al atletismo. Más tarde, descubrió su punta en el sprint y empezó a esquivar objetos entre zancada y zancada y no de un salto. A pesar de que ha tardado en llamar la atención a gran nivel, lo cierto es que cuando lo ha hecho no ha visto freno, ya que en tan solo un año y medio ha pasado de ser un tapado en España a uno de los mejores del mundo en el 110.
Siempre a la sombra
Asier se encuentra ahora viviendo el mejor momento de su carrera profesional. Como buen impostor que se siente entre tanta leyenda, no quiere que termine nunca este sueño, que nadie le despierte y que nadie venga a echarle de la fiesta. Pero lo cierto es que si nada malo ocurre, le quedan muchos años para aprender a sentirse uno más entre tanta estrella, y es que el futuro que le ven a este chaval de 21 años los que le conocen bien y los que saben de su margen de mejora es grandioso.
Sin embargo, no todo ha sido tan bonito como lo es ahora. De hecho, hace tan solo un año y medio, Asier llevaba su carrera a la sombra de otros atletas. Incluso hasta en estos Juegos Olímpicos en los que ha dejado boquiabierto a todo el mundo, venía bajo la figura del rey de la disciplina en el ámbito nacional, el gran Orlando Ortega, que no ha podido luchar por las medallas por una lesión muscular.
Sus comienzos a gran nivel estuvieron marcados por vivir bajo el yugo de otros velocistas que despuntaron antes que él como Enrique Llopis y Luis Salort. Ellos se llevaron todos los focos tras la celebración del Europeo Sub20 del año 2019 en el que Asier quedó algo rezagado, como esperando su momento. Era su primera aparición internacional y nunca es fácil admitir que otros que pelean por la misma plaza están delante, pero solo debía esperar su oportunidad, la cual no tardó en llegar.
Solo un año después, Asier se tomó la revancha con sus dos grandes competidores convirtiéndose en campeón de España por delante de Llopis y Salort, lo que le dio un gran salto de moral para su siguiente éxito, el oro en el Europeo Sub23 en lo que fue su impulso definitivo, un impulso que todavía no ha soltado y que le ha traído hasta Tokio. Ya en 2021, destrozó el récord de España Sub23 de los 60 metros vallas, un éxito al que cogió el gustillo, ya que rebajó el mejor tiempo hasta en cuatro ocasiones.
Martínez continuó con su progresión imparable y rebajó en varias ocasiones la marca nacional de 110 metros vallas Sub23, algo que ha vuelto hacer en estos Juegos Olímpicos hasta dejarlo en ese magnífico crono de 13,22. Sin embargo, su estratosférico nivel le llevó a saltar de categoría para compararse con los tiempos de Orlando. Después de quedarse a tres décimas hace unos meses, consiguió apurar hasta estar a tan solo una décima en junio. Y gracias a eso llegó el inesperado billete a Tokio para vivir su gran aventura.
Ya no había ni rastro de ese lastre que le llevaba a perder protagonismo contra rivales como Llopis y Salort, pero ahora tenía que convivir con ser el otro vallista que iba a las carreras de Orlando, plata en Río de Janeiro 2016 y esperanza nacional. Sin embargo, su desgraciada baja ha ayudado a que todos estemos más pendientes de este nuevo prodigio llegado desde Zizur que promete dar mucha guerra y que ya se ha hecho un nombre y una imagen propia, con su imponente aspecto gracias a su casi 1,90 de altura, su fornido cuerpo y sus llamativos pendientes. Ya no hay sombra que le tape.
Un político en París
Nada más cruzar la meta de la prueba de los 110 vallas masculinos y ver que Asier no le perdía la cara a los mejores del mundo, todos han pensado que ya hay un nuevo as a seguir para los Juegos Olímpicos de París 2024. Y aunque quedan muchas competiciones hasta entonces y, entre otras cosas, ganarse el pase a la cita en Francia, es una realidad que es imposible no ilusionarse con su progresión.
A poco que pueda mejorar sus salidas en estos años y que sea capaz de mantener su imponente última valla y sprint final, Asier no tendrá nada que envidiarle a los Ortega, Holloway, McLeod y compañía. Para París todavía queda mucho y hasta entonces, Asier no solo tendrá que lidiar con las vallas, sino también con los libros y con su otra pasión, la política.
Este joven navarro es un aplicado estudiante de ciencias políticas que por su talento tiene que llevar una vida un tanto especial y renunciar a cosas propias de la edad. Aunque como él mismo reconoce, cuando puede y tiene que salir, sale, pero sin olvidar sus prioridades.
En esas prioridades no solo está el atletismo, sino que su particular carácter le hace virar mucho también hacia la política, porque quien sabe si en los próximos Juegos Olímpicos no habrá un nuevo político subido al podio de París. Hasta entonces, no solo tendrá tiempo de continuar con sus estudios, sino también de cumplir retos como atacar el récord nacional y de imaginar una doble presencia en el podio junto a Orlando.
[Más información: Asier Martínez, sexto en 110m vallas con mejor marca personal]