EEUU persigue el negocio deportivo de Arabia Saudí: el Newcastle y el LIV Golf, en el punto de mira
Un documento enviado a un tribunal norteamericano sitúa a Al-Rumayyan, líder del Fondo de Inversión Pública, como parte del gobierno del país.
4 marzo, 2023 02:15Los países del Golfo Pérsico se han lanzado en los últimos años a la conquista del deporte. Fútbol, Fórmula 1, MotoGP, Rally Dakar, golf, tenis, boxeo, lucha libre, ciclismo y hasta atletismo. Todos ellos han sido alcanzados de una u otra forma por países como Qatar, Arabia Saudí, Bahréin o Emiratos Árabes Unidos.
Una entrada, a golpe de petrodólares y de grandes inversiones, que no ha sido bien recibida por la mayoría de países competidores. Sin embargo, hay uno de todos ellos que podría tener parte de sus ganancias en el ámbito deportivo bastante en riesgo. Se trata de Arabia Saudí, cuyos movimientos están siendo seguidos de cerca por parte de Estados Unidos.
Concretamente, dos de ellos. El primero es su aterrizaje en la Premier League con la compra del Newcastle, club al que han conseguido impulsar y que este curso ha disputado la final de la Carabao Cup y se encuentra peleando por los puestos de Champions League. Y la segunda de las grandes inversiones que está siendo estudiada es la creación del circuito mundial de golf que intenta hacer sombra al PGA Tour: el famoso LIV Golf.
Ambas operaciones, como casi todas las que realiza este país, están sustentadas por el FIP, el Fondo de Inversión Pública. Una institución dependiente del Gobierno de Arabia Saudí, pero con mecanismos legales y económicos para ocultarlo. Al menos hasta ahora, ya que Estados Unidos se encuentra tirando de un hilo que podría llegar a desmontar el establishment saudí tanto en la Premier como en el golf. Y todo por la llegada de un documento que señala a una persona muy importante, Yasir al-Rumayyan, y que ha llegado hasta un tribunal de Estados Unidos para vincularle directamente con el gobierno árabe.
La investigación de Estados Unidos
Muchos países y organizaciones se han propuesto alguna vez acabar con los negocios montados por países como Qatar o Arabia Saudí en relación al deporte. Inversiones que no tienen otro fin más que comprar titulares y vender una imagen irreal de sociedades dictatoriales, opresoras y que no conocen lo que es el respeto a los Derechos Humanos.
Una de esas preocupantes corrientes de inversión es la que está realizando Arabia Saudí, quien ha llegado con fuerza al deporte mundial. Se ha llevado el Rally Dakar hasta sus desiertos, está estudiando la compra del negocio de la Fórmula 1 después de haberse hecho con un Gran Premio, sueña con hacerse con la WWE (la empresa más importante de lucha libre) y ya se ha comprado un equipo de fútbol, el Newcastle. Además, ha conseguido construir un circuito de golf que compite contra el PGA Tour. Y todo a base de ofrecer sumas millonarias de dinero a los mejores jugadores del mundo para cambiarles de frente.
Sin embargo, algunas de estas inversiones podrían tener los días contados y es que Estados Unidos se ha propuesto investigar a fondo estas operaciones para demostrar los vínculos directos que estas tienen con el Gobierno de Arabia Saudí, algo que podría desmontar estos movimientos. Y es que, a pesar de que sea vox populi que estas maniobras están sufragadas con fondos estatales, no pueden tener una vinculación directa con el Gobierno a través de personas que formen parte de la dirección del país.
Estados Unidos está cerca de poder demostrarlo después de que haya llegado hasta un tribunal del país norteamericano un importante documento. Este demostraría la relación entre el Fondo de Inversión Pública, la compra del Newcastle, la construcción de LIV Golf y su relación con el Gobierno de Arabia Saudí.
En el centro de todo estaría la figura de Yasir al-Rumayyan, gobernador del FIP de Arabia Saudí. Este importante empresario árabe figura además como presidente del Newcastle después de oficializar la compra del club en el mes de octubre del año 2021 y como organizador supremo del circuito saudí de golf. Ambas operaciones se pudieron llevar a cabo después de que el propio Al-Rumayyan fuera capaz de demostrar su independencia del gobierno saudí. Conditio sine quanon para la viabilidad de las operaciones.
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De hecho, la Premier League no dio luz verde a la operación hasta que tuvo "garantías jurídicamente vinculantes" de que el Reino de Arabia Saudí no tendría ningún control sobre el club. Pero, al parecer, este documento demostraría que Yasir al-Rumayyan actúa como un "tercero ordinario" del Gobierno saudí del cual sería incluso ministro. Una acusación que, de ser cierta, podría desmontar por completo muchas operaciones, empezando por la del Newcastle y siguiendo por la de LIV Golf.
Richard Masters, director ejecutivo de la Premier League, declaró a la BBC en el mes de noviembre del año 2021 que si encontraban pruebas que demostraran la implicación estatal en la gestión de la entidad podrían "destituir al consorcio como propietario del club". En su momento, la organización de la PL aseguró que para aceptar la compra del Newcastle por este fondo "habían recibido garantías legalmente vinculantes de que el Reino de Arabia Saudí no controlará el Newcastle United Football Club".
El Fondo de Inversión Pública ya se ha manifestado en contra de esta noticia que ha surgido desde Estados Unidos cargando contra la justicia americana. No hace falta decir que las relaciones políticas y gubernamentales entre ambos países son muy tensas: "La orden es una violación extraordinaria de la soberanía de un estado extranjero que dista mucho de estar justificada en este caso. El FIP y Su Excelencia Yasir Othman al-Rumayyan no son terceros ordinarios sujetos a las normas básicas de pertinencia del descubrimiento".
"Son un instrumento soberano del Reino de Arabia Saudí y un ministro en ejercicio del Gobierno saudí. No se les puede obligar a prestar testimonio y aportar documentos en un procedimiento estadounidense a menos que su conducta -no la de LIV ni la de nadie más- sea realmente el gravamen del caso". Ahora, el FIP se está apresurando en volver a dar compromisos legales a las instituciones implicadas de que es el fondo, y no el Estado saudí, el que tiene el control sobre sus inversiones deportivas.
La figura de Al-Rumayyan
La polémica desatada en Estados Unidos y que ha puesto en el punto de mira la implicación de Arabia Saudí y del Fondo de Inversión Pública en el deporte, tiene a una persona en el ojo del huracán. Se trata de Yasir bin Othman Al-Rumayyan, considerado el actual gobernador del FIP y quien figura además como el presidente del Newcastle y el organizador supremo de LIV Golf, entre otros grandes proyectos deportivos.
Sin embargo, antes de ser conocido por sus aventuras deportivas, Al-Rumayyan era mundialmente situado por ser uno de los hombres de negocios más importantes de Arabia Saudí y del planeta. De hecho, entre sus múltiples cargos se encuentra el de ser el CEO de Aramco, la petrolera estatal del país.
Nacido en Buraidah, capital de la región de Al-Qassim, este importante hombre de negocios comenzó su carrera en el Saudi Hollandi Bank, convirtiéndose en uno de sus mayores jefes a nivel internacional. Poco después paso por la Autoridad de los Mercados de Capitales, por el Saudi Fransi Capital y por la Bolsa nacional hasta su llegada al FIP como director general. Ahí se convirtió en una de las personas más importantes del equipo del príncipe heredero Mohammed Bin Salman, presidente del Fondo.
Durante su etapa dentro del FIP ha realizado importantes movimientos como su entrada al Consejo de Administración de Uber como parte de una inversión de 3.500 millones de dólares en la empresa estadounidense. Aunque sin duda, el más polémico fue su participación en la transferencia de activos al propio FIP a través de 20 empresas incautadas por el Gobierno saudí. Una de ellas fue posteriormente denunciada por haber sido utilizada por agentes especiales en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
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Bajo su gestión, ahora amenazada por Estados Unidos, el FIP ha conseguido extenderse mundialmente por ciudades como Londres, Nueva York o San Francisco y se ha adentrado en el deporte como parte del plan Saudi Vision 2030. Sin embargo, ahora algunos de sus movimientos están seriamente amenazados.