El Sevilla gana su séptima Europa League tras batir a la Roma en los penaltis de una final agónica
El conjunto de Mendilibar se impuso al equipo de José Mourinho y sigue agrandando su leyenda en la competición continental.
1 junio, 2023 00:09El Sevilla no juega finales de Europa League, las gana. Se han dicho muchas cosas sobre la conexión del equipo andaluz con esta competición, se han puesto muchos adjetivos, se han escrito cientos de historias, pero todo lo que se relate se sigue quedando corto. [Narración y estadísticas del partido: Sevilla 1 (4) - (1) 1 Roma]
Para doblegar a los de Nervión en una final de Europa League hay que quemar todas las naves y recurrir a todas las artimañas posibles. Eso es lo que intentó la Roma de José Mourinho, tirando del 'mourinhismo' en su máximo esplendor, pero ni por esas. Los italianos forzaron hasta la tanda de penaltis, pero ahí tampoco fueron capaces de vencer a los españoles.
Mendilibar cerró el círculo y obró el milagro. El técnico vasco le puso la guinda a una temporada que iba camino del descalabro, con el Sevilla comprando papeletas para irse a Segunda División, y pocas semanas después de coger las riendas del equipo le dio su séptimo entorchado de la Europa League. Una victoria con dedicatoria especial para Sergio Rico.
Sin fútbol
Con un equipo de José Mourinho de por medio es complicado esperar un partido con un gran espectáculo. Si a eso se le suma que el Sevilla de Mendilibar no deja de ser una escuadra en construcción y que en una final, donde hay tanto en juego, los nervios atenazan a cualquiera, la mezcla parece clara.
Suele pasar que en estos casos la emoción de tener un título en disputa es suficiente para paliar la falta de show, aunque en esta final costó hasta eso. Se impuso la intensidad, la garra y la disputa en cada jugada, y ahí normalmente los equipos de Mourinho suelen salir ganadores.
El choque navegó durante los primeros minutos en una especie de burbuja en la que apenas se vieron llegadas a las áreas. Tan sólo se adivinó un lanzamiento de Spinazzola desde dentro del área después del centro desde la banda derecha de Celik, aunque Bono salvó con una gran intervención cuando lo más lógico era que medio estadio estuviera ya cantando el gol de la Roma.
Con el paso de los minutos, el Sevilla fue recuperando terreno poco a poco aunque sin hacer grandes alardes. No era una noche para ello, ni mucho menos, al menos en esta primera mitad. Tammy Abraham pidió penalti por un despeje de Gudelj en el que elevó demasiado la pierna, aunque el colegiado no cayó en la trampa después de revisar la acción incluso en el VAR.
Futbolísticamente no estaba siendo un partido apasionante o que ofreciera demasiadas cosas, pero en este mar de aguas revueltas pescó el que más habituado está a hacerlo en ellas. La Roma aprovechó un gran e inexplicable hueco entre Badé y Navas para que Pellegrini filtrara un gran pase buscando a Dybala. El argentino recibió, se plantó mano a mano ante Bono y definió a la perfección para hacer el primero ante el guardameta marroquí. Al fin y al cabo, para esto firmó en verano Paulo por la Roma, para ser diferencial.
Al Sevilla le costó reaccionar, pero lo consiguió en el tramo final de la primera mitad. Había tirado a la basura 40 minutos de forma inexplicable, y comenzó a estirarse con un remate de Fernando en el área pequeña que se marchó por arriba. Lo más peligroso lo puso Rakitic, que estrelló en el poste un lanzamiento desde la frontal del área con el que a punto estuvo de empatar.
El Sevilla aparece
Absolutamente nada tuvo que ver la primera parte con la segunda. El paso por los vestuarios le cambió la cara y la ambición por completo al Sevilla. De salida, la Roma echó un paso atrás y eso lo aprovecharon los de Mendilibar para vivir en la mitad del campo italiana. El área del equipo de Mourinho se pisaba más que nunca, como si fuera un anuncio de lo que estaba por llegar.
Telles, muy incisivo por la banda izquierda y reivindicándose ante la ausencia de Acuña, tuvo el empate en sus botas, aunque su disparo se marchó por encima del larguero. Pero no iba a pasar mucho más tiempo antes de que llegara el empate de los españoles en Hungría.
Como si fuera un gesto del destino, alguien tan emblemático como Navas tenía que aparecer en el vídeo del gol. El eterno lateral derecho puso un centro desde la banda, Ocampos no acertó a rematar de cabeza pero el balón cayó de forma inesperada a los pies de Mancini. Sin querer, el central romano se introdujo la pelota en su propia portería para igualar el partido.
La Roma no tardó en reaccionar a este gol de los hispalenses porque diez minutos más tarde gozó de una triple ocasión para recuperar la ventaja. Tras un saque de falta se montó un barullo tremendo dentro del área y ahí llegaron los remates primero de Abraham, después de Mancini y por último de Roger. Los de Nervión solventaron la papeleta y seguramente todavía no saben cómo.
Había otra batalla muy dura que se libraba en la banda. Los dos banquillos mantuvieron una guerra abierta que se saldó con constantes discusiones, miradas desafiantes y varias amonestaciones en distintos momentos por parte del colegiado. Aquí Mou es el amo de la situación.
Los corazones se dispararon cuando el colegiado señaló penalti a favor del Sevilla en el minuto 75. Ocampos se internó en el área y cayó después de una entrada de Roger, pero la repetición del VAR dejó claro que el central de la Roma se había llevado el balón limpiamente, así que la pena máxima se fue al limbo. Los italianos pidieron también penalti en el área contraria por una mano de Fernando que el colegiado no decretó.
El Sevilla tuvo un arreón final y rozó el gol de la victoria en el minuto 95. Hubiera sido épico, tan mágico como su conexión con la Europa League, pero el partido se fue a la prórroga.
El tiempo extra
Después de 90 minutos ninguno de los dos equipos fue capaz de desequilibrar la balanza, así que para ello se necesitaba al menos una prórroga. Por si no había suficiente, otra media hora más de juego de propina para intentar determinar quién era el campeón de la Europa League esta temporada 2022/2023.
Podría haber sido así, pero es que de esos 30 minutos no se jugaron ni la mitad. Jugadores al suelo, lesiones fingidas, sustituciones, interrupciones constantes, enfrentamientos entre los banquillos... Y casi todo ello del bando romano. De todo menos fútbol salvo un remate al larguero de Smalling en el 131.
Así sólo podía pasar una única cosa, que todo se decidiera en los penaltis. Ahí el Sevilla comenzó con buen pie y Bono detuvo el segundo lanzamiento de Mancini. Roger Ibáñez se topó con el palo y Montiel, tras repetir su tiro, certificó el triunfo para los de Nervión.