Lluis Cortés, en un fotomontaje

Lluis Cortés, en un fotomontaje

Fútbol GUERRA EN UCRANIA

Así escapé de Kiev por caminos de tierra: el viaje de Lluís Cortés hasta la frontera con Polonia

Lluís Cortés, entrenador español, emprendió un largo viaje de 19 horas desde Kiev hasta Lviv para huir de los ataques rusos por toda Ucrania.

26 febrero, 2022 03:00

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6:30 horas del jueves en Kiev, Ucrania. El ruido de las primeras bombas rusas que caen en la capital despiertan a Lluís Cortés (Lérida, 1986). El entrenador que la pasada temporada ganó la Champions League femenina con el FC Barcelona es ahora seleccionador ucraniano. El día anterior había vuelto de un torneo de Turquía y tenía que coger un vuelo para regresar a casa, pero nadie contaba con amanecer con los aeropuertos bombardeados.

Es su preparador físico Jordi Escura (Andorra, 1980) el que le avisa de lo que está ocurriendo. Empiezan pronto las llamadas con la embajada para salir de Kiev, pero la caótica situación lo complica todo. No es hasta mediodía que pueden emprender la marcha, aunque ni se imaginan entonces la odisea que va a ser recorrer los 540 kilómetros que separan su punto de partida del destino, Lviv (Leópolis), cerca de la frontera con Polonia.

La Federación ucraniana es la que hace posible que Lluis y Jordi puedan salir de Kiev al fletar una furgoneta a la que se subieron provistos de barritas energéticas y agua dentro de sus mochilas. Desde España, a más de 3.000 kilómetros, llegan decenas de llamadas de allegados y medios de comunicación preocupados por su situación, por lo que Cortés decide contar su 'aventura' a través de WhatsApp y lo que va escribiendo en sus redes.

Mensaje de Lluis Cortés tras salir de Kiev en furgoneta

Como ellos, todo el mundo quiere salir de Kiev: "La situación es caótica, hay muchísimos coches y es difícil avanzar. Nuestra idea es llegar al oeste del país lo antes posible. Son 500 kilómetros y no sabemos si serán seis horas, nueve o veinte", contaba ya a bordo del vehículo. Finalmente, el viaje les llevó un total de 19 horas.

Hasta las cuatro de la tarde no logran salir a la M-06, la carretera principal que lleva a Lviv. Por el carril contrario solo circulan vehículos militares en dirección a Kiev y por el camino se van cruzando con familias enteras dejando atrás sus casas por la guerra. Dima, el conductor hasta ese punto de trayecto, se da el relevo con un compañero a las 18:00 horas y se vuelve a la capital a pie para encontrarse con su familia. 

Thank you Dima, the best: Lluis Cortés se despide del conductor de la furgoneta, que se vuelve caminando a Kiev

"Thank you Dima, the best": Lluis Cortés se despide del conductor de la furgoneta, que se vuelve caminando a Kiev

Han pasado seis horas y apenas han logrado recorrer 35 kilómetros de trayecto. Quedan algo más de 500 por delante y el panorama no es alentador. La cosa cambia cuando todos los carriles de la autopista se abren dirección Lviv: "Parece que la policía ha decidido abrir el carril contra dirección y parece que avanzamos un poco más. Vamos a 57 kilómetros y parecemos Fernando Alonso porque hasta ahora íbamos paradísimos".

Noche en furgoneta

Cuando llegan las 00:00 horas, en la radio suena el himno de Ucrania en la radio. El reflejo de un país entero sumido en el caos y en el miedo que busca seguir unido en el peor de los momentos. Miles y miles de coches en carretera, aunque poco a poco se va abriendo el camino.

"Imagino que todo el mundo intenta abandonar el país", relataba en un audio que enviaba cuando en España ya todos dormíamos. Sus palabras eran demoledoras al explicar el terror que estaban pasando los ucranianos: "Acaba de salir la nota del Ministerio diciendo que los hombres entre 18 y 60 años no pueden abandonar el país. A nosotros no nos afecta como ciudadanos españoles, pero el chófer o la gente de nuestro staff sí están algo más preocupados por su futuro. Nuestra entrenadora asistente ahora mismo está durmiendo en el metro, esperando a que su madre y dos amigas lleguen desde Kharkhov para iniciar su viaje hacia Lviv".

Y añade:"En Kiev parece que la situación es bastante más dramática pero creo que nosotros hemos acertado al salir lo antes posible de allí, aunque está siendo un viaje muy caótico, con mucha incertidumbre, pero ya estamos bastante lejos de la capital y eso nos hace estar en una zona más segura".

Tenía razón al decir que acertaron en escapar a toda prisa de Kiev. Pasadas las cinco de la mañana, la furgoneta ya estaba a menos de 100 kilómetros de Lviv y el panorama era más tranquilo. En la capital, el sitio que habían dejado horas antes, era ya un escenario de pesadilla: "Nos llega información de que en Kiev y en otras ciudades está habiendo explosiones y actos bastante incomprensibles para nosotros. Estamos en contacto con miembros del staff, con las jugadoras y la situación personal de cada uno es muy increíble".

Continúa: "Tenemos por ejemplo jugadoras que están en Turquía y no son capaces de contactar con su familia, tenemos jugadoras cuyos padres han tenido que ir a defender a su país, a la guerra y tenemos situciones muy complicadas y complejas que para nosotros que estamos acostumbrados a otra forma de vivir son difíciles de entender. Espero que todo acabe bien y pronto", comentaba en un vídeo.

La incertidumbre recaía sobre todos y el objetivo seguía siendo llegar cuanto antes a la ciudad más próxima a la frontera. Por eso el conductor de la furgoneta decidió salirse de la carrera principal y adentrarse en caminos de tierras, un atajo para tardar menos en llegar a Lviv. "El estado del camino es lamentable, pero confiamos en el conductor", contaba Lluis cruzando los dedos y aportaba una prueba gráfica de cómo era el recorrido.

Así escapé de Kiev por caminos de tierra: el viaje de Lluís Cortés hasta la frontera con Polonia

Amanecía en Ucrania y se respiraba más tranquilidad ya de vuelta al asfalto. A las 8:00 horas del viernes ponían pie en terreno 'seguro': "Por fin hemos llegado a Lviv, la ciudad parece normal, tranquila, es cierto que hace unas horas sonaban las sirenas antiaéreas pero ahora ya han dejado de sonar. Nos dirigimos al hotel para ver cuál es el siguiente paso", decía mientras la furgoneta ya circulaba por las calles de la ciudad más grande del oeste de Ucrania.

Tensa espera en Lviv

Solo 70 kilómetros separan Lviv de la frontera con Polonia, pero quedaba la segunda parte del viaje: ver cómo podían cruzar al otro lado. Las horas allí fueron más livianas para el grupo, que se quedó en un hotel mientras se intentaba cuadrar la salida más rápida y segura del país. No iba a ser fácil, pero al menos iban a tener la oportunidad de despejarse paseando por una ciudad a la que no había llegado todavía la amenaza rusa.

A Lviv llegan en procesión más personas que quieren salir de Ucrania. Todos quieren irse cuanto antes de allí porque se prevé que la cosa se pueda poner fea al caer la noche. Horas y horas de espera sin respuesta clara y con la inquietud que genera saber lo cerca que está la vía de escape y que la guerra avanza.

Y, por fin, el aviso que todos esperaban. A la noche del viernes, sobre las 22:00 horas, han de subirse a un coche y dirigirse a la frontera. Sin posibilidad de comunicarse con el exterior por la falta de cobertura, a la mañana pisan por fin Polonia. En Premyzir, zona segura, esperan un tren y lo siguiente será coger un vuelto hasta España. La odisea de 55 horas acaba con final feliz para Lluís y Jordi.

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