Kevin Love y el capítulo más oscuro de su vida: "Pensé en suicidarme en 2012"

Kevin Love tiene un oscuro pasado por culpa de la depresión y los problemas mentales que, como en su caso, sufren los deportistas de élite. El jugador de los Cleveland Cavaliers, que ya en el pasado puso su rostro en cuanto a esta lucha, ha vuelto a hablar sobre el proceso que hoy en día todavía sigue para librarse, incluso, de "pensamientos suicidas.

Love ha participado en una entrevista en el programa In Depth with Graham Bensinger donde ha hablado de nuevo sobre los problemas mentales que todavía le siguen afectando. Confiesa que aún tiene "días super brutales" y aún le afectan a la cabeza ideas suicidas de vez en cuando. Quiere ayudarse a sí mismo y a otros que sufren los mismos problemas que él.

"No puedes pasar de encenderlo a apagarlo. Hay días que son muy duros", confesó en el programa. En 2018, en una carta escrita para The Players Tribune, el ala-pívot de los Cavs reveló su pelea contra esos demonios internos que venían atormentándolo durante los últimos años de su vida.

Pensamientos suicidas

Love también confesó en el programa que en 2012 llegó a pensar en el suicidio: "El futuro empezó a dejar de tener sentido. Y cuando pierdes la esperanza, lo único en lo que puedes pensar es, '¿cómo puedo hacer que este dolor desaparezca?'. No creo que tenga que decir mucho más que eso", recordaba sobre lo ocurrido en aquel entonces.

Sus pensamientos sucidas le llevaron a planearle prácticamente todo: "Cuando llegas a ese punto y día tras día es igual, los pensamientos suicidas entran en juego. Y comienzas a planificarlo y cuál sería la ruta que tomarías. Fueron momentos realmente aterradores en mi vida".

"Sé que da miedo pensar en la idea de quitarte tu propia vida, pero es algo que me pasó por la cabeza muy a menudo. Tenía varias maneras pensadas", añadió. El jugador de la NBA explicó que nunca llegó a intentar quistarse la vida, pero sí cómo y cuándo hacerlo para acabar con todo.

Kevin Love superó aquella etapa tan dura, aunque esos pensamientos todavía le golpean a día de hoy: "Afortunadamente, no intenté suicidarme. He aprendido que nada nos persigue como las cosas que no decimos. Entonces, mantener eso en realidad es más dañino. Lo más importante y útil para mí era exponer mis miedos", concluyó sobre su caso.

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