El debate sobre el aborto detiene la NCAA: miedo en atletas y entrenadoras y la ley del silencio en EEUU
El deporte universitario en el país se ha visto paralizado por el auge de esta polémica que se ha avivado tras las prohibiciones en varios estados.
31 julio, 2022 02:15El deporte universitario en Estados Unidos es siempre un sector muy influyente. El organismo que se encarga de gestionar la mayor parte del mismo es la popularmente conocida como NCAA, la National Collegiate Athletic Association. Un estamento compuesto por 1281 instituciones y federaciones que organizan la mayoría de los programas deportivos de los jóvenes del país. Y que, como casi toda la sociedad, no es ajena a la polémica surgida en torno al aborto.
En el año 1973 se produjo una sentencia histórica que pasó a ser conocida como Roe vs Wade y por la cual, el aborto se convirtió en un derecho constitucional en el país. Sin embargo, hace algo más de un mes, la Corte Suprema decidió dar marcha atrás a aquella decisión y reformar la situación de la interrupción voluntaria del embarazo.
A partir de este cambio, ahora cada estado puede decidir si mantiene lo que antes era el derecho al aborto. O si por el contrario, decide ilegalizar esta práctica. Hasta el momento, han sido 20 los estados que ya han decidido terminar con esta técnica o que han iniciado los trámites para encaminarse hacia este fin. Una situación que, lógicamente, afectará a millones de personas, mujeres por su condición de gestantes y hombres por su condición de parte indispensable en el proceso.
Sin embargo, al sector de la población que más ha preocupado con diferencia este cambio ha sido a los jóvenes. Y en especial, a aquellos cuyo futuro depende de su cuerpo y de sus capacidades atléticas. Por este motivo, el deporte universitario se está viendo afectado, y en muchas situaciones paralizado, por las decisiones que toman los dirigentes de cada estado. Lo que antes era una situación normal entre deportistas, entrenadores y médicos, ahora viene acompañado de secretos, ocultamientos y polémicas.
Embarazos en jóvenes deportistas
Hasta ahora, fuera cual fuera el estado, cuando una chica deportista perteneciente a cualquier organismo o estamento de la NCAA se quedaba embarazada, el procedimiento a seguir era el siguiente. Los responsables de la universidad solían acudir a los famosos pregnancy tool kit que establecían las diferentes fases de los métodos de actuación.
Lo primero era someter a la deportista en cuestión a varios test de embarazo. Una vez se confirmaba el positivo, el centro deportivo reunía a un comité para la toma de decisiones. Este estaba formado por entrenadores, médicos, funcionarios deportivos, miembros de la familia, líderes religiosos y varios consejeros. Todos exponían sus conocimientos y sus opiniones y se procedía a la elección de un camino.
La deportista tenía la opción de continuar con su embarazo y dejar su práctica habitual, proseguir con la gestación y volver al deporte pasadas unas seis u ocho semanas después de dar a luz o acogerse a la opción de abortar. Sin embargo, ahora no podrá ser así si el centro universitario de la NCAA pertenece a uno de esos 20 estados en los que no se podrá interrumpir voluntariamente el embarazo. Y tampoco en aquellos que han comenzado a poner muchas dificultades para llevar a cabo estas prácticas aunque no se hayan prohibido explícitamente.
Según datos recogidos por el medio The Washington Post, esto podría afectar a los programas en los que están incluidas algunas de las estrellas más importantes del deporte universitario y, por lo tanto, del deporte estadounidense en un futuro inmediato. Una situación que antes se resolvía de forma casi cotidiana, ahora ha generado importantes polémicas entre deportistas y entrenadores, ya que los técnicos aseguran que no disponen de información suficiente para asesorar a sus atletas.
Como muchas partes implicadas defienden, estas decisiones afectan al cuerpo de las atletas y, por consiguiente, a su rendimiento, a sus posibilidades de entrar o permanecer en grandes centros de la NCAA y a su futuro en el deporte de élite. También genera una gran controversia el hecho de que centros universitarios de estados en los que se han cambiado las normas de interrupción voluntaria del embarazo tengan muchas más dificultades para atraer hasta ellos a jóvenes estrellas.
Los derechos reproductivos y las libertades sexuales, como ellos las califican, que ofrecen los estados se han convertido a partir de ahora en un criterio para elegir o no un centro o una zona del país en las que desarrollar sus carreras estudiantiles y deportivas. Como afirman ya varios técnicos universitarios de Estados Unidos, de momento muchos callan todavía sobre este problema, pero tarde o temprano tendrá que ser un asunto de debate nacional.
Silencio en la NCAA
Lo más sorprendente de todo, al menos para muchos de los implicados en el deporte universitario, especialmente mujeres, es el silencio que se ha generado alrededor de las altas esferas de la NCAA. Una situación de indeterminación que impide a muchas entrenadoras, médicas y técnicas pro aborto mostrar su opinión y su desacuerdo con la decisión tomada por la Corte Suprema y que les afecta directamente en función del estado.
La mayor parte de los departamentos de la NCAA están dirigidos por hombres. El 75% de los entrenadores y directores deportivos de la NCAA son hombres. Esto provoca que muchas mujeres que ocupan cargos inferiores, pero en muchas ocasiones de mayor contacto con los atletas, tengan miedo a hablar, según informa The Washington Post.
El temor a ser señaladas por sus propios jefes o por parte de la opinión pública es real, lo que provoca un estancamiento en su relación con las atletas y una total indefensión ante estas en situaciones tan complicadas como las de un embarazo a edad juvenil y con una prometedora carrera deportiva por delante.
Hasta ahora, solo se conoce la opinión de un entrenador en todo el estamento de la NCAA. Se trata del técnico del equipo de fútbol de la Universidad de Michigan, Jim Harbaugh, quien se ha mostrado contrario al aborto. Aún así, él mismo reconoce que se trata de un asunto tan importante que merece un debate a nivel nacional porque puede provocar graves consecuencias en el deporte universitario, algo muy importante para Estados Unidos.
De momento, el nerviosismo y la preocupación ya se han instalado en varios campus universitarios ante la incertidumbre que reina y ante la política de silencio absoluto adoptada por la NCAA. Quienes no pueden eludir la cuestión son los entrenadores que velan por la salud y por los cuerpos de sus deportistas. Existe una circunstancia a la que lleva la propia práctica deportiva y es que se pide a los atletas universitarios que renuncien a su derecho a la privacidad respecto a algunos datos médicos.
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Un embarazo podría, al afectar al rendimiento de estos deportistas, entrar dentro de ese rango. Tal y como afirman, están íntimamente involucrados en su salud y en sus decisiones. Ellos no toman los caminos, pero sí los conocen y controlan el rendimiento de las atletas, por lo que necesitan saber y entender situaciones que afectan al bienestar físico y psicológico de las deportistas.
No obstante, la NCAA recomienda no presionar a las atletas para que revelen su estado, si no intentar crear un clima en el que ellas puedan expresarse libremente y con confianza. Pero al mismo tiempo, permite a los entrenadores informar a los médicos cuando creen tener sospechas de que algunas de sus deportistas puedan estar embarazadas para establecer una especie de seguimiento 'casi secreto'.
Una de las mayores críticas que ha recibido la NCAA es que no ha emitido una valoración pública sobre el cambio que ha provocado la nueva decisión de la Corte Suprema. Una situación muy diferente a la que se produjo cuando estalló la polémica de la participación de atletas trans en las diferentes competiciones.
De momento, siguen evaluando cómo les afecta la nueva situación que se ha producido en todo el país. Esta indecisión ha generado una enorme preocupación en técnicos y entrenadores, tanto hombres como mujeres, ya estén en contra o a favor del aborto. Todos concuerdan en que falta información y que eso va en perjuicio de los atletas y, por ende, del futuro del país.
La situación del país
Tras la nueva decisión tomada por la Corte Suprema, se ha planteado una profunda reorganización del mapa de Estados Unidos en función de los estados que han cambiado sus políticas respecto al aborto. Esta circunstancia ha provocado consecuencias muy reseñables en cuanto al deporte universitario. Y en especial, al femenino.
Los centros de poder del deporte universitario femenino de élite se encuentran de forma desproporcionada en los estados en los que es probable que se restrinja o se prohíba por completo el acceso al aborto. Una circunstancia que podría llevar a muchas jóvenes a cambiar su decisión a la hora de aceptar las becas de estudios que estos les ofrecen.
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Aún así, para algunos entrenadores y entrenadoras, es demasiado pronto para saber si el derecho o no al aborto afectaría al lugar donde las jóvenes y otros atletas eligen para desarrollar sus estudios y sus carreras deportivas. Incluso muchos de ellos ni siquiera se habían planteado si llegado el caso abortarían o no y ahora empiezan a hacerlo fruto de la presión social que se ha generado alrededor de un debate tan candente.
Todo estará marcado también por el nivel económico del alumnado en cada uno de los estados. En aquellos en los que las familias y los estudiantes tengan poder adquisitivo suficiente para salir del estado con facilidad, no deberían tener mayores problemas para recibir a sus alumnos. Pero aquellos que no tengan una situación tan holgada, quizás sí se lo piensen dos veces a la hora de elegir la zona en la que vivir y, por consiguiente, el centro en el que formarse.
Lo que está claro es que el debate está abierto a nivel nacional y también dentro del deporte universitario y es que la realidad ha cambiado. Se esté a favor o en contra del aborto, lo que es incuestionable es que antes era un derecho, así lo indicaba la constitución, y esa situación ahora ha mutado generando una enorme polémica.