Los entresijos de la boda de Marta Rivera (Ciudadanos) con el marqués de la Maza
La ceremonia, celebrada este fin de semana, tuvo lugar en la Iglesia de San Pedro en Lugo y en la finca familiar de la diputada. Acudieron personajes de primera línea de la política y la literatura.
15 agosto, 2017 12:43Noticias relacionadas
Una boda familiar, íntima, tradicional. Así fue el enlace entre Marta Rivera de la cruz (46 años), escritora y diputada de Ciudadanos, y Marcial Martelo de la Maza García (51), marqués de Almeiras, que tuvo lugar este fin de semana en Lugo.
Fue una boda familiar porque acudieron sus amigos más cercanos y sus familiares. Íntima porque la ceremonia se desarrolló en la ciudad natal de ella, Lugo, y la celebración tuvo lugar en la finca familiar de la escritora. Tradicional porque los novios quisieron cumplir con las costumbres de ambos linajes.
La pareja se conoció en 1998, la misma noche que la escritora supo que era la ganadora del premio Ateneo Joven de Sevilla de novela. Al poco tiempo, él se trasladó a Madrid. Desde ese momento la relación se formalizó y la pareja no se ha separado desde entonces. Ahora, 19 años después, se han dado el sí quiero.
La iglesia de su ciudad natal
La Iglesia San Pedro de Lugo fue el lugar elegido por la pareja para el gran momento. Se trata de una iglesia gótica del siglo XVI cuyos orígenes se remontan hasta el siglo XIII. Es uno de los edificio que más destacan de la ciudad.
La iglesia cuenta con una sola nave, es decir, una única estancia donde los muros de piedra gris se alzan imponentes en altura a los lados de la habitación. Como marca la tradición gótica, los techos de la sala están rematados con arcos en punta. Las únicas pinceladas de color del evento las proporcionaron las flores blancas y los tallos verdes, que decoraron la iglesia para la ceremonia. La boda fue oficiada por el vicario general de la diócesis de Lugo, Mario Vázquez Carballo, un amigo de la familia de la novia.
Todo este escenario contribuyó a que Marta destacara enfundada en el vestido de Jorge Acuña, su amigo y un gran diseñador también nacido en Lugo. La confección estaba compuesta por dos piezas: una camisa en crêpe de seda y falda abocada, ambos en blanco roto.
Como complementos, llevaba unos sencillos pendientes (heredados de su tía abuela Cristina), una pulsera (que había sido la joya de pedida de su abuela Blanca), unos gemelos del novio (que cerraban las mangas de la camisa), el anillo de pedida y un aguamarina. Al final, todo el conjunto consiguió ser un punto de luz blanca sobre el fondo gris que contribuyó a que la novia fuera el centro de atención.
Por su parte, él vestía un frac de dos piezas: la chaqueta en negro y el pantalón gris rompían la monotonía del clásico traje enteramente negro. Además, daba un toque de color al conjunto con una corbata de color azul.
La finca familiar se engalanó para recibir a la pareja
Después de la ceremonia, los invitados se dirigieron en autobuses, fletados por la pareja, hasta la finca familiar de la escritora, donde tuvo lugar el convite y la celebración que se alargó hasta bien entrada la madrugada. En total, fueron trasladados más de 200 invitados entre familia y amigos del novio.
Todo ello fue organizado por las wedding planners de El sofá amarillo, una empresa gallega, que fue la encargada de la decoración (donde predominaron los tonos azules) y la planificación de todo el evento.
La finca familiar se encuentra a las afueras de la ciudad, en un terreno con una gran zona de jardín, donde tuvo lugar el convite y la fiesta. La residencia cuenta con paredes de piedra oscura y otras de color amarillo que se decoran con distinta vegetación.
La parte más cuidada para el evento fue la amplia zona de jardín. En esta zona la familia de la escritora creó una pequeña fauna con distintos árboles, arbustos, amplias zonas de césped, una amplia variedad de flores...
Catering: de Galicia a los platos de los invitados
El catering corrió a cargo del Mesón de Alberto, un restaurante situado en la ciudad de Lugo que, según las suposiciones, es un local que a la diputada le gusta mucho frecuentar. Entre sus especialidades se encuentra el marisco gallego, que sirven de distintas maneras, y las carnes de la tierra (una variedad de ternera que es famosa en toda la península).
En esta ocasión, el restaurante apostó, sobre todo, por el pulpo, las empanadas, los quesos del país y el capón de Vilalba, un tipo de pollo que es tradicional de Galicia. Todo ello fue servido en los jardines de la finca familiar, donde los invitados se fotografiaban y brindaban por la familia en mesas de color blanco con detalles azules.
Poco antes del baile nupcial, que se celebró al ritmo de Jugar por jugar de María Dolores Pradera y Joaquín Sabina, el padre de la novia realizó un brindis por la pareja.
Una vez terminado el convite, empezó la fiesta donde invitados como Antonia Kerriga, Puri Plaza, Espido Freire, Jorge Bustos o Albert Rivera, bailaron hasta bien entrada la madrugada.
En los últimos tiempos son varios los políticos de Ciudadanos que han pasado por el altar. El verano pasado asistimos a la boda entre la diputada Inés Arrimadas y Xavier Cima. Poco tiempo después, en septiembre de 2016, el gurú económico de Ciudadanos, Luis Garciano, se casó con Adelaida Lamas, una amiga de su infancia. Este años, en febrero, pasó por la vicaria la eurodiputada Carolina Punset (46) junto con el portavoz de Ciudadanos en las cortes Valencianas, Alexis Marí.